María del Cármen Martínez, “Mari”

Escribe Sonia Rodríguez

Tiempo de lectura: 1 minuto

Desde los primeros años de mi militancia en el Partido Obrero, San Telmo, Gráficos, una de las compañeras más admirables, amables, de sonrisa encantadora y una capacidad de comprensión hacia quienes nos sumamos al partido fue Mari.

Antes de las actividades, Mari informaba sobre el frente, paciente, buena escuchadora. Su vida era el P.O.: se despertaba planificando actividades; la comida y el descanso eran secundarios para esa mujer revolucionaria y amiga de los contactos en Villa 21, en los talleres gráficos, siempre con la sonrisa y la palabra precisa.

Trabajadora gráfica, desarrolló su trabajo en la lista Naranja y en la Legislatura, cuando asumió Altamira. Amaba a las plantas con pasión; en su casa soleada de Barracas, cuando volvía a Capital a visitarla, luego de preguntarme sobre nuestro círculo juninense, con café y chocolates, recorríamos las bellas plantas y las podábamos, o las cambiábamos de lugar. También era una gran discutidora, a veces dura, una amiga de fierro.

Luego de las expulsiones, Mari siguió en el aparato. Su salud se fue resintiendo y no pudimos seguir comunicándonos. Hoy me enteré de su muerte. Murió una luchadora. Hasta la Victoria, querida amiga.

Suscribite al canal de WhatsApp de Política Obrera