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En el marco de su último viaje a la tierra prometida del imperialismo norteamericano, Javier Milei se reunió con algunos de los “popes” de las empresas tecnológicas más importantes del mundo, una parte del grupo que tira para adelante (y sostiene) al famoso S&P 500. Una agenda para atraer inversiones, cuya estrategia está basada en profundizar la precarización de los trabajadores, una penetración aún mayor de estos capitales, que en la mayoría de los casos es a costa de profesionales y desarrollos locales, junto con el resto de las medidas macro con las que sueña el capital financiero: levantamiento del cepo, libertad de giros al exterior, recursos estratégicos, etc.
Más allá de las fotos para la tribuna y el intento de mostrar a un presidente que se codea con gente importante, buscando soluciones y generar oportunidades para el país; estas movidas, que no son improvisadas y tienen un fin propagandístico crucial, no escapan a la crisis política en la cual está inmersa el gobierno con su plan, ni que hablar del mundo que avanza en el camino de la profundización de la guerra y la fragmentación. Un gobierno sin aparato ni partido nacional, depende de estos megaconglomerados, que concentran información valiosísima sobre los perfiles de los ciudadanos y tienen una llegada sin igual a las masas.
Es producto de estas reuniones que ha trascendido que el liberticida habría llegado a un entendimiento, un principio de acuerdo con Google para utilizar servicios de inteligencia artificial para la épica tarea, la que el destino le ha encomendado: la modernización del Estado y su eficiencia. Estos servicios ya estarían siendo utilizados en distintas áreas como educación, salud y servicios sociales en algunos países, como El Salvador, bajo la batuta del bonaparte entusiasta de las cryptos, Bukele.
Límites no artificiales de la “modernización“ del Estado
Por lo pronto, el presidente no ha conseguido morlaco alguno. Al revés, todo indica que quebraría el mandato de “no hay plata” nuevamente (y van?). Por ejemplo, El Salvador en su acuerdo con el pulpo en cuestión, garantiza por lo menos 500 millones de dólares.
Cuando se examina lo que dicen los expertos en la materia en distintos portales y entrevistas, las críticas se basan en que estos sistemas de inteligencia artificial no solo son una caja negra, privativa, sino que también fallan a menudo. Son bastante imperfectos aun, caros en términos energéticos, y polémicos en términos de:
- Soberanía: la recolección y procesamiento de grandes cantidades de datos sensibles y privados de los ciudadanos..
- Sesgo: En términos de que estos sistemas son entrenados con un fin, con una lógica, y con ciertos datos. Carece de moral, de ética, etc. Esto en la práctica lleva a decisiones y respuestas discriminatorias, incluso teniendo en cuenta la propia idea capitalista de lo que es el “éxito”. Ej.: el programa puede razonar que lo mejor sea despedir a cierto empleado para defender la cotización de una compañía.
- Desigualdad: la diferencia en los datos, el acceso, la participación, etc. en lugares donde las conecciones y los dispositivos escasean.
- Responsabilidad: ¿quién se hace cargo si las cosas fallan?
- La apuesta nacional: Que acudiendo a estos conglomerados internacionales para resolver estas cuestiones de tecnología aplicada a las tareas del Estado, no se está apostando en promover la industria y la mano de obra nacional, la cual tiene un alto nivel y está más que capacitada para poder hacerlo.
Estas cuestiones, todas y cada una son muy importantes y han suscitado polémicas y conflictos allí donde esta tecnología está siendo aplicada o se pretende. A24: "Milei está comprando espejos de colores".
Propaganda reaccionaria
Es decir que el presidente como le es costumbre está vendiendo espejitos de colores, pero este espejo mugriento apunta entre otras cosas a la desmoralización de los trabajadores, comenzando primero que nada por los propios estatales y a la justificación de un accionar destructivo en las condiciones de trabajo.
“Cuidado con quejarte o pretender más salario, porque una máquina puede procesar más datos, hacer más consultas, llenar más formularios, etc. que vos en unos minutos”, “te van a reemplazar”, “sos el pasado”. Y un sin fin de mensajes de esta índole. Otro ángulo reaccionario en juego es “el ser humano es corrupto”. Con la máquina eliminamos el verdadero y único “sesgo” que está en conflicto con la verdad y la transparencia: el humano.
Todo pescado podrido para ocultar que su único propósito es liquidar miles de puestos de trabajo y cargar con más trabajo a otros miles como nunca antes, con el fin de elevar la cotización de los bonos y propiciar mayores negocios privados.
La necesidad de una lucha de conjunto
Ninguna máquina de esta índole va a estar independizada de las necesidades del capital, ninguna de estas IAs va a poner recursos en manos de un trabajador porque es lo correcto y lógico, sacándole recursos al Tesoro para poder sostener tal o cual negocio capitalista.
Los recursos que los trabajadores han obtenido han sido fruto de la propia lucha de estos por sus derechos y por la supervivencia, en el marco de crisis recurrentes, competencia y guerras a las cuales nos han arrastrado. Son estos recursos que Milei busca en parte recuperar para poder sostener el decadente andamiaje estatal en Argentina.
En la práctica, estos sistemas son un obrero digital multipropósito alimentado con la experiencia de otros obreros para competir contra ellos y abaratar su salario. Como se puede ver en este video, de IAs generativas entrenadas en la India.
Los trabajadores en general y los estatales en particular necesitan discutir estas cuestiones, y organizar la lucha en torno a consignas que partan de la defensa de los puestos de trabajo y sus condiciones, por el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario, más incorporaciones para hacer frente a todo lo que se está desatendiendo y todo lo que se necesita, más presupuesto! Solo en este marco, se puede discutir una incorporación armoniosa de las herramientas de inteligencia artificial, para potenciar el trabajo y no para degradarlo.
Recursos:
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