Escribe Juan Ferro
Entrevista a Christian Miguez, delegado de la Comisión Interna.
Tiempo de lectura: 4 minutos
Christian Miguez integra la Comisión Directiva de la representación obrera en Acindar Villa Constitución. Esta interna se renueva anualmente por el voto directo de los trabajadores. Desde hace 3 años, Christian es el compañero más votado de la fábrica para integrar la interna. Christian milita en el Partido Obrero (Tendencia) de Santa Fe. En esta entrevista, dialogó con Política Obrera sobre la situación de la fábrica bajo la pandemia, el compromiso firmado con la patronal y la preparación del activismo para el período que se viene.
¿Cuál era la situación de la fábrica y de la organización obrera cuando comienza la cuarentena?
La fábrica ya venía de un año 2019 con suspensiones, en medio de una caída de la producción. Este año arrancó funcionando al 70% de su capacidad. En febrero de este año, vencía el acuerdo que había regido el año anterior, y que comenzamos a rediscutir en medio de fuertes tensiones con la patronal. En medio de ello, el 20 de marzo se produce la paralización total de la planta, como resultado de la cuarentena.
¿Cuál fue el planteo inicial de salarios y condiciones laborales de la patronal al decretarse la cuarentena?
Cuando se suspende la producción, la empresa nos plantea un esquema de suspensiones percibiendo el 60% del salario. Además, deja en veremos la continuidad de más de 100 compañeros contratados. Y el premio anual de producción correspondiente al 2019, que debíamos cobrar en los primeros meses del 2020, lo quería pasar para diciembre de este año. La "propuesta" de la empresa nos agarra con la fábrica cerrada y grandes dificultades para juntarnos. La Junta de Delegados, no obstante, logró reunirse, y plantear un claro rechazo al planteo patronal. Del modo que pudimos, a través de mensajes y WhatsApp, fuimos recogiendo la negativa de los compañeros a la propuesta de la empresa, y un mandato en defensa del salario y de los puestos de trabajo.
A partir del reclamo de la interna y de las negociaciones, ¿qué se logró finalmente?
Bueno, en primer lugar, que las suspensiones asciendan al 80% del salario de bolsillo, durante el período en el cual el compañero no trabaja. Aunque el acta formalmente indica un 75%, el cómputo de los días de suspensión toma en cuenta los francos y feriados, por eso se eleva al 80%. A partir de octubre, el acuerdo establece un 85%, y, de acuerdo a lo que decíamos sobre los feriados, se va al 90%. Nadie cobrará menos de 40.000 pesos de bolsillo. Luego, impusimos la continuidad laboral del centenar de compañeros contratados. A su vez, arrancamos el pago del premio 2019 -equivalente a algo más de un salario mensual- en mayo y junio próximo, cuando la patronal pretendía patearlo para fin de año. La reactivación de la fábrica no será pareja. Por ahora, el gobierno sólo autorizó las líneas dirigidas a la exportación y a la agroindustria. Eso lleva a que compañeros que trabajan en otras líneas tengan un mayor período de suspensión. Pero si en un par de meses se pone en marcha, por ejemplo, la línea dirigida a la industria automotriz, vamos a conseguir una rotación muy amplia, mejorando el salario que en promedio perciba cada compañero.
¿Cómo incidió la política de la UOM nacional y la UOM local en esta pulseada?
Imagináte que el anuncio de la UOM de que aceptaría nacionalmente suspensiones al 70% fue un golpe a todo el gremio, más aún que lo haya firmado para la rama 17 -el 80% del gremio- que gana un promedio 25 000 pesos mensuales. A pesar de esta señal negativa, nosotros peleamos por arrancar un acuerdo superior. La seccional de Villa, por su parte, frenó varios de nuestros planteos dirigidos a obtener mayores garantías salariales y laborales. Poco después, el rechazo de las plantas obligó a la UOM nacional a dar marcha atrás, para firmar un acuerdo que se estima en un 86% del neto. Pero el acuerdo de la UOM ha convalidado una política de despidos encubiertos (contratados, retiros voluntarios). Nosotros aseguramos la continuidad laboral de todos los compañeros hasta fin de año. Además, incluyeron en los descuentos a los compañeros en situación de riesgo. Nosotros, en cambio, estamos peleando que no sean afectados por los descuentos de las suspensiones.
¿Cuál es tu balance del compromiso alcanzado y de lo que se viene en Villa?
Nadie se jacta de este acuerdo, ni consideramos que hemos arrancado conquistas. Arribamos a un compromiso en condiciones difíciles: la fábrica cerrada, enormes dificultades para comunicarnos entre nosotros, nos diezmaron las chances de ejercer a fondo la democracia sindical. Pero en esas condiciones, hicimos valer nuestra organización para rechazar lo que hubiera sido una imposición muy negativa para los trabajadores. Ahora, que volvemos a la fábrica, tenemos planteada la concreción de asambleas por sector, para discutir en qué punto nos encontramos y prepararnos para las próximas batallas.
Un aspecto crucial ahora es la defensa de protocolos laborales que defiendan la integridad y la vida de los compañeros. En las reuniones con el Ministerio de Producción provincial donde la patronal gestionó la habilitación de algunas líneas hemos sido claros: en aquella sección donde no se cumplan los protocolos, paramos la producción.
Mientras tanto, la patronal no cesa sus amenazas, por ejemplo, de trasladar líneas de producción a Brasil. Vamos a abordar lo que se viene con la claridad de lo que tenemos por delante: la defensa de los puestos de trabajo, del salario y de la salud de todos los compañeros.