Escribe Nicolás Morel
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Durante los días 2 al 6 de septiembre se realizarán las elecciones de Centro de Estudiantes, Consejo Directivo y Junta de Carrera en todas las facultades de la Universidad de Buenos Aires.
La fecha ha sido establecida por el rectorado y acatada por todas las corrientes y sindicatos. Ha servido para imponer una ´pausa´ en el ´plan de lucha´ de la Universidad. Se ha conformado un bloque de colaboración entre las autoridades y agrupaciones, referenciado en la fraudulenta “ley de financiamiento universitario” (que no tiene nada de ley sino que es una declaración que “encomienda” gastos educativos al Ejecutivo), que consiguió media sanción y el apoyo del FITU. Este frente político -que abarca de Franja Morada y el peronismo al FITU- tiene su antecedente en la reforma de los estatutos de la FUBA y de los Centros, en 2021, para llevar de uno a dos años la duración de los mandatos y unificar los comicios de Centro y autoridades universitarias,
El presupuesto universitario y el salario docente han sido sacrificados en el altar del pago de la deuda pública. El financiamiento de las universidades depende cada vez más de “fondos propios”, obtenidos mediante la oferta de cursos, posgrados y tecnicaturas aranceladas. Está en agenda el arancelamiento de la cursada, comenzando con los estudiantes extranjeros. El fomento a la titulación intermedia -promovida en todas las facultades por los decanos- forma parte de esta política de vaciamiento de las carreras de grado. El Rectorado de la UBA y los decanos son una correa de transmisión de la “motosierra”. Sus representantes políticos y parlamentarios colaboran con Milei, votando la ´ley bases´ en el Congreso, a sabiendas de que esta es incompatible con la universidad pública.
La histórica marcha educativa del 23 de abril y la masiva huelga docente de alcance nacional expresan una tendencia a la lucha de la docencia y el movimiento estudiantil, que las conducciones de los gremios docentes y el Rectorado han operado para “desescalar” la conflictividad en las aulas, incluida la “tregua” de la convocatoria electoral.
Nuestra corriente, Política Obrera, se presenta en las elecciones de Centro de Estudiantes y de Consejo Directivo en las facultades de Exactas y de Filosofía y Letras.
En Exactas conformamos, junto con activistas docentes y con estudiantes independientes, una nueva agrupación, Contragolpe, con la cual hemos impulsado la realización de asambleas y clases públicas durante el cuatrimestre. La conducción del Centro de estudiantes se encuentra en manos de Identidad (La Cámpora), agrupación ligada al Decano de la Facultad, Guillermo Durán.
En Filosofía y Letras, luego de reunir una cantidad nutrida de avales y candidaturas, presentamos la Lista 1 - Política Obrera. Allí, el actual Decano de la facultad, Ricardo Manetti, es un gestor del recorte presupuestario del gobierno nacional, fomentando el cierre de cursos y el recorte de la cursada, al mismo tiempo que ha formado una caja propia a expensas de la utilización de las instalaciones de la Facultad para el dictado de cursos y posgrados arancelados. El Centro de estudiantes, dirigido por El colectivo (La Mella, La Cámpora, Aluvión) ha actuado como apologista abierto de esta orientación, e incluso votado a favor del recorte horario de la cursada.