La ocupación de Sedamil

Escribe Juan Ferro

Entra en escena el proletariado industrial.

Tiempo de lectura: 2 minutos

Uno de los rasgos sobresalientes de la convulsionada Chubut es el salto que se ha operado en la organización de los trabajadores frente al total desbarajuste económico de la provincia y los actuales aprietes patronales. Si la primera respuesta a la crisis chubutense tuvo como protagonista central a los trabajadores estatales, el rasgo distintivo del momento actual es la intervención de los trabajadores industriales.

La ocupación de la fábrica Sedamil, realizada con posterioridad a la movilización de los textiles de Trelew contra el vergonzoso acuerdo de la AOT con las cámaras patronales, es la expresión más nítida de ese salto organizativo de los trabajadores industriales. Pero no es el único: está ocupada desde hace 51 días la pesquera FYR.SA y se ha sumado ahora la ocupación de Foderami -de los mismos empresarios- por falta de paga de sus salarios. También hay otras pesqueras en conflicto.

Hace años que Sedamil viene aplicando suspensiones del personal y salarios en cuotas, operando en negocios para nada claros que seguramente la ocupación va a ir sacando a la luz. Al igual que en Bed Time, la decisión de los trabajadores se debió a que no les pagaron las últimas tres quincenas.

Un nuevo Penta

La propia burocracia sindical de la AOT informó que ellos habían establecido con las empresas un acuerdo ruinoso para el pago de las suspensiones que variaba de $ 17.000 a $ 20.000, en cuatro escalas. En la práctica, implicaba una reducción del orden del 50% del sueldo. Este acuerdo fue repudiado por los textiles de Chubut, pues además de la rebaja salarial produjo un achatamiento de las categorías.

Pero incluso este pago miserable iba a tener lugar con los aportes del estado nacional (ATP) a las empresas. En Sedamil no hubo acreditación de ese aporte estatal: los trabajadores denuncian a la empresa porque, a pesar de haber manifestado que hicieron los trámites, no figura ninguna constancia de ello en la AFIP. Ocurre que, para acogerse a las ayudas del gobierno, hay que acreditar aportes que la empresa nunca hizo. Además de un fraude a la AFIP, hay otro fraude adicional con los aportes jubilatorios, la obra social y hasta con las cuotas sindicales.

La burocracia les oculta a los trabajadores la verdad de estos retrasos que generaron la justa ocupación de la fábrica, a pesar de que lo saben desde hace tiempo En declaraciones de los dirigentes de la AOT a los diarios de Chubut el año pasado, señalaron que “Sedamil tiene una deuda millonaria con la AFIP, … que por el momento no va a afectar la situación laboral de ninguno de los compañeros, ni los salarios que perciben, tanto los compañeros que están encuadrados en SETIA, como en la AOT”. Contrariamente a lo que dijo la burocracia, seis meses después sí afectó a las 300 familias de la planta.

Como la patronal de Penta, la burocracia de Sedamil está floja de papeles. En una investigación a fondo sus directivos deberían estar presos. En el transcurso del año pasado, por este tema, la AFIP y Gendarmería allanaron la planta de Sedamil de Rio Grande investigando un fraude fiscal, e incluso una exportación en negro de sus productos.

Defendemos la ocupación de los trabajadores de Sedamil hasta el cobro total de sus salarios adeudados .Si la empresa no regularizó los aportes y las deudas con el estado son millonarias ,debe ser expropiada por el estado provincial, bajo control de los trabajadores y readaptada a la producción de elementos textiles necesarios en la pandemia Esta abiertamente planteada una vasta coordinación de estas fábricas ocupadas y de todos los conflictos en curso entre los obreros industriales y los estatales de la provincia.

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