Escribe Alex R
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Durante la tarde del 5 de noviembre, se realizó una asamblea en la Universidad de Quilmes (UNQ) convocada por el centro de Sociales, CECSEA, a la que asistieron unas 90 personas, básicamente de las agrupaciones peronistas, la izquierda y un sector de activistas independientes. El punto de discusión fundamental fue la participación (o no) en la tercera Marcha Federal Educativa programada para el próximo 12 de noviembre. La iniciativa fue lanzada por la Asamblea Interfacultades de Plaza de Mayo reunida el 26 de octubre, en la que participaron centros de estudiantes y activistas de numerosas facultades (UBA, UNA, San Martín, Quilmes, La Matanza, etc.).
La conducción del CECSEA (La Cámpora y sus amigos de Alianza Universitaria, el PCR y el PC) utilizaron todo tipo de excusas para desinflar la lucha contra Milei ("somos pocos" fue el argumento principal, luego de boicotear la convocatoria a la asamblea). Según este bloque, "a Milei le duele más una encuesta que una marcha" (?). Intentaron contraproponer a la marcha un encuentro universitario “por la identidad bonaerense”, que se realizaría el 15, maniobra que finalmente no prosperó. En otro momento del debate, la conducción planteó que la asamblea de Plaza de Mayo no era legítima ni representativa porque no estuvieron ellos mismos, a pesar de que las asambleas de la UNQ votaron participar. Fue necesario votar dos veces, en medio de la confusión -luego de que la primera vez se impusiera la convocatoria a la marcha por apenas un par de votos- y el resultado final fue un empate por 45 a 45.
Desde Política Obrera señalamos que la lucha universitaria, junto a los paros gremiales de la semana pasada, marcaron un nuevo piso en el conflicto entre los trabajadores y el gobierno de Milei. La estrategia de los paros aislados, sectoriales y sin continuidad que propone la burocracia sindical no conduce a ninguna parte. Al mismo tiempo, la ´parlamentarización´ de los conflictos (“que todo pase por el Congreso" y "confiemos en los diputados y senadores”) se ha demostrado también como otra vía muerta. Defendimos la movilización del 12 de noviembre como forma de darle continuidad a la rebelión educativa y planteamos la coordinación con todos los sectores de trabajadores para impulsar una lucha de mayor alcance.