Dengue, una epidemia mundial

Escribe Daniel Blanco

Tiempo de lectura: 8 minutos

El dengue se ha extendido a casi todos los países latinoamericanos, penetró en el continente europeo y zonas de Estados Unidos. Según datos registrados por la OMS, la enfermedad es endémica en más de 100 países, incluyendo regiones de África, las Américas, Asia sudoriental, el Mediterráneo oriental y el Pacífico occidental.

Los mosquitos Aedes aegypti y de Aedes albopictus, ambos vectores del dengue, están presentes en los climas tropicales y subtropicales de todo el planeta, sobre todo en las zonas urbanas y semiurbanas. Los expertos estiman que cerca de la mitad de la población mundial, casi 4 mil millones de personas, corre riesgo cierto de contraer la enfermedad.

De acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud, en las últimas décadas ha aumentado enormemente la incidencia de la enfermedad en el mundo: “Los casos notificados a la OMS han pasado de 505.430 en 2000 a 5,2 millones en 2019″. El mayor número de casos de dengue se registró en 2023 con un máximo histórico de más de 6,5 millones de casos y más de 7.300 muertes relacionadas con esta enfermedad.

En 2024, estas cifras, han marcado un notorio aumento. Según datos de la Plataforma de Información en Salud de las Américas (PLISA), de la Organización Panamericana de la Salud, tan solo en el continente americano, en lo que va de 2024, se registraron 7.671.230 casos.

“Las regiones de las Américas, Asia sudoriental y el Pacífico occidental son las más gravemente afectadas, y en Asia se concentra alrededor del 70% de la carga mundial de la enfermedad”, detalla la OMS. “Cada año se producen 390 millones de infecciones por el virus del dengue”. Algunos expertos señalan que los infectados anuales llegarían a 100 millones. Las cifras surgen de la proyección de los casos registrados y ampliada por 10 por los casos asintomáticos o muy leves no registrados, o por falta de un sistema estadísticos serio como ocurre en algunos países africanos. Los expertos, incluso advierten que esta situación sería tan solo temporal y que las proyecciones climáticas advierten un crecimiento de la patología en todo el globo, incluso en países donde los casos actualmente son casi nulos.

“El creciente riesgo de propagación de la epidemia de dengue guarda relación con varios factores: los cambios en la distribución de los vectores (principalmente los mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictus), especialmente en los países que no habían padecido dengue; las consecuencias del fenómeno de El Niño en 2023 y el cambio climático, que incrementa las temperaturas, las precipitaciones y la humedad; la fragilidad de los sistemas de salud durante la pandemia de COVID-19; y la inestabilidad política y financiera de los países que se enfrentan a crisis humanitarias complejas y a grandes movimientos de población”, señalan desde la OMS. “Hoy tenemos la peor epidemia de dengue en el mundo, con millones de casos porque el mosquito Aedes no ha sido controlado y se ha hecho resistente, se adapta a nuevos climas tropicales o subtropicales, eso produce que sea incontrolable”, señaló Ciro Maguiña Vargas, médico infectólogo tropicalista de la Universidad Cayetano Heredia y ex decano Nacional del Colegio Médico de Perú.

De acuerdo al experto, “el clima juega un rol fundamental. El mosquito fue controlado en la década del 40/50, pero en los ‘70 comenzó a crecer en América, y no sólo el mosquito, sino otras enfermedades como el dengue, chikungunya, el Zika y la fiebre amarilla…”.

“Los cambios globales en las condiciones ambientales favorecen una mayor proximidad entre las poblaciones de vectores (mosquitos) y humanos y están facilitando la propagación de las arbovirosis (virus transmitidos por mosquitos). El cambio climático, la urbanización descontrolada, la deforestación y la migración están interactuando y evolucionando, creando un escenario complejo de riesgo de enfermedades”, afirma Safadi.

Asimismo, Safadi, quien además es presidente del Departamento de la sociedad brasileña de pediatría, destacó: “Las severas alteraciones climáticas, cada vez más frecuentes en las últimas décadas, derivan en un efecto de calentamiento global que lleva a un desequilibrio ecológico. Los cambios climáticos, entonces, son considerados como uno de los mayores problemas del siglo XXI, ya que interfieren directamente con el medio ambiente natural y que, al relacionarlas con el clima y las enfermedades tropicales, evidencian cambios en la temperatura que alteran el equilibrio del ecosistema, contribuyendo a un aumento en la transmisión de enfermedades por vectores, con el dengue en la cima de la lista”.

Adrián Díaz, investigador del CONICET en el Instituto de Investigaciones Biológicas y Tecnológicas (IIByT, CONICET-UNC) y profesor adjunto en el Instituto de Virología “Dr. J. M. Vanella” de la Universidad Nacional de Córdoba, sostuvo que la “la endemicidad es cuando el virus se establece en el territorio, en el país, y está activo durante todo el año, con esto se asegura que haya casos todo el año. Entonces, esto te asegura un nivel basal de número de casos y, por lo tanto, de circulación viral y de carga de virus en el ecosistema y ambiente…”.

Por su lado, la doctora Giselle Rodríguez, perteneciente al Instituto Superior de Entomología (Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo de la UNT), que también pertenece al Instituto Nacional de Medicina Tropical (Sede Tucumán), como resultado de una investigación que hizo en Tucumán, señaló que la proliferación del Aedes se ve más que nada relacionada a un desorden ambiental y a la falta de cobertura de servicios básicos, como recolección periódica de residuos y el acceso domiciliario al agua potable.

Como si todo esto fuera poco, en diversas partes del mundo está la presencia de un competidor del Aedes aegypti, que es el Aedes albopictus, otro vector del dengue pero no tan eficiente, que compite con el aegypti por los mismos tipos de criaderos, con la salvedad de que Albopictus puede cultivar sus larvas en ambientes más silvestres. Este se ha hecho dominante en la zona del estado de Florida, EEUU.

La chinKungunya y el zika

En lo que refiere a fiebre chikungunya, se registraron hasta el momento 1.460 casos de los cuales 910 adquirieron la infección en el país; mientras que otros 260 cuadros sospechosos se encuentran en investigación.

Al momento, la circulación de este virus se ha confirmado en diferentes localidades de ocho jurisdicciones: Buenos Aires, CABA, Chaco, Córdoba, Corrientes, Formosa, Santa Fe y Salta.

El dengue y la fiebre chikungunya son enfermedades virales transmitida por la picadura del mosquito del género Aedes, principalmente por Aedes Aegypti. Produce síntomas muy similares, pero determinar si es una u otra enfermedad es clave para determinar el tratamiento y la vacunación.

Como ocurre con el dengue, el virus Zika también se transmite a los humanos a través de la picadura de mosquitos Aedes infectados. Se trata de un patógeno que fue descripto por primera vez en Uganda, África, en 1947. En 2015 fue detectado por primera vez en América y se produjo un brote epidémico que empezó en Brasil y se extendió a otros países en Sur, Centroamérica y el Caribe.

Aún el Zika sigue circulando en la región, y este año hay 381 casos de personas con el diagnóstico confirmado en América, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Sus síntomas son fiebre, dolor articular, erupción cutánea y conjuntivitis.

“Si se va a lugares como Brasil, casi todo el mundo va a tener cierta inmunidad al dengue, y también al Zika”, dijo la doctora Castanha. “Esto hace que sea muy difícil probar nuevos tratamientos o determinar cuán extendida puede estar una enfermedad emergente en zonas endémicas de flavivirus, que causan una alta carga de enfermedad a nivel mundial”, explicó.

La infección por el virus de Zika durante el embarazo puede causar microcefalia y otras malformaciones congénitas, así como partos prematuros y abortos espontáneos

Dengue, chikungunya y ZiKa en Argentina: qué pasa con la vacuna

El año epidemiológico aún no ha concluido, pues se extiende hasta la última semana de julio, y la cantidad de contagios registrados ya ha superado en un 500% a los contagios del año pasado que había sido record histórico con 130 mil contagios.

En la misma proporción se han multiplicado las muertes, que han superado los 320 fallecidos y hay otros decesos en evaluación.

El dengue ya era endémico en tres provincias del norte, pero ahora se ha extendido a nuevas provincias, como es el caso de Tucumán, y existe la posibilidad de que la propia CABA también se incorpore al lote de regiones endémicas de dengue.

El reconocido infectólogo Hugo Pizzi estima que “más de 600.000 personas (de casos registrados) ya tuvieron la infección y este es el grupo que más hay que proteger porque, al revés de todas las otras enfermedades, el que tuvo dengue está más frágil que el que no tuvo”.

En este sentido, se mostró a favor de la vacunación contra el dengue. Recordó que él la presentó para toda Latinoamérica, el pasado 31 de agosto, en la Universidad Nacional de Córdoba, con la presencia de los directivos japoneses creadores de la fórmula.

Frente a todo este escenario, el gobierno nacional -a través del ministro Mario Russo- presentó su plan contra el dengue, pero sostuvo que “la vacuna no integrará por ahora el Calendario Nacional de Vacunación”. Russo explicó: “Arrancaremos progresiva y escalonadamente en las zonas endémicas del NEA y NOA, con la vacunación contra el dengue para jóvenes de 15 a 19 años, que proveerá el Estado. Luego se irá escalando para llegar a las personas hasta 39 años.”

En el Ministerio de Salud explican que, si se inoculara a toda la población, el objetivo sería en total unos diez millones de personas, lo que implicaría un costo de alrededor de dos mil millones de dólares. Es una bicoca, pero la salud y la vida de las personas están en un nivel ultrasecundarios si se atiende que el gobierno ha venido pagando y tiene por delante pagos de los servicios de la deuda pública por cifras superiores.

En el gobierno dicen que además de la restricción presupuestaria, la vacuna del laboratorio japonés Takeda no está lo suficientemente probada como para tener la aprobación de la estadounidense FDA, aunque sí ha sido aprobada por la ANMAT y los organismos equivalentes de más de 30 países, varios de los más importantes de Europa, y de otros continentes.

Finalmente, desde el gobierno aducen que no hay una cantidad suficiente de dosis disponibles para una campaña de vacunación masiva, ya que Takeda no tiene capacidad de producción. Destacan que en Brasil se ha vacunado mucho menos de lo que se había anunciado. Ocultan que Argentina durante todo 2024, a diferencia de Brasil, que compraron y a la vez hicieron reservas para seguir adquiriendo, no gestinó un cupo para el país.

Como resultado de todo esto, el ministro sostuvo que este año se comprarán 50 mil dosis que serán destinadas sólo para personal de salud y para la gente que pueda comprobar que estuvo internada por un caso de dengue. Una burla criminal cuando, según Pizzi, ese universo abarca a más de 4 millones de personas.

Tampoco hay una política de testeos extendidos gratuito. Hacerlo en laboratorios privados es privativo por sus costos para la empobrecida población de nuestro país. Sin ello, se hace imposible determinar las distintas patologías (dengue, zika, chinkungunya) y, en el caso del dengue, cual es la cepa prevaleciente.

Todo esto pone de manifiesto que el gobierno liberticida de Milei y sus secuaces son un peligro para la salud y la vida del pueblo. Es un gobierno que solo atiende las necesidades de los acreedores de la deuda y los negocios de los grandes capitales internacionales y nacionales.

LEER MÁS:

Dengue: a pesar del brote histórico de contagios y muertes, no habrá vacuna ni tampoco otras salidas Por Daniel Blanco, 15/04/2024.

Dengue: un retrato de la política capitalista Por Daniel Blanco, 20/03/2024.

Dengue, una epidemia que se extiende Por Daniel Blanco, 12/03/2024.

Dengue, cambio climático y otras plagas del capitalismo decadente Por Joaquín Antúnez, 06/03/2024.

Suscribite al canal de WhatsApp de Política Obrera