Escribe Pablo Busch
El conglomerado K hizo punta en AA.
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Cuando el conflicto aeronáutico aún no se había cerrado, sectores afines al moyanismo habían anunciado que llevarían a la mesa chica de la central obrera la propuesta de un paro general. La respuesta de la CGT ha sido tajante: “No habrá ningún paro, no está en nuestra agenda", resolvió con todas las formalidades la burocracia de Azopardo, el brazo sindical de Kicillof. Más que una ‘tregua’, los gordos han abrazado una colaboración integral con el gobierno liberticida. Han comprado lo de la inflación en baja, como lo hicieron bajo Menem, cuando dispensaron incluso de las paritarias. Sin embargo, Luciano Laspina, un economista del PRO, le contó a Clarín que la desvalorización del poder adquisitivo en el año cayó más del 14 %, debido a los aumentos de alquileres, expensas, servicios de salud y tarifas de gas y luz. Como “el año” comienza en enero, el economista se privó de calcular la hiperdevaluación de diciembre pasado, cuando Milei rebanó un 20 % del salario real, apenas asumió la presidencia
La posición de la CGT es coherente: ¿por qué lanzar paros que ningún sindicato burocrático quiere? El Gobierno retiró los proyectos de leyes que afectaban las cajas sindicales y ahora la comisión de Legislación Laboral del Congreso reafirmó la vigencia del unicato sindical y la reelección indefinida.
Hugo Moyano jugó un papel fundamental en la posición de la CGT, como lo había hecho con Macri cuando le tocó gobernar. El padre de la familia desautorizó la posición combativa del hijo y le aseguró a Gerardo Martínez y Héctor Daer que Camioneros no haría ningún paro. “Son sectores que se dejan llevar por el canto de sirenas del kirchnerismo" declaró un dirigente de la CGT, en relación a la burocracia combativa. Cuando hubo que poner la cara al lado de Kicillof, el canto de la sirena los juntó a todos. Con el ajuste a los estatales de Provincia y la aceptación del RIGI (las grandes inversiones), el ex "soviético" ha aglutinado a todos. Kicillof maneja el segundo presupuesto público de Argentina y el segundo banco: una caja inestimable. No extraña, entonces, que la Mesa del Transporte -encabezada por Pablo Moyano- se haya sumado al "diálogo".
El apoyo político de los sindicatos de la CGT al Gobierno es el reflejo del apoyo del conjunto de la burguesía al golpe económico contra la clase obrera. La burocracia sindical es un agente de la gran patronal, de modo que no podría contrariar un "ajuste" criminal que la burguesía califica como la base misma de su salida económica y política a la crisis inflacionaria. La reforma laboral, las suspensiones y los despidos son llevados adelante en las fábricas en común entre las empresas y los sindicatos, incluso los que pertenecen al ala que posa de combativa.