Universidad Nacional de Tucumán: crece la lucha docente-estudiantil

Escribe Anahí Rodríguez

La policía de Jaldo enviada a reprimir.

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Está última semana la rebelión estudiantil nacional se extendió en Tucumán con 8 tomas. Tres facultades, Artes, Filo y Psico, y Ciencias Naturales (en este caso solo por 48 hs.); la escuela de Cine, y tres escuelas preuniversitarias con tomas simbólicas. En otras facultades, hubo asambleas, clases publicas y otras acciones de movilización y visibilización del conflicto.
Un proceso de deliberación como hacía mucho no se veía, con asambleas masivas, en varios casos interclaustro (docentes, estudiantes y nodocentes). En la mayoría de los casos por medio de autoconvocatorias y sin la participación de los centros de estudiantes como en Derecho, Arquitectura y Bioquímica. El lunes pasado una asamblea general de la ADIUNT votó el apoyo activo a las tomas, impulsando clases públicas e impulsando distintas iniciativas de coordinación. En ese marco se decidió el jueves 17 coordinar con los estudiantes de las asambleas una marcha. Fue el día del paro nacional universitario.

En la asamblea general de la ADIUNT también se aprobó llevar como mandato al plenario de Secretarios Generales el planteo de apoyo a las ocupaciones y coordinación nacional docente estudiantil y en ese marco el planteo de una huelga de una semana a partir del 21 de octubre y la concreción de una nueva marcha nacional educativa.

Entre el martes y miércoles las 8 tomas se fueron haciendo efectivas y creciendo las clases públicas en los patios, veredas, merenderos de facultades y escuelas.

Frente a este clima de agitación, el martes 15, la policía, esgrimiendo órdenes del gobernador, se hizo presente en la puerta de la facultad de Filosofía y Letras y en forma provocativa arrancaron los carteles, argumentando que eran de carácter ofensivo y se encontraban en la vía pública. Al día siguiente, miércoles 16, nuevamente se hicieron presentes, esta vez con despliegue de la guardia de infantería, para disolver una clase publica que se hacía en la avenida, frente a la facultad. Argumentaron que estaban aplicando el “protocolo antipiquetes” nacional. Se trató, claramente de una acción represiva ilegal, pues la provincia nunca adhirió al protocolo Bullrich. En conferencia de prensa, Osvaldo Jaldo declaró que el accionar policial fue ordenado directamente desde la gobernación y que no iba a permitir ningún corte de ruta, avenidas ni calles. Este accionar represivo causó una enorme repulsa y radicalizó el proceso de lucha. Ello quedó claramente reflejado al día siguiente, cuando se concretó la marcha docente-estudiantil.

Cinco mil docentes y estudiantes se concentraron en el rectorado de la UNT. El hecho superlativo fue la enorme presencia estudiantil y la combatividad de los cánticos que también luego estuvo reflejado en los discursos, denunciando a Milei y Jaldo.

La movilización reforzó la unidad docente-estudiantil y en varias asambleas se repudió el accionar faccioso-divisionista del PTS y sectores de la burocracia estudiantil alineados con el peronismo, que en todo momento se opusieron a coordinar con la ADIUNT la marcha y las acciones, y en paralelo, también en todos lados, y sin sonrojarse, proponían el pedido a la burocracia sindical de la CGT un paro nacional y a las burocracias estudiantiles, que dirigen los centros y están al margen de este proceso, a que convoquen a asambleas.

La burocracia tanto sindical de la CGT como estudiantil de la FUA y las federaciones locales y sus centros, sabotean conscientemente toda acción de lucha independiente.

Nos preparamos para una semana de huelga desde el 21, con una agenda de asambleas interclaustros, clases públicas, un festival de lucha, el retome de las ocupaciones, todo en el marco de la coordinación docente–estudiantil.

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