Escribe Jorge Altamira
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A Diana Mondino no le alcanzó la autorización irrestricta de vuelos a Malvinas, el archipiélago de Argentina bajo control de Gran Bretaña, para sobrevivir a los entreveros libertarios. La excanciller de Milei pensaba que los intercambios comerciales con las Islas llevarían a un arreglo como el que alcanzó la Isla Mauricio con la isla de Chagos, también bajo ocupación británica, donde Estados Unidos tiene una importantísima base militar. El Reino Unido acabó cediendo soberanía a cambio de un acuerdo que autoriza la permanencia de esa base por 99 años. Mondino fue también instrumental en el logro de una tregua política con Lula, el presidente de Brasil, bajo el entendimiento de que no se podía andar con querellas con el principal socio comercial de Argentina. Brasil, por otro lado, se ha hecho cargo de la embajada de Argentina en Caracas, donde se encuentran refugiados opositores políticos a Maduro. La defenestrada ministra era demasiado liberal para el régimen liberticida.
En cuanto operación política, la destitución de Mondino está vinculada al progresivo copamiento de las instituciones del estado por parte de la camarilla conspirativa de Karina Milei y Santiago Caputo. Es lo que ha ocurrido con las ex AFI y AFIP, dos organismos de Inteligencia, uno político, el otro financiero. El reemplazante de la ex ministra, Gerardo Werthein, es un viejo fanático del kirchernismo, que está al servicio de Washington y Tel Aviv. El triunvirato ejecutivo, que controla desde el principio el ministerio de Economía y el Banco Central, se ha lanzado a un trabajo de infiltración en la oposición política, para reclutar punteros al servicio de su diseño electoral y a la instalación de un partido estatal. Es el objetivo que está por detrás de las bravuconadas de Milei contra adversarios y también adictos, que son saludadas con aplausos cerrados en los ámbitos patronales. En la misma onda, el aparato de LLA ha comenzado a atacar a Clarín y a varios periodistas de La Nación, sin importar lo serviciales que han sido estos diarios con los grandes intereses capitalistas. El propósito libertario es instalar un monopolio informativo propio o alquilado.
La cosa se presenta más complicada con el cuerpo diplomático, que tiene una suerte de fueros. En este caso se apela a la designación de personal político, que puede saltar la obligación de contar con el acuerdo constitucional del Senado. Mondino se había inclinado, ante las dificultades, a establecer algo parecido a una coexistencia pacífica con la planta de embajadores. La diplomacia argentina, en el marco de variados gobiernos, ha votado contra el bloqueo norteamericano a Cuba, en especial cuando Estados Unidos no apoya, como tampoco Israel, el reclamo de Argentina en la ONU para iniciar negociaciones con Gran Bretaña por la soberanía argentina sobre Malvinas.
Al justificar el voto del ahora exrepresentante de Argentina en la ONU contra el bloqueo a Cuba, Mondino esgrimió un argumento ingenuo, pero no tanto como parece; dijo que el bloqueo afectaba la libertad de comercio. El planteo es de actualidad, en el marco de una guerra comercial que tiende a acentuarse y que se ha convertido en geopolítica. Un ejemplo: el día de ayer China bloqueó, en represalia a las medidas de Estados Unidos, el envío de baterías a una empresa norteamericana que fabrica drones para Ucrania. Mondino no sólo gestionó la preservación del comercio con Brasil sino también con China, lo cual salvó la continuidad del financiamiento del Banco Central de Argentina por parte de Pekín. Los 186 países que votaron para poner fin al bloqueo contra Cuba reflejaron la preocupación, más allá de lo inocuo de una medida que se viene repitiendo desde hace sesenta años, por el perjuicio inmediato o potencial que los bloqueos y sanciones están causando a sus economías y a la economía mundial. Todo el mundo coincide en que un fin del bloqueo a Cuba daría un impulso importante al desarrollo de una economía abiertamente capitalista en la Isla; promocionaría la intervención del FMI para que Cuba salde su deuda externa; y sería un imán para los capitales internacionales.
La expulsión de Mondino, que será vista como un expediente administrativo en un gobierno de carreristas ávido en imponer un bonapartismo de mano dura, marca una quiebra importante, que se irá manifestando con el tiempo. El gobierno deberá elegir su campo en la guerra económica, cuando sus socios más importantes (Brasil, China) se encuentran entre los rivales, en diferente grado, de Estados Unidos y la OTAN. El ‘éxito’ de Vaca Muerta, por ejemplo, depende de China y los países de la Ruta de la Seda en Asia, en tanto que Estados Unidos es un competidor dispuesto a usar el petróleo de su propia Vaca Muerta como arma económica en la guerra geopolítica. Argentina tiene acceso distante a una vía comercial que se ha convertido en central, como lo es el océano Pacífico. Si Donald Trump gana las elecciones norteamericanas, el arma de la guerra económica se podría convertir en dominante, no necesariamente en beneficio del comercio de Argentina, aunque esa victoria dé, probablemente, un mayor impulso a la ultraderecha en los principales países. El fascismo libertario se encuentra enredado, en forma explosiva, en las contradicciones de la crisis capitalista mundial.