Escribe Corresponsal
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Una columna de varias cuadras encabezada por trabajadores del hospital Garrahan y profesionales del hospital Laura Bonaparte partió esta mañana desde Parque Patricios y recorrió la ciudad hasta Plaza de Mayo. Se destacó una gran presencia de residentes de CABA, provincia y Nación, afectados por la cancelación de un bono que debían recibir. La lucha de ambos hospitales ha convocado a una nueva rebelión de los trabajadores de la Salud.
El hospital Bonaparte continúa ocupado por sus trabajadores. Han recibido un macizo y masivo apoyo popular. La policía se ha tenido que limitar a desviar el tránsito en las inmediaciones. El protocolo de Bullrich es una hoja mojada frente a la acción decidida de los trabajadores.
El gobierno, por su parte, ha entrado en un impasse. Algunos medios comienzan a deslizar críticas sobre el flamante ministro de Salud, Lugones, a quien acusan de excesivo celo liberticida. Por lo pronto, en su primera comunicación oficial sobre el destino del hospital, entre varias imprecisiones, pasó a referirse a una “reestructuración” y “reorganización” del servicio, pero no de su cierre. Asimismo, mandarían a renovar los contratos -mensuales- a sus trabajadores. Pero los compañeros no mascan vidrio y saben que la intención del gobierno es el cierre. Lugones, un rabioso agente de los capitalistas de la Salud, tiene un “plan”: remover todos los dispositivos de salud mental que interfieran en la tercerización del servicio sobre clínicas y ´casas de medio camino´ del sector privado.
Está planteada una huelga general de la Salud, en apoyo al Bonaparte, al Garrahan, a los residentes y a todos los trabajadores que cargan sobre sus espaldas el sostenimiento de la salud pública.