Asamblea Universitaria en la UNA: el único reality show donde el público no vota

Escribe Iara Bogado

Las autoridades ponen en marcha una reforma privatizadora.

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El 5 de noviembre pasado se celebró la Asamblea Universitaria de la Universidad Nacional de las Artes. Su propósito fundamental fue aprobar el cronograma de comisiones que discutirán la reforma del estatuto. En las comisiones podrán participar todos los consejeros, pero el voto queda reservado sólo para sus miembros designados.

Previamente, al mediodía, se aprobó la reelección de la rectora Sandra Torlucci, enrolada en el peronismo. La asamblea tuvo lugar en la sede de La Cárcova, ubicada en la Costanera Sur.

Las autoridades y las agrupaciones que les son afines salieron con los tapones de punta a defender un proyecto de estatuto que sentará las bases formales de una política privatizadora.

El decano de Crítica de las Artes acusó a la oposición de no entender qué se iba a tratar en la asamblea y de estar desinformando. Expresó que es un avance para la universidad y recalcó su apoyo a Sandra Torlucci. Afirmó, sin exhibir pruebas, que hubo un aumento de la currícula estudiantil, cuando quienes cursamos a diario en la UNA observamos una masiva expulsión de estudiantes. Esos estudiantes en el medio abandonan por la incompatibilidad de horarios -no hay triple franja horaria- o,, directamente, por no tener plata para cargar la SUBE. No hay becas para materiales y debemos ponerlos de nuestros bolsillos. Las condiciones de infraestructura son deplorables. Todo ello redunda en una alta rotación: todos los años ingresan estudiantes nuevos, pero es cada vez mayor el porcentaje de los que desertan. El decano también defendió la implementación del sistema de créditos (SACAU), que reduce la exigencia de horas en aula, diciendo que sería beneficiosa para la inserción laboral de los estudiantes y que tenía la aprobación del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN). Pero para lo único que servirá será para fomentar el área de “extensión universitaria” paga (posgrados, COPAC, diplomaturas, seminarios y cursos de extensión arancelados). Por su parte, la decana de Artes del Movimiento acusó a la oposición a esta reforma -que incluye a nuestra agrupación, UNA Trinchera- de dogmática y expresó que “la realidad” es la que está en el texto, cuya redacción ha sido sustraída, precisamente, a la consideración de los estudiantes. Hemos tenido que ´descifrar´ el rumbo de esta reforma de la cantidad de reuniones -publicadas en la página institucional- que tuvieron las autoridades sobre el SACAU, la educación a distancia (SIED) y los ´controles de calidad´ (SIAC). En cambio, cuestiones que nos afectan directamente a los estudiantes, como las condiciones de cursada, nuestros títulos y contenidos de las carreras de grado y la orientación de la universidad, la gratuidad y calidad educativa, fueron excluidos de la discusión. Los estudiantes no necesitamos el achicamiento de la carrera para asegurar la terminalidad, necesitamos la garantización de las necesidades básicas para sostener la cursada siendo trabajadores.

El decano de Multimediales reconoció que las autoridades estuvieron debatiendo el estatuto por años, inclusive desde antes de que Sandra Torlucci fuese nombrada rectora, lo cual es una admisión de que se trata de un proyecto cocinado entre camarillas.

Los consejeros estudiantiles afines a las autoridades y el PJ (Estétika, Tu eterno chicharrón, La colectiva y el FULF) celebraron la reforma y la forma “democrática” de su trámite (en realidad, se trata de un proyecto desconocido en una asamblea regimentada). Hablaron de la necesidad de renovación y de una universidad “transversal, anticapacitista, antirracial, transfeminismo, justicia social, decolonialidad, latinoamericanismo e identidades” y “que se tenga en cuenta que somos laburantes”. El planteo fue un conjunto de abstracciones identitarias, sin reclamos concretos que modifiquen nuestra realidad material en la universidad. Resaltaron que “el afuera es hostil y el amor hacia adentro de la universidad”.

Estétika, por su parte, reforzó el ataque contra las agrupaciones opositoras, acusándolas de desinformar y promover ´fake news´. El FULF, que también es parte de Estétika, celebró que tienen mayoría en el consejo y defendió la poca difusión institucional del proyecto de reforma, deslizando la responsabilidad de las autoridades sobre las agrupaciones estudiantiles. Pidió que se “sigan efectivizando” las políticas de género y discapacidad, nuevamente, un taparrabos de la política de vaciamiento de las autoridades.

La reforma estatutaria se impone a puertas cerradas para silenciar las demandas del movimiento estudiantil y docente, contrarias al programa mileísta que estas camarillas buscan implementar en la UNA. La asamblea dejó en evidencia la falsedad del discurso que pregona que "todos queremos lo mismo": es incompatible defender una universidad gratuita y de calidad mientras se apoyan las reformas del Banco Mundial y la UNESCO que precarizan la educación. Ante esta situación, queda claro que solo la organización y la lucha colectiva pueden imponer nuestros reclamos históricos: salario docente por encima de la canasta básica, triple franja horaria, infraestructura, becas de materiales y boleto educativo.

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