Dengue: una política criminal a favor de los fondos internacionales y los acreedores de la deuda

Escribe Daniel Blanco

Tiempo de lectura: 8 minutos

En los últimos años, el dengue se ha convertido en un problema de salud pública cada vez más grave. Hasta 1970 se habían reportado brotes de esta enfermedad en solo nueve países del mundo, mientras que el año pasado ocurrió en más de 100, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Uno de esos países es Argentina, que en la anterior temporada de dengue 2023/2024, registró el número histórico de contagios, con más de 783.000 y 503 muertes.

En la temporada de dengue 2024/2025, que comenzó a fines de agosto, ya se confirmaron 162 casos, de los cuales 153 no presentaron antecedentes de viaje. El resto de los casos incluyeron antecedentes de viaje, trasplante o vacunación. Desde principios de 2024, Argentina registró 759.867 casos confirmados, un notable aumento comparado con los 139.946 del año anterior, según el Ministerio de Salud. A su vez, según la misma fuente “en la región del NEA todavía hay dos provincias que siguen identificando casos. No se ha cortado la transmisión, por lo tanto, este es el segundo año consecutivo en que tenemos una región endémica”.

En la actualidad ya se han dado a conocer en 10 jurisdicciones (Chaco, Formosa, Córdoba, Tucumán, Ciudad de Buenos Aires, Mendoza, Entre Ríos, Salta, Buenos Aires y Santa Fe) casos confirmados de dengue autóctono, o sea sin antecedentes de viaje, lo que da cuenta de la gravedad del panorama que se avecina si tenemos en cuenta que, en la epidemia del año pasado, los primeros casos autóctonos se registraron a finales de diciembre.

“Hay un marcado ascenso de las notificaciones en todo el país, incluidos los casos sospechosos, confirmados, probables o descartados”, dijo Mauro Bertolini, de la Unidad de Coordinación Dengue del Ministerio de Salud de la Nación. Otro hecho que reviste gravedad es que los casos registrados han correspondido a los cuatro serotipos del virus del dengue. En el 2023 prevalecieron el DEN 1 y el DEN 2 y hubo pocos casos del DEN 3.

“Brasil tiene circulación de los cuatro serotipos, y el DENV 3 es el que está más cerca de nuestra frontera, en la Mesopotamia. Así que tenemos riesgo de introducción de los serotipos tres y cuatro, que ya estuvieron en Salta cuando comenzó la reemergencia de dengue a finales de los 90”.

Lo esencial: el virus del dengue, transmitido por el mosquito y dividido en cuatro serotipos puede provocar dengue grave si una persona reinfectada contrae otro serotipo distinto al de la primera infección. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta segunda infección incrementa significativamente el riesgo de hemorragia grave, shock e incluso muerte. Los científicos de las universidades de Stanford y Harvard identificaron un factor cada vez más influyente: el cambio climático. Según un estudio reciente, presentado en la Reunión Anual de la Sociedad Estadounidense de Medicina Tropical e Higiene (ASTMH), pero aún no publicado, las temperaturas más altas representan el 19% de la carga actual de la afección en el mundo, una cifra que podría aumentar hasta un 200% en ciertas regiones para el 2050.

Los científicos analizaron datos sobre la incidencia del dengue y las variaciones climáticas en 21 países de Asia y América. La investigación se centró en evaluar si existía una relación directa entre el aumento de las temperaturas y las tasas de infección, al considerar, además, factores adicionales como patrones de lluvia, densidad poblacional y crisis económicas. Los resultados fueron claros: las temperaturas más altas dentro del rango ideal no solo aumentan la población de mosquitos, sino que también aceleran su ciclo de vida y elevan la cantidad de virus que pueden transmitir. Regiones de México, Bolivia y el norte de Brasil, que históricamente estaban en el umbral inferior de la temperatura óptima, ahora enfrentan un riesgo creciente.

“Esto demuestra que el cambio climático ya se ha convertido en una amenaza importante para la salud humana y, en el caso del dengue en particular, los datos sugieren que el impacto podría ser mucho peor”, subrayó la doctora Erin Mordecai, ecología de enfermedades infecciosas del Instituto Woods para el Medio Ambiente de Stanford y autora principal del estudio.

La lucha contra el mosquito y su capacidad de adaptación

La lucha contra el mosquito Aedes Aegypti, cuya hembra es el agente vector transmisor del virus al picar a los seres humanos o a cualquier vertebrado.

Una de las herramientas que disponen los gobiernos para controlar un brote de dengue es la fumigación. Sin embargo, se ha venido constatando que la eficacia de las fumigaciones ha ido disminuyendo. Así lo dieron a conocer investigadores del Laboratorio de Neurobiología de Insectos, que depende tanto de la Facultad de Ciencias Exactas (CREG) como de Ciencias Médicas (CENEXA), ambas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).

Especialistas del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) descubrieron tres mutaciones genéticas que los hace resistentes a los insecticidas aplicados en las fumigaciones. Si bien esta capacidad de resistencia a los insecticidas ya se había comprobado en Brasil, Estados Unidos, México, Colombia y Venezuela- la presencia de estas mutaciones no había sido documentada en Argentina.

Los mosquitos son de hábitos diurnos, pero estudios recientes de la Universidad Estatal de Ohio destacan como la luz artificial en áreas urbanas modifica el comportamiento del Aedes aegypti al extender su actividad nocturna, lo que aumenta el riesgo de picaduras.

Los investigadores señalaron que la exposición constante a iluminación artificial altera el ritmo circadiano del insecto y prolonga sus horas de búsqueda de alimento.

La propia historia del Aedes aegypti es también una muestra de su notable capacidad de adaptación, pues siendo originarios del continente africano, allí las victimas era los animales y no los seres humanos. La colonización de América y el tráfico de esclavos provenientes de África, la sangre transportó el mosquito al continente americano, y allí, las hembras frente a las nuevas condiciones tomó a la sangre de los seres humanos como fuente, para poder producir los huevos y asegurar la reproducción del mosquito.

Niteroi

Frente a este escenario, una ciudad brasileña, Niterói, se destacó como una rara excepción en medio del brote más severo de la infección en Brasil en el 2024. En esa ciudad se usó como variante de lucha contra el mosquito, liberar a lo largo de cinco años mosquitos infectados con Wolbachia -una bacteria natural que impide la transmisión del dengue y otros virus como el zika y el chikungunya- demostrando un enorme avance en la lucha contra la enfermedad. La liberación de Wolbachia se completó en 2023, los casos disminuyeron drásticamente. La incidencia promedio en la ciudad pasó de 913 a 84 casos por cada 100.000 habitantes.

Esta misma política se ha implementado, además de Brasil, en otros países como Indonesia y Colombia, Australia con resultados prometedores.

A partir del éxito del programa en Niterói, ha dado lugar a que desde el Ministerio de Salud de Brasil y el World Mosquito Program estén construyendo en conjunto una instalación dedicada a la producción masiva de mosquitos infectados con la bacteria que permitirá liberaciones en varias ciudades simultáneamente, con el objetivo de proteger a millones de personas, aclarando que a pesar de su potencial, la estrategia enfrenta retos logísticos y económicos. La implementación requiere la liberación inicial de una gran cantidad de insectos que contengan al patógeno en su sistema, lo que demanda una infraestructura avanzada y un compromiso financiero significativo. Además, el impacto de Wolbachia no es inmediato: se necesita al menos dos años para que la bacteria se extienda lo suficiente en la población local de zancudos y alcance su máxima efectividad.

Sin embargo, se ha comprobado que su efecto es duradero, según los resultados de estudios realizados en Australia, donde Wolbachia se introdujo en 2011 y sigue presente en 90% de los mosquitos locales más de una década después de las liberaciones iniciales. Este efecto de largo plazo hace que sea una solución sostenible para países afectados por el dengue.

Una política criminal de salud

A pesar de las alertas de las OMS y otros organismos y estudios científicos vinculados a la salud, dando pruebas que demuestran como el cambio climático es responsable de la multiplicación de casos y su expansión territorial, en áreas previamente consideradas libres de dengue, como California y Florida en los Estados Unidos, ahora ya se registran casos autóctonos, el gobierno desconoce estos factores.

A pesar de que la OMS y otros organismos científicos alertan sobre las consecuencias, los peligros de las reinfecciones, desde el Ministerio de Salud de la Nación plantearon que “Aunque se dice mucho sobre los cuadros hemorrágicos en la segunda infección, la bibliografía no lo confirma. Hoy discutimos este tema y el ministro de Salud de Ciudad presentó un trabajo que están por publicar, donde se demuestra que no hay un aumento significativo en los casos graves con la segunda exposición”

A pesar de la importancia de la vacuna Odenga, que según los expertos es “una vacuna segura, que tiene una eficacia del 80% para reducir los contagios y el 90% para reducir casos graves. Es decir, que es una vacuna de alta eficacia, de una tecnología muy conocida y muy segura que está aprobada y se utiliza de manera muy segura. En contraposición con todo ello desde el gobierno de Milei plantearon que “la vacuna no es la principal estrategia para prevenir el dengue”.

El gobierno se limitó a reunir al COSEFA con los ministros de Salud de las provincias y allí planteó el “Plan Estratégico de Prevención y Control de Dengue 2024-2025″, que se ha limitado a asegurar con las empresas que monopolizan la producción de repelente sea por la producción interna o por la importación (son las mismas empresas las productoras), el abastecimiento. Por otro lado, frente a la nueva temporada de Dengue, el gobierno se ha limitado a la compra de 160 mil vacunas, que como se deben aplicar dos dosis, solo abarcara a 80 mil personas para un país con más de 46 millones de habitantes. El gobierno le ha transferido la carga de las vacunas a las provincias y ha abierto un gran negocio a favor de los vacunatorios privados, donde una dosis vale hoy más de 90 mil pesos.

Uno de los principales acuerdos alcanzados durante la reunión fue el enfoque preventivo en la lucha contra el dengue. En un documento conjunto, las máximas autoridades sanitarias del país establecieron que la primera línea de defensa contra la enfermedad debe ser la eliminación de criaderos de mosquitos en el ámbito doméstico y peridomicilio. En definitiva, el gobierno les ha transferido a vecinos pobres de las barriadas las responsabilidades de combatir o poner bajo control la proliferación del mosquito.

En relación a la experiencia de Niteroi, el gobierno lo desconoce. A nivel provincial, en Mendoza, al margen del gobierno nacional, se ha iniciado experimentalmente. (A modo de prueba fueron liberados 10.000 mosquitos estériles de la especie Aedes Aegypti, los que transmiten el dengue).La prueba iniciada consiste en que mosquitos machos irradiados con rayos gamma -y por lo tanto esterilizados- copulen con las hembras, compitan con otros machos y así ayuden a controlar la población de estos insectos.

La política de salud del gobierno está dictada por lo que son sus prioridades. Primero asegurar el pago de la deuda pública, y lo que reste se distribuirá. Es una política criminal que plantea la necesidad de acabar con el gobierno.

La lucha inmediata plantea el reclamo de vacunas gratis para todos los que quieran vacunarse. Presupuesto específico para los testeos y atención. Presupuestos para adoptar medidas de emergencia de urbanización. Asambleas barriales y elección de delegados para organizar y coordinar las tareas y reclamos. Salario mínimo para el personal de salud equivalente al costo de la canasta familiar.

Más que nunca, la vida de los trabajadores vale mas que las ganancias de los usureros capitalistas.

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