Coronavirus y continuidad productiva en Alacor-Zupay

Escribe Pablo Busch

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La primera fábrica alimenticia en registrar casos de covid-19 fue la fábrica de galletitas Alacor-Zupay, ubicada en Opendoor, Luján, donde un gerente y una operaria dieron positivo. Ocurrió el pasado 3 de mayo. Después de un día de parate, con la complicidad del STIA y del gobierno municipal, la empresa obligó al personal a retomar la producción sin cumplir con la cuarentena.

El contagio del virus provino de un jerárquico de la empresa que continuaba trabajando a pesar de pertenecer al grupo de riesgo. El incumplimiento patronal contagió a una trabajadora de 22 años. A pesar de tener claros síntomas compatibles con el covid-19, la compañera fue obligada varias veces a retomar tareas, hasta que finalmente le hicieran el test que dio positivo.

En Alacor, como en otras fábricas, el descuento salarial acordado entre el gobierno y la CGT opera como una presión para que los trabajadores opten por trabajar aceptando las condiciones de la patronal. Pero, en este caso, el STIA Provincia de Buenos Aires acordó que aquellos trabajadores que por miedo opten por no presentarse, serán considerados como "licencia sin goce de sueldo". Es decir que ni siquiera reclama que la empresa pague el 75% del salario estipulados en el acuerdo.

La vuelta a producción se acordó entre la empresa, el gobierno municipal -representado por un delegado barrial de Opendoor- y el STIA. Distintos medios locales, trabajadores y vecinos de Opendoor denunciaban esta exposición extorsiva de los trabajadores y del pueblo lujanense a la pandemia.

Con el correr de los días va quedando cada vez más expuesta la oposición de intereses entre la salud pública y la rentabilidad capitalista. El protocolo que aplicó Alacor-Zupay no es otro que el que piensan llevar adelante el resto de las industrias esenciales: un día de sanitizacion de la planta y arrancar otra vez, sin cuarentena ni testeos generales, solo a quienes presenten síntomas.

Este protocolo, frente a los casos de contagio en la industria, será en los próximos días un nuevo escenario de conflicto entre el interés de los capitalistas y la salud de los trabajadores.

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