Movilizaciones, piquetes y clases públicas en todo el país

Escribe Nicolás Morel

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Luego de dos días de tomas, las ocupaciones de los estudiantes universitarios ascienden a un centenar de facultades y rectorados de todo el país. Para el día de hoy se encuentran programadas una serie de acciones callejeras, previamente resueltas por las asambleas realizadas el día lunes.

Están previstos para hoy cortes en distintas vías de circulación de CABA y el Conurbano, en donde destacan la General Paz por las universidades de San Martín y de Tres de Febrero, en la avenida Cantilo por FADU y Exactas de la UBA y, en avenida Rivadavia, por Filosofía y Letras. En total, se prevén alrededor de 20 cortes de calles, rutas y autopistas en todo el AMBA. Es notable la participación de una decena de colegios secundarios en estas acciones. Durante el día de ayer, se tomó el Colegio Nacional Buenos Aires. Está convocada, para el mismo horario, una marcha de antorchas hacia la sede de la Secretaría de Educación, organizada por los rectores, la FUA y los gremios docentes y no docentes. Durante el martes se convocaron asambleas en varias sedes del CBC de la UBA.

El gobierno nacional ha lanzado una serie de provocaciones a través de los medios. Patricia Bullrich acusó a los estudiantes de querer “generar una revuelta” como en Chile, por la rebelión de 2019 contra el régimen político diseñado por Pinochet. Incluso afirmó que los estudiantes “van a ir con molotovs” a los cortes y marchas programados para hoy (La Nación, 16/10). Durante el día de ayer, la policía provincial desalojó un corte de calle organizado por estudiantes y docentes de la Universidad de Tucumán. Con estos dichos, el Gobierno no solamente busca presentar a la represión del movimiento universitario como una necesidad para garantizar el “orden”, sino que también ha servido para agitar ataques de grupos de lúmpenes contra las asambleas, como ocurrió recientemente en la UNQui, y como se planificó en las facultades de Medicina de la UBA y en la Universidad de José C. Paz. Todos estos han contado con apoyo del partido de gobierno, el cual ha trasladado funcionarios y repartido gas pimienta y palos (Agencia Farco, 16/10). Para el propio Milei, detrás de las tomas están los “troskos”, cuya intención es "desestabilizar" al gobierno.

Las autoridades de las universidades y el CIN han maniobrado durante las últimas 24 horas en la perspectiva de levantar las tomas y retomar un control sobre la situación de las facultades, que se vio desestabilizado luego de las masivas asambleas del lunes. En una serie de declaraciones públicas, resaltaron la necesidad de que las medidas tomadas por estudiantes y docentes “no afecten el normal funcionamiento de las universidades”, agregando que “la mejor defensa es con las aulas llenas y los laboratorios funcionando” (Clarín, 16/10). Buscan evitar que la lucha universitaria asuma un carácter de enfrentamiento decidido contra el gobierno nacional. Los rectores reconocen en las tomas y en su continuidad una tendencia creciente en esta línea, la cual no es exclusiva de las facultades y que no solo apunta a Milei, sino que progresivamente lo hace también contra el régimen de colaboración de los bloques políticos que respaldan a los decanos y rectores y que, en el Congreso, le aprobaron la ley Bases y la delegación de poderes.

En esta sintonía, el secretario general de ADUBA, Emiliano Cagnacci, se expresó respecto del paro docente convocado para el inicio de la próxima semana diciendo que “es una medida estrictamente gremial” (Clarín, 16/10), ignorando el carácter estratégico de la ofensiva del Gobierno contra la educación y, en consecuencia, también una respuesta en consecuencia con ese desafío. Desde la FUA resaltaron la necesidad de que el reclamo universitario se desarrolle “en paz” -en alusión a los ataques libertarios en la UNQui, pero también a las tomas-, equiparando con una misma etiqueta al accionar de grupos de lúmpenes fascistas y a la lucha estudiantil contra la barbarie educativa que el Gobierno busca imponernos. Se espera que el paro de 48 horas de la semana que viene vuelva a clausurar las universidades, lo cual ha sido utilizado de antemano por las agrupaciones estudiantiles de las autoridades para agitar la necesidad de levantar las tomas.

El desafío que tenemos por delante es orientar la lucha que se está desarrollando en las universidades y en las calles hacia el centro del poder político. Una nueva marcha universitaria que apunte directamente a Plaza de Mayo permitirá asestar un golpe de gran magnitud a un gobierno ya atravesado por crisis internas y un repudio popular cada vez mayor. El entendimiento que buscan las autoridades universitarias con el gobierno nacional revela su hostilidad hacia la lucha estudiantil. Debemos extraer una poderosa conclusión: es un entendimiento entre dos camarillas privatizadoras. Con sus diferencias, tanto el gobierno nacional como las camarillas universitarias colocan a la universidad al servicio de un régimen social reaccionario, marcado por la pauperización social, la privatización de contenidos (posgrados y postítulos arancelados), la degradación de la educación científica y, finalmente, el apoyo a la guerra y la barbarie. Impulsemos un enfrentamiento decidido contra el Gobierno en la perspectiva de la conquista del presupuesto, del salario docente y de una educación al servicio de las necesidades populares y la transformación social.

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