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Tras el reciente debate en la Cámara de Diputados donde terminó imponiéndose la ratificación del veto de Milei, el clima de tensión entre los estudiantes se manifestó con fuerza en diversas facultades de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT). En Filosofía y Letras, las asambleas de distintas carreras organizaron una vigilia la noche previa a la sesión en Diputados. En el día de la sesión, en la Facultad de Artes, estudiantes de la carrera de Teatro, junto con docentes, la LD (Lista de Delegados-Política Obrera) y otras agrupaciones, recorrieron los talleres para autoconvocar a una asamblea a la que concurrieron más de 100 estudiantes, que culminó resolviendo la ocupación de la facultad por amplia mayoría tras un intenso debate.
Simultáneamente, en la Facultad de Ciencias Naturales, otra asamblea de unas 100 personas votó a favor de una toma simbólica por 24 horas. Al día siguiente, en la Escuela de Cine, el centro de estudiantes organizó un bloqueo de calles, seguido de una asamblea con una concurrencia extraordinaria que terminó resolviendo la toma de la escuela a partir del lunes.
Estos eventos surgieron desde las bases autoconvocados, al margen de las direcciones estudiantiles tradicionales, encabezadas por variantes de la Franja Morada y el MPE (filo K), quienes, a contramano de la creciente movilización, no han tomado acción alguna desde la masiva marcha del 2 de octubre.
Distinto es el caso de la conducción del gremio docente ADIUNT, que desde hace un largo tiempo viene esforzándose por sumar a las acciones de huelga y movilizaciones al movimiento estudiantil integrándolo, sumando en la lucha sus propias reivindicaciones. Por ello, los estudiantes lo reconocen, y recíprocamente lo convocan a participar de sus iniciativas, dando muestra práctica concreta de cómo se puede avanzar en la unidad docente estudiantil.
Como lo demuestran las más de sesenta ocupaciones en todo el país, la forma que ha adoptado esta rebelión estudiantil nacional contra Milei es la ocupación de edificios de facultades y rectorados. Tal como ocurrió durante la Reforma Universitaria de 1918, que sentó las bases de gobiernos universitarios autónomos y democráticos y la conquista de importantes derechos, el movimiento estudiantil, aun de manera confusa, está desplegando su propia huelga educativa a través de estas tomas, como método, al margen del CIN y todas las burocracias sindicales y estudiantiles..
Sin embargo, en la Facultad de Filosofía y Letras se ha desarrollado, y continúa en curso, un operativo para evitar cualquier intento de ocupación. El decanato, junto con la conducción del centro de estudiantes, La Bolívar-MPE, ejercieron una intensa presión desde la vigilia del martes para evitar la toma de la facultad. A lo largo del proceso, se negaron reiteradamente a convocar una asamblea general, y solo lo hicieron cuando la Facultad de Artes ya había sido ocupada y como consecuencia de la presión desde distintas carreras.
Durante la asamblea, esta conducción impulsó mociones absurdas, como “no encerrarse en la facultad” y “llevar el conflicto a la calle”, llegando incluso a proponer la instalación de carpas frente a la Plaza Independencia (Pretenden que la lucha se transforme en una instancia de la interna que se ha abierto en el PJ, donde desde diversos sectores se cuestiona a Jaldo y su bloque de diputados alineados con la política de Milei). A estas maniobras se sumó la CEPA-PCR.
A pesar de todos estos intentos, no pudieron frenar el espíritu de la base estudiantil, que se alineó con el fenómeno nacional de ocupaciones y finalmente se votó a favor de la toma a partir del próximo lunes.
En la Facultad de Psicología, se autoconvocó una asamblea, la primera en seis años, que reunió a más de 250 personas, en su mayoría estudiantes de los primeros años. Una estudiante comentó: “El 80 % de los que estamos aquí nunca habíamos participado en una asamblea”. Allí también el MPE, que dirige el centro, intentó maniobrar para evitar la ocupación, pero se vió obligado a ceder y se terminó votando a favor de la ocupación, también a partir del lunes.
En estos momentos la facultad de Artes ha seguido esta dinámica y ha suspendido su toma hasta el lunes, donde se va a convocar a una nueva asamblea.
El desafío ahora es asegurar estas medidas y pasar por encima de todos los obstáculos y distracciones. Una de ellas ha surgido del PTS, que luego de haber promovido una salida parlamentaria a la lucha educativa y boicoteado durante todo el año las acciones de ADIUNT, ahora quiere juntar al movimiento estudiantil autoconvocado con la burocracia y los aparatos estudiantiles enemigos de las ocupaciones en una “interfacultad de lucha”.
En oposición a esto es necesario votar pliegos reivindicativos por el presupuesto, los salarios y las becas para extender las acciones y resolver coordinaciones e interfacultades de quienes están en lucha, con mandatos de base y representantes electos y revocables.
Para derrotar a Milei hay que poner en pie una nueva dirección estudiantil, no hacer enjuagues con la burocracia que negocia con el gobierno.