Escribe Julio Gudiño
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De Narváez, el patrón de Dorinka, insiste con su propósito destruir la comisión interna y toda resistencia obrera para implementar la flexibilidad laboral
Recientemente, intentó coimear a los delegados con un bono de 60 horas a cambio de ausentarse de la logística para imponer a sus anchas la multitarea, el aumento de los ritmos de producción y proceder a despidos por medio de “retiros voluntarios”. El Secretario General de la Seccional Luján-Rodriguéz, Pablo Osuna, juega un papel activo en el objetivo de doblegar la voluntad de lucha de los delegados: primero apretándolos para que acepten la coima y luego mediante una acción para que sean destituidos. Los delegados denunciaron públicamente el intento de soborno y una asamblea ratificó sus mandatos. Ahora la patronal recalcula su operativo en complicidad con Osuna. El martes pasado la patronal convoco a los delegados y les anunció que dejaría de pagarles las horas de trabajo por encima de la jornada normal. Es decir, como no pudieron comprarlos ahora pretenden asfixiarlos económicamente.
La burocracia sindical y Dorinka presentan el conflicto entre los delegados y Osuna como una "interna sindical". La realidad es muy distinta: de un lado, están la patronal y la burocracia, que quieren arrasar con los derechos laborales; de otro lado, están los trabajadores y los delegados que se mantienen firmes junto a sus compañeros en no entregar el convenio de trabajo, la salud y el salario.
Llamamos a repudiar el ataque de la patronal y de Osuna contra los delegados de Dorinka y a movilizarse en apoyo de los delegados y trabajadores de Dorinka.