Escribe Nahuel Mirande
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Los obreros ceramistas de Cerro Negro, Olavarría llevaron adelante un gigantesco corte de ruta, precedido de una asamblea informativa. El secretario general de Soeco Pedro Garay, el secretario gremial Gustavo Bustamante y Juan Sánchez de la Casa del Trabajador, estuvieron a cargo de transmitir el petitorio que entregarían a la patronal.
El conflicto de Cerro Negro trascendió mediáticamente hace un mes, cuando en medio de la cuarentena los trabajadores se vieron afectados con una drástica disminución salarial del 70%, a pesar de no haber interrumpido la producción. Los trabajadores recibieron en las “últimas horas el pago de $5.000 como salario, un porcentaje significativamente menor a la suma que debían percibir, esto, más la falta de acuerdo en audiencias anteriores hizo que aumentaran la tensión y las expectativas por el futuro laboral” (El Popular). El día 9, los operarios se movilizaron a las puertas del municipio, sin respuestas favorables, lo que llevó a la medida de fuerza del día de este lunes. El despliegue del corte se hizo sentir en las ciudades aledañas, denotando el éxito de la muestra de fuerzas.
En el centro de la provincia de Buenos Aires el sistemático golpe a los ceramistas se hace sentir, y estos han tomado la iniciativa. En Tandil resiste la lucha de Loimar, contra los despidos y el abandono estatal. Algo similar pasa en la ciudad de Azul con los trabajadores de la Cerámica Valle Viejo, donde la complicidad del Jefe Comunal con la patronal esconde un trasfondo de negociados. Los trabajadores de Valle Viejo se encuentran hace casi un año sin cobrar su salario, y siguen en relación de dependencia con la firma del millonario Colombo.
Por su parte, en la Cerámica San Lorenzo (Azul), se está aplicando una rebaja salarial de un 40%, y al igual que en Cerro Negro, la puja entre la patronal y el estado, para que este último pague el 50% de los salarios, pone de rehenes a los trabajadores víctimas de extorciones duales. La pretensión de las patronales en medio de esta disputa es arrasar con las conquistas históricas de los trabajadores, trasladando su propia crisis a los hombros de las familias obreras.
El “histórico” acuerdo alcanzado entre Fernández, la UIA y la CGT, se traslada abiertamente en esta política de rebajas salariales, y suspensiones.
Vamos por la victoria de los obreros de Cerro Negro y de todas las luchas en curso.