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Durante tres días -12,13 y 14 de agosto- se desenvolvió una huelga masiva de la docencia universitaria en todo el país. El hundimiento de los salarios, el intento de aplastar a la docencia por medio de aumentos a la baja por decreto, los recientes anuncios de aumentos irrisorios del 3 % para agosto y 2 % para septiembre, dieron sustento a esta acción colectiva. La huelga superó los intentos de algunas federaciones, como FEDUN y FATUN (no-docentes), integrantes del Consejo Directivo de la CGT nacional, de limitarla a un paro de 24 horas.
En el desarrollo de la huelga y allí donde se realizaban asambleas o consultas, se reforzó la tendencia a profundizar y dar un carácter activo a la huelga.
Varias asociaciones de base de la FEDUN se rebelaron. Por medio de asambleas extendieron la lucha a los tres días. Hicieron lo propio los no-docentes de las Universidades Tecnológicas que integran la FATUN, parando 48 horas y, en algunos casos, 72.
La ocupación del Rectorado de la Universidad de San Luis, resuelta por una autoconvocatoria docente, estudiantil y no-docente, tuvo un alto impacto.
En el caso de las universidades de Córdoba, Rosario, Río Cuarto y Mar del Plata, el paro se extendió por seis días, hasta el sábado 17.
En Rosario se llevó adelante una concentración y acto entre COAD, el sindicato Universitario, y Amsafe, sindicato de la docencia provincial. En Bahía Blanca, ADUNS, el sindicato de docentes universitarios, impulsó una concentración conjunta con el SUTEBA local, que llamó a parar contra la esencialidad educativa. En Córdoba se hicieron múltiples actividades conjuntamente con el movimiento estudiantil. En San Juan se convocó a una concentración con una multitudinaria participación de no docentes, docentes, estudiantes y algunas autoridades. La jornada se cerró con una movilización por la ciudad.
En Tucumán se realizó una concentración convocada por el Sindicato Universitario (ADIUNT) al que confluyeron docentes de la Universidad Tecnológica, docentes provinciales despedidos y sectores estudiantiles junto a organizaciones sociales y políticas.
El jueves 15, luego de que culminara la huelga universitaria de tres días, la Cámara de Diputados daba media sanción a una ley de “financiamiento universitario” que fue presentada como un triunfo de la huelga. Se aseguró que con ella se recuperará la caída de los salarios de los docentes y no-docentes, así como un sistema de actualización bimensual para adecuar los salarios de acuerdo a la inflación. La reivindicación de esta media sanción tiene el propósito de dar por terminada la lucha universitaria. Es un ataque contra los universitarios, los no docentes y los estudiantes más pérfida que la agresión directa de Milei y de Caputo.
El proyecto ha sido apoyado por todas las federaciones sindicales universitarias, por el CIN, el Consejo que agrupa a los rectores de las universidades nacionales, y todo un arco político que la votó (radical, peronista y el FITU). La perfidia reside en que no dispone, sino que “encomienda” al Gobierno la ejecución de aumentos salariales, que también condiciona a resultados de las paritarias, fingiendo ignorar que la parte patronal de esas paritarias es el Gobierno mismo, que ya ha ejercido el mecanismo del decreto. No hubo una voz, en esta Cámara, que denunciara el engendro, votara en contra y sólo depositara su confianza en la huelga general y en otra histórica Marcha Universitaria. El “broker” universitario, Emiliano Yacobitti, y la sociedad de seguros que comparte con Lousteau y el "Coti" Nosiglia, han vuelto a utilizar la lucha universitaria para negociar un acuerdo podrido con Caputo y Milei. Asistimos a una tentativa por “planchar” a la lucha universitaria y conducirla a una encerrona. En asociación con los Rectores aspiran a asegurar una cuota de fondos, para la "caja general" de la Universidad a los salarios docentes y no docentes y de una lista de negociados -que arranca con la privatización avanzada de la investigación universitaria y la arancelización del ingreso y de los posgrados-.
En esta perspectiva se han alineado las federaciones sindicales universitarias. Luego de transitar la contundente huelga de 72 horas, han resuelto una huelga de menor alcance: 48 horas, y postergan la Marcha Educativa para dentro más de un mes. Es una adaptación al paso de la media sanción del proyecto por el Senado y a la primacía que otorgan a las elecciones del aparato universitario (Consejos Directivos de facultades y universidades). La FUA, que integra el Frente Sindical Universitario Nacional convocante al paro del 72 horas, no impulsó ninguna medida de organización y de acción en apoyo al paro. De la misma manera actuaron las federaciones estudiantiles regionales, salvo contadas excepciones.
Las mentadas elecciones tienen un manifiesto carácter distraccionista y su resultado será ratificar a corrientes académicas y políticas que apoyan el ‘ajuste’ liberticida y son cómplices del reforzamiento del aparato de represión y espionaje de Milei, del compromiso del Gobierno con los partidarios de la dictadura militar y de la campaña mediática fascista del actual presidente.
La política de armar un compromiso parlamentario con los Milei y los Caputo, en cuanto al “financiamiento educativo”, es la línea maestra de los grandes capitales que reclaman darle sustento parlamentario al gobierno de Milei. El señuelo son migajas de esa colaboración política: las cajas de los rectorados, el negocio de las privatizaciones y cuanta "oferta" salga de la casta oficial. En esta colaboración quien tiene la batuta es Milei, dispuesto a imponer una rendición incondicional por medio del sabotaje al segundo cuatrimestre del ciclo lectivo universitario. Hay que invertir la ecuación y defender el Presupuesto de la Universidad y los salarios docentes y no docentes mediante la huelga general, la ocupación de los edificios universitarios y otra Marcha Educativa histórica.
En este cuadro nuestra corriente, Política Obrera, dará y llama a dar una batalla en las asambleas, las clases públicas y las movilizaciones en curso, por este programa. La victoria de la lucha universitaria docente-no docente-estudiantil es fundamental para el conjunto de la clase obrera y la democracia política. El objetivo estratégico de Milei-Villarruel es desarrollar las vías de un fascismo criollo al servicio de las multinacionales, del imperialismo y de las guerras del imperialismo.
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