Escribe Joaquín Antúnez
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Durante la tarde del viernes 15 de marzo, se desarrolló una movilización desde la Universidad de Quilmes (UNQ) hasta el centro de Bernal protagonizada por docentes, personal de servicio y estudiantes. La columna, de unos 600 manifestantes, recogió una gran simpatía por parte de otros estudiantes y trabajadores de la zona. En la semana previa, la universidad estuvo cerrada tres días seguidos, lo que limitó la campaña de agitación de la convocatoria.
Tras la movilización, se realizó una asamblea interclaustro, donde se debatieron nuevas medidas. Desde Política Obrera convocamos a desarrollar una intensa campaña por todos los cursos y lugares de trabajo, en la perspectiva de una gran movilización al centro de Quilmes para culminar con una clase pública en el corazón del distrito. Esta moción fue aprobada, junto a otras medidas.
Este “plan de lucha” debe ser tomado en sus manos por el activismo universitario, en la perspectiva de una huelga general educativa que será el recurso de los trabajadores para tirar abajo los ataques a la universidad y a los trabajadores en general.