Escribe Olga Cristóbal
Además tratará como “terroristas” a quienes permanezcan en el Norte de Gaza.
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Israel anunció la expulsión total de los palestinos que están en el norte de Gaza y el ejército puntualizó que no se les permitirá regresar a sus hogares. Esto “parecería ser el primer reconocimiento oficial de que Israel está expulsando sistemáticamente a los palestinos de la zona”, dice en un alarde de sagacidad el hipersionista diario británico The Guardian.
En conferencia de prensa, el general Itzik Cohen trató de justificar la expulsión por las dificultades de su ejército para aplastar a las milicias palestinas: explicó que se habían visto obligados a entrar varias veces en algunas zonas que se suponía estaban “limpias” de combatientes, como Jabaliya, y que por lo tanto “no permitirían que los residentes del norte regresen a sus hogares”.
Cohen fue más lejos: afirmó que “como en el norte no quedan más civiles” (SIC) quienes permanezcan allí será considerados terroristas. Tampoco permitirán el ingreso de alimentos ni ninguna clase de ayuda humanitaria. Es el anticipo de que se aprestan a ejecutar el exterminio. Advierte un editorial de Haaretz: “Israel está desencadenando un Apocalipsis en el Norte de Gaza” (6/11).
No está claro cuántas personas permanecen en la zona, aunque hace unos días, la ONU calculó que quedaban unos 400.000 civiles, sometidos a un asedio implacable que provocó en octubre por lo menos 2.000 muertos y agotó los sudarios con los que se los entierra.
Las ciudades de Jabalya, Beit Hanoun y Beit Lahia han sido prácticamente reducidas a escombros y sus habitantes quemados vivos, sin que se les permita entrar a las organizaciones internacionales de ayuda, que fueron expulsadas antes de que comenzara la operación militar.
Al bombardeo de campamentos de refugiados, escuelas y hospitales se suma ahora el ataque aéreo de las caravanas de desplazados que, acatando la orden de evacuación, tratan de huir.
Por si no les alcanzaba con las bombas, Israel impuso un cerco total por hambre. Las Naciones Unidas informó que entre el 1 y el 21 de octubre, solo dejaron entrar el 6 % (4 de 70) de los transportes con ayuda humanitaria para el norte.
Los sionistas justificaron esta ofensiva mortífera con el argumento de que querían evitar un reagrupamiento de la resistencia palestina, que a pesar de la masacre no logran sofocar. Los palestinos dijeron que en realidad Israel se proponían ocupar el Norte y forzar un desplazamiento total de los residentes. Las declaraciones de Cohen zanjaron cualquier discusión.
El miércoles, las redes sociales mostraron oleadas de desplazados, cargado de niños y mochilas, que caminaban hacia el sur entre calles y edificios en ruinas. Muchos llevan días sin comer, dijo Huda Abu Laila a Associated Press. “Estamos descalzos. No tenemos sandalias, ni ropa, ni nada. No hay comida ni agua”, dijo.
Hace unos días, Naciones Unidas y otras organizaciones humanitarias advirtieron que la situación es «apocalíptica» y que «toda la población palestina del norte de Gaza corre el riesgo inminente de morir por enfermedad, hambruna y violencia».
Organizaciones de derechos humanos y humanitarias denuncian que Israel, aunque lo niegue, está aplicando el llamado «plan de los generales», propuesto hace meses por el general retirado Giora Eiland: forzar la evacuación mediante la hambruna y tratar como milicianos a quienes se queden.
Altos funcionarios de defensa admitieron al diario Haaretz que, “al no tener otras alternativas, el gobierno pretende anexar amplias zonas del territorio”.
Israel dividió el territorio en dos a principios de este año al crear lo que denomina el corredor de Netzarim, que separa lo que una vez fue la ciudad de Gaza del resto de la franja. El martes, Cohen también confirmó que el norte de Gaza ha vuelto a dividirse para separar la ciudad de Gaza del norte, más rural.
Después de que Hizbollah repeliera en la invasión terrestre a El Líbano, Israel intensificó los bombardeos. Los soldados israelíes están haciendo estallar, uno tras otro, pueblos enteros en el sur, impidiendo el retorno de la población.
Los ataques aéreos se ensañan con las aldeas, pueblos y zonas residenciales de Beirut, dejando cientos de niños y mujeres muertas. Los sionistas bombardean las aldeas sunnitas y cristianas, tal vez en represalia porque acogieron a los desplazados del sur.
Es una limpieza étnica sin tapujos. En el rediseño del mapa de Medio Oriente que Netanhayu mostró en la asamblea de Naciones Unidas, no existen los “territorios ocupados”, todo es Israel. Los sionistas consideran desde hace mucho tiempo que El Líbano -o por lo menos el sur de Líbano- es su espacio vital y están tratando de garantizarlo.
No es todo. “A medida que Israel amplía sus esfuerzos bélicos (sic) en Oriente Próximo, parece estar intensificando su enfoque en Siria”, afirma el NYT (5/6). El martes, el ejército israelí informó el bombardeo de Siria por tercera vez en la semana con el objetivo de “cortar el flujo de armas e inteligencia entre Hezbollah e Irán”. El ataque fue contra supuestos depósitos de armas situados en Al Qusayr, una ciudad industrial cercana a la frontera con El Líbano. El ejército también secuestró “para interrogarlo” a un ciudadano sirio acusado de tener relación con «redes terroristas iraníes» cerca de los Altos del Golán.
El nuevo secretario general de Heezbollah, Naim Qassem, afirmó el miércoles que tienen “decenas de miles” de combatientes preparados y que ningún lugar de Israel estaba «fuera de los límites» para sus ataques. Añadió que los combatientes están atrincherados en el sur de El Líbano y preparados para una guerra de desgaste de Israel. “Creemos que sólo una cosa puede detener a Israel, que es el campo de batalla, tanto en la frontera como dentro de Israel”, declaró Qassem. Y que están abiertos a un alto el fuego, pero bajo sus propias condiciones.
El ejército israelí ha lanzado más de 85.000 toneladas de bombas sobre la Franja de Gaza desde octubre de 2023, superando la cantidad de explosivos utilizados en la Segunda Guerra Mundial, según informó el jueves 7 la Autoridad de Calidad Medioambiental de Naciones Unidas.
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