Wos en el “Cilindro” de Avellaneda: una crónica

Escribe Valu Viglieca

Tiempo de lectura: 2 minutos

Más de 40.000 fueron las personas que acudieron al show de Valentín Oliva, WOS, en el Cilindro de Avellaneda este fin de semana. El mismo en el que tocaron Los Redondos y La Renga, las más emblemáticas bandas de rock nacional. Wos, cuyo viaje partió improvisando rimas en una plaza hasta arribar a este presente de multitudes, se lo propuso y pudo.

Días antes de que Wos presentara Descartable, su tercer disco, en el Estadio de Racing, regaló entradas a través de la Federación Universitaria de Buenos Aires a cambio de alimentos no perecederos. Lejos de toda lógica comercial, Wos fue fiel a sus posiciones públicas: el gesto sumó a la agitación en defensa de la Universidad Pública en vísperas de la marcha educativa, y a través de este intercambio permitió que quienes no pudieran pagar las entradas, asistieran al show.

La escenografía emulaba una fábrica en la que los plomos estaban vestidos con ropa de fajina, la pantalla ocupaba todo lo largo del escenario y acercaba el espectáculo al último rincón del estadio. En el repertorio, además de rap, no faltaron los aires rockeros, ni la cumbia, ni las baladas románticas con los celulares iluminando el estadio. Las colaboraciones con Lafourcade, Catriel y Dillom -quien hace semanas atrás reversionó el tema de las Manos de Filippi, Sr. Cobranza, y generó revuelo entre el elenco liberticida- sumaron a este rito masivo.

El público, en gran medida familiero, aunó a voces de padres e hijos en una versión de “Quemarás”, el tema que incluye la colaboración del Indio Solari, que hizo temblar el estadio. La juventud se hizo sentir cuando Wosito le entró de lleno al freestyle y a temas como "Que se mejoren" y "Cara de Canguro". No faltaron los enormes pogos. El trapero sabe lo que hace y su público responde al verso de “Sangría”, junto a Trueno, que reza: "te guste o no te guste somo' el nuevo Rock and roll".

En la pantalla que enmarcaba el gigantesco escenario se divisó desde el campo una bandera palestina. No fue la única manifestación política de la noche: desde las tribunas bajaban los cantitos contra el gobierno –"el que no salta votó a Milei", "Milei basura, vos sos la dictadura".

Fue un recital político, no en las declamaciones del cantante, sino en la complicidad que establecen sus letras, en sus posiciones políticas públicas, el apoyo explícito a la Universidad en pie de lucha contra la agresión privatizadora del gobierno y por la devolución de su público, que sabe a quién fue a ver.

Durante décadas el rock fue canal artístico de denuncia del gatillo fácil, la represión y las políticas de ajuste de los gobiernos. El 20 de abril, por más de dos horas, Wos dio la talla como continuación de esa tradición del rock nacional.

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