Escribe Christian Miguez - Miembro de la Comisión Interna Acindar Villa Constitución
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La UOM lanzó un plan de lucha a partir de esta semana con paros de 24, 48 y 72 horas.
Es de suma importancia iniciar este plan de lucha con una asamblea general en cada una de las plantas y votar imprimirle un carácter activo. La señal que los siderúrgicos debemos enviar tanto a las patronales como al gobierno debe ser fuerte y contundente, en defensa del salario y los puestos de trabajo.
Tras incontables reuniones en la Secretaria de Trabajo y vencida la conciliación obligatoria, la UOM resolvió iniciar con un paro de 24 horas este miércoles 6 de marzo e ir incrementando las semanas siguientes.
Actualmente los siderúrgicos estamos percibiendo los salarios de noviembre más algunos anticipos, a cuenta de paritarias que no alcanzan a cubrir la pérdida de poder adquisitivo que venimos teniendo desde diciembre a esta parte.
El pedido de la UOM sigue siendo que se apliquen ya y de manera retroactiva los valores de inflación mensual que arrojó el Indec en diciembre y enero y continuar de esa manera hasta finalizar en marzo el ciclo paritario 2023.
Por su lado las empresas ofrecen montos muy por debajo de los índices de inflación, con el claro objetivo de que los salarios de convenio estén cada vez más lejos de cubrir el costo de la canasta familiar y utilizar esa brecha para profundizar sus políticas respecto a presentismos, producción y mayor flexibilidad en los puestos de trabajo.
Este martes 5 de marzo habrá una nueva audiencia, con el condimento libertario de no homologar acuerdos que superen determinados porcentajes. De no cerrarse al menos por el tramo diciembre-febrero, se dispararán los paros.
El hecho de que las medidas de fuerza se convocaron de manera tardía nos trajo hasta acá, y hoy estamos tratando de recomponer el salario ya atrasado un trimestre. Esto debe ser tomado tanto por los dirigentes como por los trabajadores exigiendo que, si no hubo avances en 2 o 3 reuniones, se convoquen asambleas y congresos resolviendo el plan de lucha a aplicar. El tiempo juega siempre a favor de las patronales.
La presión no sólo se siente en los bolsillos: la bronca en la base metalúrgica sigue creciendo contra las empresas que vienen ganando fortunas y, ante la actual recesión económica, vuelven a ajustar a los trabajadores.
Desde los lugares de trabajo debemos seguir debatiendo en asambleas, organizando la resistencia en defensa de los puestos de trabajo y reclamando que la categoría ingresante cubra el costo de la canasta familiar y esa sea la base para el resto de las categorías convencionales.
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