Dánica: movilización ante amenaza de cierre

Escribe Joaquín Antúnez

El grupo Beltrán pretende quebrar el convenio colectivo.

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Los trabajadores de la planta Dánica, ubicada en Llavallol, han sido notificados por la patronal de que el 31 de diciembre la empresa cerrará sus puertas para mudar toda la instalación y la producción a la provincia de Córdoba. La firma, propiedad del Grupo Beltrán desde finales de 2018, ha establecido un plan de vaciamiento de la planta productora de margarina a partir del año 2019. Comenzaron con reducción de personal, quita de categorías e intentos por reducir salarios. Ahora, el cierre está motivado por el intento de quitar a los trabajadores del convenio colectivo aceitero. La audiencia convocada por el Ministerio de Trabajo provincial pasó a un cuarto intermedio sin dar respuesta a las demandas de los trabajadores sobre su continuidad laboral.

El Sindicato de Obreros y Empleados de la Industria del Aceite (SOEIA) ha denunciado públicamente esta situación junto a la comisión interna de la planta. La patronal ha desvirtuado el trabajo cotidiano dentro de ésta para justificar el cierre; han dejado de comprar insumos, se ha procedido a realizar un inventario de todas las máquinas, el responsable de Seguridad e Higiene ha abandonado la planta -lo que conlleva una irregularidad total y entraña un peligro a la integridad física de los trabajadores-, entre otras medidas que anticipan el cese de la producción.

Aducen un “alto costo laboral”, pero el grupo Beltran presentó, en su balance 2023, que los salarios representan el 8,7 % del costo de producción versus 10,1 % del año 2022. En 2024, el salario ha continuado a la baja.

El intento por trasladar la producción a Córdoba data de larga data y se ha intentado también con la planta ubicada en Villa María, San Luis. La intención central de la patronal es destruir el convenio existente dentro de las plantas de Dánica, rubricadas como empleados del aceite, y trasladar el convenio a la rama de alimentación, con sueldos menores. Durante la pandemia, los trabajadores debieron enfrentar dos cierres “por tiempo indeterminado” (lock out) de la patronal, que también se ha negado a pagar aumentos paritarios y ha quitado categorías a varias decenas de trabajadores en los últimos años.

El SOEIA se orienta a reclamar la intervención del ministro de Trabajo de la provincia, Walter Correa, y del gobernador Axel Kicillof, y escapar a las audiencias en la Secretaría de Trabajo de Nación, donde manda Julio Cordero, del grupo Techint. La sucesión de audiencias, conciliaciones y cuartos intermedios, sin embargo, desgastan a los trabajadores.

La defensa de los puestos de trabajo así como su convenio, salarios y conquistas debe partir de una activa agitación contra los argumentos de la patronal y sus medidas. Ese es el peldaño para una lucha a fondo, que planteará huelgas, piquetes y ocupaciones contra la patronal vaciadora.

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