Contundente paro de los residentes de los hospitales nacionales contra la bochornosa provocación del gobierno liberticida

Escribe Julián Asiner

Russo y Milei aducen falta de fondos para desconocer sus propias resoluciones

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Los residentes de los hospitales nacionales realizaron un paro con acatamiento total y se movilizaron al Ministerio de Salud de la Nación. Ocurre que el gobierno liberticida lleva meses incumpliendo el acuerdo firmado en el mes julio, cuando tras semanas de paros y movilizaciones se comprometió a otorgar un aumento del 35 % del sueldo a través de un bono no remunerativo, que nunca apareció. El 23 de septiembre pasado, el Gobierno “festejó” el Día del Residente publicando en Boletín Oficial un aumento del 28 %, no del 35, para aquellos que dependen de los hospitales nacionales. Sin embargo, apenas cuatro horas más tarde una nueva resolución del ministro Mario Russo dio de baja la resolución anterior, aduciendo falta de presupuesto.

El bochorno despertó la ira de los médicos y profesionales de la salud residentes, quienes vienen asumiendo el enorme desgaste y compromiso que implican sus tareas por salarios que apenas cubren el 40 % de una canasta familiar, hoy valuada en 1.800.000 para una persona que vive en CABA. Tras conocerse el ida y vuelta de las resoluciones, los funcionarios de Russo cortaron el diálogo con los delegados y los residentes de hospitales como el Posadas, Bonaparte, El Cruce y Montes de Oca resolvieron abandonar sus tareas el miércoles 25 y se congregaron en el Hospital Garrahan, desde donde organizaron una multitudinaria marcha al Ministerio de Salud. El paro, las movilizaciones y acciones de lucha, que incluyeron el abandono masivo de las guardias, se replicaron a su vez de manera autoconvocada en las diferentes ciudades y provincias del país. Los residentes del Garrahan decidieron extender la medida al día jueves, cumpliendo 48 horas de paro sin guardias y convocaron a todos los trabajadores del hospital a participar de una asamblea general y un aplausazo al mediodía.

El destrato hacia quienes deben cuidar de la salud de la población trabajadora y sostienen con su labor el funcionamiento del sistema sanitario es parte de una política de liquidación de las condiciones laborales que recorre a toda la salud pública y las distintas áreas del Estado. Para fines de septiembre, hay 65.000 puestos trabajo en riesgo por el vencimiento de contratos que el Gobierno pretende no renovar. Es la contracara de la propuesta que el Gobierno le ofrece a los acreedores de los títulos que se vencen de la deuda pública, para quienes habrá nuevos bonos en dólares y canjes por tasas superiores y plazos de pago más breves. El rescate liberticida del capital financiero es la ruina de la clase obrera y sus condiciones de vida y de trabajo, es decir, de los grandes determinantes de los procesos de salud-enfermedad.

El desplante oficial a los residentes merece una respuesta de conjunto. En el Hospital Garrahan, los funcionarios jerárquicos salieron a apretar a los residentes que dependen de otras jurisdicciones, como CABA, para que no se sumaran a la protesta de los residentes de Nación y de otros sectores del hospital que se encuentran en pie de lucha. Es precisamente lo que hay que lograr para quebrar la ofensiva del Gobierno. Acompañemos la determinación y los métodos de lucha de los residentes de Nación, superando la impotencia y el papel desorganizador de los diferentes aparatos de la burocracia sindical. Organicemos asambleas conjuntas en los hospitales, sin distinción de contrato, especialidad, gremio o escalafón laboral. Vayamos a la huelga por el cumplimiento inmediato de los acuerdos firmados, la defensa íntegra del carácter remunerativo del salario y una escala salarial para toda la salud pública que tenga como piso mínimo el valor de la canasta familiar. Derrotemos las provocaciones liberticidas con una huelga general de toda la salud pública.

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