Javier Martínez y el ´big bang´ del rock nacional

Escribe Sergio Escalas

La pre historia de Manal.

Tiempo de lectura: 3 minutos

Hacia 1968, Javier Martínez llevaba cinco años buscando gente que creyera en el inverosímil, absurdo y hasta suicida proyecto de hacer Blues en castellano. Por aquel entonces, se creía que no encontraría a quién le pudiera interesar, ni tener éxito. En ese mismo año, en un evento de homenaje a The Beatles en el Instituto Di Tella, un lugar donde lo absurdo y lo inverosímil podía transformarse en lúcida realidad, Javier conoce a Claudio Gabis y su técnica lo impresionó. Gabis era capaz de “estirar la cuerda”, habilidad típica del Blues que no tenía nadie más en la Argentina y que influenció a los guitarristas que vinieron después, empezando por Pappo.

Fue así que Martínez y Gabis, de acuerdo en iniciar el proyecto, se pusieron a buscar un bajista. Debía ser alguien que “no dejara huecos, alguien que rellenara”. Fue así que encontraron a Alejandro Medina, bajista que tocaba en el conjunto The Seasons. El elemento novedoso, por aquel entonces, fue que se proponían tocar en trío y de ese modo resultó en que Manal fueron pioneros y vanguardistas en el Rock Nacional. Lo más frecuente, eran los cuartetos con guitarras rítmicas poderosas, como la de John Lennon. Siendo un trío, el baterista y el bajista tenían que pasar a tocar más. Nacía recién el Power Trío. En ese momento aparecieron Cream y Jimi Hendrix, que fueron la referencia para ese tipo de estructura de banda.

Los músicos de Manal estaban integrados a una bohemia, fenómeno único que se desarrolló fuertemente hacia fines de los ´60. Manal fue un conjunto que ensayaba todos los días y al terminar, se iban caminando desde la casa de Medina, en Rivadavia y Anchorena hasta el Centro para encontrar todas las noches nuevas oportunidades para explorar con su arte. Todos los bares del “ghetto” en Callao y Corrientes estaban repletos de gente como ellos tres. Allí se encontraban con integrantes del Instituto Di Tella (fundado en 1958, fue una experiencia artística sin precedentes que marcó la vida cultural del Buenos Aires de la década del sesenta, durante su existencia, pero también después, ya que fue el semillero de grandes artistas argentinos), entre otras grandes personalidades.

En 1968, por frecuentar aquella bohemia de la Calle Corrientes, al trío le llegó la oportunidad de conocer al editor de libros Jorge Álvarez (su editorial fue otro referente cultural de los ´60, publicando más de 200 títulos que iban desde los primeros volúmenes de Mafalda, hasta obras cumbres de literatura e historia latinoamericana, psicoanálisis, sociología y teoría política). Álvarez tenía el proyecto de crear un sello discográfico independiente y así fue como generó al mítico sello Mandioca (editó discos entre 1968 y 1970, entre ellos “Minutos de vida”, de Moris, “Manal”, el debut de Manal, o “Caliente”, de Vox Dei, entre otras tantas obras fundamentales). Su socio, Pedro Pujó, cambió el nombre del trío de Ricota a Manal y editan su primer simple. Luego editaron dos LP con la discográfica RCA.

Sumando otra esquirla trascendente de Javier Martínez al Big Bang del Rock Nacional, se encuentra el vínculo que construyó con Sandro, con quien terminó por hacerse amigo. Ambos compartieron años de bohemia en los bares del Bajo, en los centros nocturnos de la calle 25 de mayo casi Reconquista (en el centro de CABA). Sandro aparecía en La Cueva (mítico lugar donde empezó el rock argentino) con un auto sport descapotable e invitaba a Martínez los boliches.

Sandro iba a La Cueva todas las noches y se ponía a cantar algún tema de Little Richard, Elvis o Jerry Lee Lewis con la banda que estaba ahí o con su propio grupo, con Adalberto Cevasco, Hebert Orland, Bernardo Baraj y Fernando Bermúdez, quien en alguna ocasión le pedía a Javier Martínez que lo cubriera si tenía una salida. Fue así que Sandro lo reconoció a Martínez como baterista. Un día ambos tocaron “All Shook Up” (clásico de Elvis) y a Sandro le gustó tanto que lo llevó a la CBS para grabarlo. De ese modo, el debut discográfico de Javier Martínez fue haciendo coros con Sandro.

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