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Dentro del plan de visitas semanales a la fábrica Topper, la más grande de la provincia, nos hicimos presentes en el horario de salida del turno mañana y entrada del turno tarde, con un grupo de compañeros del subcomité del sur. En la jornada se entregaron 600 volantes y se vendieron 20 periódicos.
En la actividad se tomó contacto con una buena cantidad de compañeros interesados en nuestros planteos. En el diálogo con los obreros, estos denunciaron sin medias tintas la política del gobierno que “nos lleva a la pobreza”, buscando expresar un significado al término “abismo” de la tapa del periódico que se llevó (“Milei y Caputo llevan a Argentina al abismo”). “¿Dónde vamos a parar con este gobierno? Salgo de acá y me voy a seguir buscando unos mangos”, nos expresó otro compañero tras comprar el periódico y hablar con nosotros sobre cómo golpea la recesión económica a los trabajadores, con su combo de inflación, tarifazos, despidos, suspensiones y bajos salarios, que obliga a muchos obreros de la fábrica a hacer changas para solventar la economía del hogar. Entre los obreros también hubo palabras para la situación que se vive en la fábrica. “Aquí ya hubo despidos, hay retiro voluntario y se corren rumores de que en un sector van volver a despedir y el sindicato no hace nada”, graficó otro compañero.
En las conversaciones con los trabajadores se pudo tener un cuadro más aproximado de la situación de la fábrica y del cuadro interno de incertidumbre.
No es para menos. A comienzos de año hubo cerca de 150 despidos en la fábrica, que involucró principalmente a compañeros contratados y con pocos años de antigüedad. A medida que se fue agravando la situación recesiva, unas semanas atrás el patronal adelantó vacaciones y luego propuso retiros voluntarios con un tope indemnizatorio de 9 millones por compañero, al que sólo una ínfima minoría se anotó. Por experiencia, los trabajadores saben que perder la fuente laboral los condena a vivir de changas y eso es insostenible. Ahora, los rumores han crecido acerca de la posibilidad de que la empresa pase directamente a suspender o a los despidos.
Ya la empresa puso fin a los contratos con las “mini fábricas” con las cuales Topper repartía una parte de su producción.
Estos pasos hacen acordar a la situación vivida por muchos de los actuales obreros de la ex Alpargatas (hoy Topper) durante el gobierno macrista, cuando se produjeron 500 despidos. Con todo, lo que más indigna a los compañeros con los cuales conversamos fue el papel de los delegados burocráticos que hacen las “vista gorda” y son cómplices, dejando pasar los atropellos de la patronal. Frente a esto, hay un consenso de que hay que cambiar la organización interna.
El gobierno de Milei nos lleva al abismo y las patronales no van a titubear en descargar la crisis sobre los hombros de los obreros. El abismo para los obreros tiene cara de salarios terriblemente deprimidos, de suspensiones y despidos.
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