Escribe Pablo Busch
La lucha se agudiza en corazón de la Zona Norte.
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El jueves pasado se llegó a un cierre de la paritaria de la carne. Entre las empresas y la FESITCARA (Federación que agrupa a trabajadores de frigoríficos en CABA y Provincia de Buenos Aires), la FESICONARA (Federación del Interior, encabezada por Fantini) acordaron en los términos del gobierno de Milei: 5 % en julio, 4 % en agosto y 3 % en septiembre. Ambas federaciones -enfrentadas a muerte por la representación de cada frigorífico- firmaron en común y levantaron todas las medidas. Se habían convocado asambleas y paros de dos horas en reclamo de tres cuotas de 10 % cada una. Las paritarias “en cuotas decrecientes” o en cuenta regresiva se vienen firmando en casi todos los sindicatos, son un registro del apoyo político de la burocracia de los sindicatos al plan económico del Gobierno, aún en medio de fuertes indicios de su agotamiento.
El viernes la asamblea de trabajadores del Frigorífico Rioplatense de la localidad de Tigre se reunió bajo una inmensa bronca: los aprietes de los jefes, los despidos de tercerizados y los maltratos generales están a la orden del día en la empresa de la familia Constantini -una de las principales exportadoras de carne vacuna del mundo-. El acuerdo a la baja de las federaciones de la carne fue la gota que rebalsó el vaso: fue rechazado y se aprobó unánimemente continuar con las medidas. Ante la posibilidad cierta de que la empresa tome represalias los trabajadores aprobaron que si la empresa tocaba a cualquier trabajador, la respuesta del paro total no se iba a hacer esperar.
El lunes la respuesta de la empresa Rioplatense a la huelga por el salario de los trabajadores -que incluía el repudio a dos jefes por los aprietes- llegó con 50 despidos. Los trabajadores se iban enterando de su despido a medida que la guardia de vigilancia no los dejaba ingresar al matadero. La asamblea empezó su sesión dentro del predio, pero inmediatamente se votó salir en masa a realizar la asamblea afuera para que los trabajadores despedidos participen junto a los demás. Se votó unánimemente el paro total por la reincorporación de todos los despedidos, cumpliendo con el compromiso votado antes de declarar el primer paro de que “si tocan a uno, tocan a todos”.
Con la planta totalmente paralizada, la Comisión Interna tuvo una audiencia en el Ministerio de Trabajo con la patronal donde se dictó una conciliación obligatoria que retrotrae la situación a foja cero, por lo que los despedidos vuelven a sus lugares de trabajo por los 20 dias hábiles que dure la conciliación. Las conciliaciones de este tipo son un primer paso para continuar la lucha, siempre y cuando los despedidos vuelvan a su lugar de trabajo y se los asigne a sus tareas normales y habituales, porque mantiene unidos a los trabajadores. Si la patronal no permite el retorno de los despedidos, se debería considerar que está incumpliendo la conciliación y volver a tomar medidas. A pesar de ello, las conciliaciones no equivalen nunca a la reincorporación, algo que es correctamente advertido por el comunicado de la Comisión Interna donde dice: “Si bien todavía no es la solución que necesitamos, se trata de un primer paso en el camino de la reincorporación definitiva, cuyo valor lo marca la decisión y la unidad de todos. Ahora hay que aprovechar este tiempo para dejar en claro que no queremos más despidos en el frigorífico”.
Que viva la lucha de los trabajadores del Frigorifico Rioplatense, un bastión de la lucha obrera en la zona. Por el salario y por la reincorporación definitiva de los despedidos debe ser apoyada por toda la clase obrera de la zona norte del Gran Buenos Aires.