Becarios posdoctorales de CONICET en lucha: en agosto, 300 podrían quedar afuera del sistema

Escribe Agustina V.

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Entre los miles de trabajadores precarizados que tiene el CONICET, se encuentran los becarios postdoctorales. Luego de realizado su doctorado, obteniendo el máximo título de formación académica posible, muchos becarios accedemos a lo que se denomina beca postdoctoral. La misma consiste en un estipendio por tres años, a fines de desarrollar un proyecto de investigación derivado, en general, de la tesis doctoral. Es un período de perfeccionamiento que implica, además, la realización de estancias en el exterior, la presentación a congresos, la publicación de los resultados en revista académicas de prestigio y la participación en distintos grupos y redes de investigación.

Como los becarios doctorales, los postdoctorales solo pueden adicionar a su jornada laboral 10 horas de docencia (universitaria, terciaria o secundaria), pues la beca otorgada por el CONICET es de carácter exclusivo, aunque no se realizan aportes previsionales. Al acercarse el final de la beca, los becarios postdoctorales podemos concursar para ingresar a la Carrera del Investigador Científico (CIC), y pasar a trabajar de forma permanente y en blanco en el CONICET.

La camada de becarios postdoctorales que iniciamos nuestras becas en abril de 2021 y hemos postulado para concursar a la Carrera de Investigador hemos empezado a organizarnos, en tanto el Directorio de CONICET ha comunicado que, en esta ocasión, solo prorrogará nuestras becas hasta el 31 de julio. Hasta el año pasado, por “usos y costumbres”, las becas postdoctorales eran prorrogadas hasta que los resultados del concurso para ingresar a la Carrera del Investigador se hacían públicos –el proceso del concurso hasta que se conoce el orden de mérito puede durar hasta un año. Con ello, se evitaba que los becarios se desvincularan del CONICET y migraran a buscar otros trabajos, muchos de ellos en el sector privado o incluso en otros países.

En el caso de los becarios de la camada iniciada en 2021, esa prórroga hasta los resultados estaba garantizada, además, por una resolución, la RESOL-2021-967-APN-DIR# CONICET. Solo a fines de marzo, en el medio de iniciadas las postulaciones al concurso para ingreso a carrera, el Directorio decidió desconocer esta disposición y extender las becas postdoctorales hasta fines de julio. En este punto al menos, el directorio del CONICET parece actuar como correa de transmisión de esta política, lejos de la defensa del sistema científico.

Esto significa que, en agosto, cerca de 300 investigadores con doctorados y postdoctorados, que han sido formados, por más de ocho años, en el marco del sistema científico argentino, quedarán fuera de CONICET. Constituye un despido encubierto que no escapa a la política de vaciamiento del gobierno. Aunque Salamone, el presidente del organismo, ha reiterado que “el CONICET no se cierra”, con este tipo de medidas se fomenta un desmantelamiento, al cual contribuyen los despidos de los administrativos enmarcados en el Art. 9 y el recorte de becas doctorales ya hechos este año.

En tanto los becarios postdoctorales que nos encontramos en institutos de todo el país, hemos iniciado nuestra organización mediante un grupo de whastapp y asambleas virtuales. Se logró redactar un petitorio dirigido al Directorio de CONICET, que fue compartido con gremios y miembros de la comunidad científica y que se encuentra publicado en redes (@conicetposdoc2124) y ha sido difundido en los medios. El planteo del petitorio es claro: la decisión de dar de baja nuestras becas de forma anticipada significa un perjuicio personal y laboral enorme, pero además es un perjuicio para el propio sistema científico argentino. Sumado a la pérdida de trabajo, se coartarán líneas de investigación que hacen al desarrollo tecnológico, de la salud y de la educación del país. Frente a la política de vaciamiento continuamos organizados. En adelante, una coordinación con otros estamentos del CONICET y con el sector universitario será fundamental.

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