Escribe Fabián Pacheco
Una interna entre fracciones de la burocracia, de espaldas a las reivindicaciones de los trabajadores.
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El jueves 22 de agosto, se realizó una reunión en el camping de Camioneros de la ciudad rosarina de Pérez, donde se reunieron sectores disidentes de la Federación Nacional. Sacaron un escueto manifiesto, haciendo referencias a la necesidad de un “manejo federal” del gremio y en contra de la “burocracia centralista” (La Nación, 22/08). Se trata de un reagrupamiento encabezado por el dirigente camionero de Santa Fe, Sergio Aladio, y el dirigente de los recolectores de residuos de Córdoba, Mauricio Saillen, a los que se suman Daniel Urrutia de Jujuy y Pedro Mamani de Tucumán.
Los disidentes cuentan con el apoyo poco disimulado del gobierno de Milei, quien a través del secretario de Trabajo, Julio Cordero, habilitó a los sindicatos camioneros de Jujuy y Tucumán, conformándose dos sindicatos provinciales alternativos, con simple inscripción. Sumaron su firma a la proclama disidentes de Entre Ríos y San Luis. Chaco también presenta sus disidencias, aunque no aparece entre los firmantes. Si bien los opositores aparecen como secesionistas, no se descarta la presentación de una lista nacional que enfrente al moyanismo en 2025, cuando se vote la renovación de la directiva nacional de la federación.
Frente a esto, la federación nacional de Camioneros sacó un extenso comunicado en la redes sociales, con la firma de Hugo Moyano, denunciando el hecho como una operación de prensa del diario La Nación y entre acusaciones al diario y denuncia a los “supuestos opositores”, repaso de prontuario mediante, minimizando el encuentro al que calificó como un “rejunte propatronal y de derrotados que no representan a nadie”. Los firmantes habían sido derrotados por el moyanismo en elecciones seccionales.
Sin embargo, es evidente que el tema reviste una importancia estratégica para los Moyano. De hecho, Santa Fe es la seccional más importante del gremio después de la de Buenos Aires. Cuenta con más de 25.000 afiliados. De allí salía siempre el adjunto de la federación hasta que, en 2007, en un episodio nunca esclarecido, Abel Beroiz, Secretario General de esa seccional y Tesorero de la federación nacional, fue asesinado. Desde entonces, la seccional santafesina entró en una serie de disputas internas, algunas de tinte mafioso, que llevó a la intervención por parte del moyanismo de la seccional. En el medio de esto, Aladio, salido del riñón del moyanismo, criado bajo el ala de Beroiz, se alza con el control de la seccional, pero enfrentado a la intervención moyanista.
El punto más algido de la interna provincial se dio en 2014, cuando a instancias de una asamblea de memoria y balance, en un enfrentamiento a tiros entre facciones provinciales del gremio, se produce el asesinato nunca esclarecido de un trabajador convocado por los rivales de Aladio, en las adyacencias del mismo camping donde ahora se firma ahora el acta de los disidentes.
Así, en 2016 comienza el proceso de desafiliación de la federación nacional con idas y vueltas. Luego de disputas entre la intervención moyanista y el santafesino, en 2021 el clan Moyano inscribe en la provincia un sindicato paralelo con el guiño del entonces ministro de Trabajo nacional Claudio Moroni. Según los disidentes, no cumpliría los requisitos mínimos el reconocimiento. Sin embargo, Aladio mantiene a la inmensa mayoria de los afiliados con la contradicción de estar bajo el convenio nacional 40/89 de la federación camionera. En febrero de este año, Aladio consigue la desafiliación definitiva, por medio de un fallo de la Corte Suprema de Justicia.
El fallo de la Corte no es un dato menor. La resolución por unanimidad a favor de Sergio Aladio del máximo tribunal es un elemento por demás alentador para los disidentes. Sumado a esto, el gobierno de Milei se muestra jugado a erosionar el poder de los Moyano y este reagrupamiento de burócratas disidentes parece ser el camino indicado para ello.
Para los trabajadores, este reagrupamiento no significa un canal para luchar por el salario ni por las condiciones laborales. Por el contrario, Aladio, ya en octubre del año pasado, presentó su propio proyecto de reforma laboral ante las autoridades competentes, antes de que se presentara la “Ley Bases” en el Congreso, postulándose como un recambio por derecha a la conducción moyanista a tono con los nuevos vientos libertarios. La modificación del convenio reclamada por el santafesino, implica una pérdida de derechos históricos de los trabajadores: fondo de cese laboral administrado por empresas y sindicato gerenciado por aseguradoras y bancos, un engendro inspirado en la UOCRA, pero privatizado al estilo AFJP, lo que dejaría los fondos obreros a merced de las fluctuaciones del mercado. El chofer de camión inicial pasaría a cobrar la mitad del sueldo actual con un periodo de prueba extendido a seis meses. La zanahoria que ofrece Aladio para los trabajadores es incorporar el día por mudanza y el día femenino (en un gremio con abrumadora mayoría de hombres), inexistentes en el actual convenio. Todo esto regiría solo para Santa Fe. El santafesino insiste con una “adecuación provincial” del convenio para “no perjudicar a las pymes”, es decir en favor de intereses patronales. De avanzar el proyecto, por el peso del gremio de camioneros, sería una fuerte señal en la dirección del desguace de los convenios únicos y hacia el establecimiento del convenio por región y por empresas.
Por su parte el moyanismo se ha ocupado de no hacer olas contra la aprobación de la Ley Bases, permitiendo que la reforma laboral pase sin mayores resistencias. Antes que esto, ya en abril, en el marco de la homologación paritaria, Hugo Moyano acordó con las patronales una modificación totalmente precarizadora del convenio: turnos americanos 4 x 3 en tres ramas del convenio y la posibilidad de acuerdos individuales entre el trabajador y la patronal. Toda una reforma laboral. Como se puede observar, Moyano y sus disidentes no son tan distintos.
El repudio a la burocracia sindical por parte de los trabajadores ha servido de combustible para el ascenso de los liberticidas que hoy gobiernan. Los trabajadores han optado por una salida contra sus propios intereses, pero fundamentalmente por el rol nefasto de los gobiernos precedentes y en gran medida por el papel que ha jugado la “casta sindical”. Esta pelea entre el moyanismo y los ex moyanistas de Aladio, no representa ningún canal para defender los intereses elementales de los trabajadores sino su contrario. Ambos sectores velan por sus intereses de camarilla y tributan a distintos intereses patronales. Los que son presentados como “rebeldes” por la prensa, vienen a postularse como el recambio afín al gobierno liberticida.
Los trabajadores debemos forjar un camino propio a partir de un proceso de organización autónomo de las facciones burocráticas, para encarar sin ataduras, las luchas que nos plantean los ataques a nuestras conquistas.
Moyano cierra paritarias en Camioneros y Milei le pone “like” Se suma a la paritaria de cuenta regresiva de los demás gremios. Por Fabián Pacheco, 02/09/2024.