Escribe Jorge Altamira
Intervención de Jorge Altamira en Salta, el viernes 22 de noviembre.
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El tema fundamental, aunque pasó ya un año de la elección, es la irrupción de Milei en el campo político y, como consecuencia de esta irrupción, el ataque violentísimo a las condiciones de vida de los trabajadores. La transferencia de ingresos de los jubilados, por ejemplo, a los grandes capitalistas es enorme. Vamos a tomar un dato.
La población perdió el 25 % de su capacidad adquisitiva. Los bonos de la deuda externa aumentaron un 75 % y las acciones de las empresas en la Bolsa aumentaron un 130 %.
Son cifras descomunales. El sistema capitalista es un sistema de confiscación económica del trabajo por parte del capital. De otro modo, no entendemos lo que está ocurriendo. Toda la sociedad está subordinada a la acumulación capitalista.
¿Qué es lo que hay de singular en Milei para que podamos empezar a entender esto y podamos abrir una perspectiva? La primera singularidad es que, en el pasado, para hacer lo que hace Milei, se tenía que producir antes un golpe militar. Se suspendía toda libertad democrática, no había partido ni elecciones, y se nombraba a un ministro de Economía como el de Milei, igualito, que hacía exactamente eso. Estos planes económicos, en el pasado, en las diversas dictaduras que han habido desde 1955 en adelante, se sostuvieron con la bayoneta. Ahora este plan económico nace de un gobierno que fue votado mayoritariamente. Es cierto que en la primera elección sacó el 30 % de los votos y Massa sacó el 34, y que sólo después, cuando la competencia fue entre dos, de ese 30 pasó a un 56. Es decir, obtuvo casi los mismos votos que había obtenido antes, ahora junto al de fuerzas que no eran de La Libertad Avanza. Pero finalmente se impuso. No tuvo que recurrir a bayonetas.
Que se trata de un gobierno de características similares lo prueba que las primeras medidas que adoptó fueron contra el derecho a manifestar por las calles. Cuando hubo protesta mandó a la policía, que reprimió y encarceló, pero nada que no sea lo que hace la democracia contra la clase trabajadora cuando ésta se moviliza. Es decir que no se lo puede comparar de ningún modo con la dictadura militar.
Al mismo tiempo, un gobierno que ejecuta un plan económico tan brutal, en el sentido de la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, es, en el Parlamento, un gobierno minoritario, con lo cual debería tener dificultades para hacer aprobar las leyes.
Pero no: saca las leyes que quiere, bajo la forma de decretos, ¡y veta las leyes que el Parlamento aprueba!. El Parlamento puede insistir con un nuevo voto para que salga esa ley. Pero cuando va a insistir, no están los mismos votos que habían estado cuando se aprobó la ley. Quiere decir que dividió a la oposición, y la ley que él vetó quedó vetada.
Si se trata de un decreto, el Parlamento puede derogarlo… pero nunca están los votos para derogar el decreto. Por lo tanto, es un fenómeno particular: no subió con las bayonetas, tiene minoría, maneja como quiere a los opositores e impone una confiscación económica extraordinaria. ¿Cómo se explica? Lo que explica a Milei son dos grandes factores. Y si los caracterizamos correctamente sabremos cómo entrarle a Milei, cómo derrotarlo y avanzar con los intereses de la clase trabajadora.
El primer factor no es nacional, sino internacional. Hay que considerarlo de esa manera, porque ni Onganía ni Videla subieron por una cuestión nacional, también las dictaduras nacieron por razones internacionales. Por ejemplo: en el golpe contra la Unión Cívica Radical que gobernaba con Arturo Illia, el objetivo declarado de ese golpe era aislar en América Latina a Cuba y, una vez aislada, derrocar al gobierno de la Revolución Cubana. Por ese mismo motivo empezaron a surgir dictaduras en otros países. Primero fue en Brasil, después en Argentina. Era un problema internacional. Por compleja que sea la política mundial, primero hay que partir de ella. Porque si no partimos de ella, la política nacional -que uno cree que es menos compleja- se transforma en indescifrable. Nosotros como partido intervenimos sobre esa base
¿Cuál es el problema internacional? Que el capitalismo ha entrado en una fase de guerra mundial. Y no se puede entrar en una fase de guerra mundial si los distintos países capitalistas, en su vida interna, no se ajustan a las condiciones de una guerra. Si no hay guerras, los métodos democráticos de gobierno, tienen mayor campo de acción. En cambio, si hay una guerra mundial, las exigencias económicas, políticas, militares, se imponen por sobre cualquier otra consideración. Entonces, ustedes, no solo tienen en Argentina a Milei, sino que vuelve Trump en Estados Unidos, que piensa gobernar igual que Milei, o Milei está gobernando como había comenzado a hacerlo Trump en su primera presidencia. ¿Qué quiero decir? Aunque él va a tener, en el caso de Trump, los votos en el Congreso, él ya ha dicho que piensa gobernar por medio de decretos del Poder Ejecutivo, sin pasar por el Congreso. El argumento es que “quiero operar con rapidez. No quiero que me detengan, no quiero largos debates parlamentarios, quiero actuar.” Y al mismo tiempo, Trump le ha dado el poder político al magnate número uno de la economía mundial, Elon Musk, que es el mayor contratista de Estados Unidos. Elon Musk lanza satélites que permiten desarrollar la comunicación en el mundo y esos satélites cumplen un papel vital en la guerra de Ucrania. El Estado Mayor del ejército ucraniano se comunica a través del sistema Starlink, que es el sistema de satélites de Elon Musk, y lo mismo ocurre con Israel. Entonces, hay una tendencia de la burguesía mundial a derechizar el proceso político, porque hay una crisis capitalista. La crisis capitalista lleva a una guerra comercial, a una guerra económica, a una guerra financiera, a una guerra geopolítica.
¿Qué quiere decir geopolítica? A una guerra por ocupar otros territorios. Y lleva a una guerra militar, que es lo que está ocurriendo. Milei es una pieza en el escenario de la política mundial. De alguna manera lo entiende con claridad, porque acaba de firmar un memorándum de entendimiento con el Estado sionista de Israel, al cual la Corte Internacional de Justicia ha pedido el arresto de todos sus miembros por criminales de guerra. Tenemos un gobierno que acaba de establecer un acuerdo con un conjunto de criminales de guerra calificados como tales, no por Política Obrera o por una organización de derechos humanos, sino por el Tribunal Internacional de Justicia que es de las Naciones Unidas e históricamente ha servido al imperialismo, pero que no puede dejar de constatar lo que está ocurriendo en Palestina. Una mujer que dirige estos organismos de las Naciones Unidas, Paula Albanese, ha dicho que lo de Gaza es un genocidio. Y Milei firma un memorando de entendimiento con ese gobierno.
El significado de esos actos es que la matanza colectiva de gente se ha naturalizado. Las masacres forman parte del “metabolismo” capitalista. Ello es aceptado en un país como Argentina, que ha sido vanguardia en la lucha por la memoria de los 30.000 desaparecidos. Miren con qué rapidez el gobierno de Milei cambió el eje. Ahora, en lugar de ser la vanguardia de la memoria de 30.000 desaparecidos, es la vanguardia de los que hicieron desaparecer a esas 30.000 personas. Se trata de una política del imperialismo que tiene que ver con una guerra, con crisis económicas muy profundas y una lucha de distintas potencias capitalistas por el control de la economía mundial. Porque el que controla la economía mundial, controla el mercado, produce y vende. Y el contrario se jode. Entonces, como es una lucha por la acumulación de capitales que actúan en naciones diferentes, la competencia entre ellos se transforma en la competencia entre Estados; y una competencia entre Estados, en una competencia de guerra. Por ejemplo, ahora, en Alemania virtualmente cayó el gobierno de coalición. Va a haber elecciones, que las va a ganar la derecha. El gobierno francés está en crisis completa porque en una elección reciente el pueblo lo rechazó violentamente. Entonces Macron empezó una serie de maniobras, más tarde o más temprano va a tener que renunciar y va a convocar a elecciones. Si renuncia y convoca elecciones, va a ganar la derecha. Hay un alineamiento mundial.
Al mismo tiempo, hay grandes movilizaciones, en particular en Europa, contra las masacres del Estado sionista. Acá, por ejemplo, un dirigente de izquierda, del MST, Alejandro Bodart, fue llevado ante la Justicia porque, al denunciar al Estado de Israel, se lo calificó de antisemita. Entonces le han hecho un juicio. Muchos de nosotros fuimos convocados como testigos por el lado de la defensa. Nuestra defensa, nuestra posición contra el Estado de Israel y el sionismo, contra la masacre, convenció a la jueza; lo absolvió. Ahí en ese escenario pequeño, donde entraba la jueza, el fiscal, la oposición y la defensa, se libraba una lucha por este tema de la guerra mundial. ¿Qué hace la acusación encarnada por una organización sionista? Apela a la justicia, a la instancia superior, a la segunda instancia del proceso judicial. ¿Cómo va a fallar? Si es por Milei, que ha firmado un memorándum de entendimiento, va a fallar probablemente en contra. Y puede ser que vaya preso un dirigente de izquierda de la Argentina, por oponerse a la guerra en Gaza, con el argumento de que es antisemitismo. Es terrible. Como probablemente la mitad de los judíos en el mundo habla en contra del genocidio en Gaza, nadie puede decir que Israel habla en nombre de los judíos. ¿Está claro? Hablará en nombre de los judíos que están de acuerdo con las masacres, pero no hablará en nombre de los judíos que están en contra de las masacres.
Entonces, lo de Argentina ocurre en un escenario donde está comprometida la oposición, que no tiene las ideas de Milei, que no las comparte, pero que es impotente, es incapaz de hacer frente a la presión internacional para que esta política no sea derrotada. Esto explica por qué el gobierno que no tiene diputados termina imponiendo las leyes y los que tienen diputados no imponen ninguna ley. Esto es una contradicción. ¿Cuál es la explicación de esta contradicción? Detrás de todo esto opera algo más fuerte que el capital internacional. Opera una fuerte tendencia a resolver la crisis capitalista por medio de la guerra. Y el propio capital internacional se tiene que adaptar a una política de guerra que a lo mejor no estaba en sus cálculos económicos con anterioridad. Para dar un ejemplo: en Alemania está Bayer, una fábrica química. Alemania había hecho un acuerdo con Rusia para que le venda gas barato. Bayer dijo, fantástico, voy a poder derrotar a Pfizer, una norteamericana. Entonces vino Trump y dijo: vos no le comprás más el gas a Rusia, vos me lo vas a comprar a mí, que vale el triple o el cuádruple, y Alemania rompió con Rusia, desatando la guerra en Ucrania. Se quedó sin el gas. Ahora, se lo compra a Estados Unidos.
Alemania está en una crisis industrial pavorosa. Las plantas de las fábricas Wolkswagen en las próximas semanas van a ir cerrando. Y algo que no crecía tan fuerte en Alemania ha empezado un crecimiento extraordinario: la empresa Rheinmetal, que fabrica armas. Entonces, la propia burguesía es llevada a la guerra por la lógica propia del capitalismo. Es decir que lo nuestro no es una teoría conspirativa, “unos ricos se pusieron de acuerdo para joder al resto del mundo”. Estos ricos son a su vez, hasta cierto punto, víctimas o protagonistas de la lógica de su propio sistema social. Y no se les debe llamar víctimas, porque cuando se dan cuenta que el sistema social exige ir a la guerra, dicen: vamos a la guerra, y se transforman en victimarios. En cambio, los trabajadores no, los trabajadores van a morir en los campos de batalla, en sus viviendas cuando les caiga un misil, en las calles.
Quiero reivindicar para Política Obrera su lugar excepcional, original, en el señalamiento de estas perspectivas. Porque nosotros sacamos un artículo, 24 horas después de que fuera invadida Ucrania, que trazó anticipadamente todo el rumbo que ha tenido esta guerra, en tanto que otros tenían, bueno, digamos otro tipo de opiniones. Esta es la lógica. Además, hay una cosa que también es interesante: este desarrollo político pone en crisis al sufragio universal, el voto. Porque si el voto llevó a Milei a la Presidencia, y Milei nos lleva a todos al cementerio, ¿cuál era el objetivo del voto? Yo ya lo puse en un artículo. Queda puesto en cuestión el sufragio universal y la voluntad popular en una sociedad capitalista. Porque el sufragio universal no es un instrumento de emancipación, Se ejerce en un cuadro político determinado, establecido. En ese cuadro previo la burguesía se ha asegurado, por medio de la publicidad y del dominio de la economía y del Estado, de que la primacía la tengan ciertos candidatos. Puede haber alguien de izquierda, pero la burguesía se aseguró que no tenga la primacía, con independencia de que ese candidato de izquierda ni siquiera quiera tenerla. La cuestión del sufragio popular es importante porque como este gobierno ataca las libertades democráticas, tenemos un conflicto entre el sufragio popular y esas libertades. Nosotros tenemos que proclamar el derecho a una lucha consecuente, final, contra gobiernos de este tipo, en defensa de las libertades mismas, para que, con la modificación revolucionaria del cuadro político, el ejercicio de la voluntad popular no sea un instrumento de la guerra y no sea un instrumento para instaurar regímenes que gobiernan por decreto.
El capitalismo se encuentra, de conjunto, en un estado de agonía. Si sigue en pie, lo único que va a ocurrir es que el número de muertos va a crecer. El número de gente viviendo debajo de la pobreza va a crecer. El número de chicos que no van a tener educación va a crecer. Por lo tanto, que el régimen que explota a la humanidad esté agonizante es un hecho revolucionario. Sin embargo, ello ocurre en medio de una situación que, hasta cierto punto, es, de otro lado, contrarrevolucionaria, porque es una guerra imperialista.
Entonces, sobre la base de esta posición está el otro factor que nosotros hemos señalado con claridad, que es la crisis en el movimiento obrero. Todas las organizaciones sindicales en el mundo, sin excepción, están compradas. Si están compradas en una situación como esta, son cómplices de la guerra. La CGT ha hecho un acuerdo con Milei por la reforma laboral. Y no dijo: “ este tipo no tiene apoyo de nadie, porque en el Congreso es minoría”. No. Dijo: “vamos con Milei”. Movilizar a los trabajadores no, porque los burócratas no quieren que se cree una situación en que Milei pueda ser derrocado por una acción extraordinaria de las masas, porque si eso ocurre, las masas van a decir: queremos dirigir los sindicatos, porque ustedes son todos empresarios, son todos burócratas. Entonces la burocracia se alinea con Milei. Gran parte de la izquierda en Argentina y en el mundo va atrás de la burocracia sindical, con el argumento de que como dirigen los sindicatos, y como los obreros no podrían movilizarse sin los sindicatos, hay que ir detrás de la burocracia. Eso no es correcto. Los sindicatos se crearon como un factor de unidad y movilización. Si dejan de cumplir ese rol, porque la burocracia se integra al Estado, o se derroca a la burocracia en el campo sindical, o se inicia una acción política contra el capitalismo, al margen de los sindicatos, que finalmente va a provocar una revolución dentro de los sindicatos mismos.
Hay una crisis en la clase obrera y la salida para la clase obrera es disipar la confusión que tiene sobre el momento político actual. Para dar un ejemplo, ¿en la fábrica se discute la guerra? No. En la agenda hay luchas en la fábrica por cuestiones reivindicativas, peleas de los trabajadores estatales, los docentes. La clase obrera no es un organismo social muerto. Atraviesa, sí, una crisis extraordinaria. Una parte de ella votó por Milei creyendo que castigaba a los responsables de la situación social que viene agravándose mucho antes de la llegada de Milei.
Una clase obrera confundida puede adoptar posiciones reaccionarias. Porque es completamente dogmático caracterizar que en cualquier situación histórica la clase obrera desempeña un papel revolucionario. Si tiene una gran crisis y, sobre la base de ella, el imperialismo le introduce una derrota importante a su organización independiente, puede ser capturada por los sectores lúmpenes y reaccionarios de la sociedad. Y eso significaría un retroceso de décadas de desarrollo histórico. Pero como las cosas son como son, y el obrero es un explotado y el capitalista es el explotador, pasado un cierto momento, la clase obrera se empieza a convencer de que esta tendencia reaccionaria no le sirvió para nada. Aparece una generación joven que se abre paso sobre el impasse de la generación previa . Hay una confusión y ustedes lo pueden ver en Salta.. Gran parte de los que votaron por el Partido Obrero en las elecciones de 2013, en Salta, cuando Pablo López salió diputado y Gabriela Cerrano senadora provincial, en la última elección votaron por Milei. Nosotros, en esa elección, sacamos una cantidad de votos demasiado grande como para que Milei pueda ganar con el 70 % y no haberse chupado nuestros votos. Pero esto nos tiene que inspirar a la lucha: tenemos como “entrarle” a esta situación. Hay que tener una actitud crítica sobre cómo se condujeron las cosas en distintos momentos, sobre la falta de comprensión de la izquierda de la situación actual. Por ejemplo, el partido que habla de que la guerra arma a toda la situación presente es el nuestro. Los demás no hablan de la guerra porque incluso sus asesores mediáticos les dicen: “no cometas el error de hablar de la guerra porque asustás a la gente. Te tienen que ver como a un tipo que no se enfrenta a nada”. Con este atajo de cuarta categoría rifan el esfuerzo de desarrollar la comprensión de algo que es difícil, pero que depende de cómo se lo explique. En lugar de eso, ¡lo rifan! “Cómo voy a hablar de la guerra, argumentan, cuando el tema son las elecciones y todo lo demás, además,, no voy a decir que los niños y las niñas en Gaza están siendo masacrados, en un programa de tele a las ocho de la noche”. Dejémoslo para otro horario.
Este planteamiento es de conjunto. La tarea es clarificar, por medio de la propaganda, por medio de la agitación, en los medios digitales, en la televisión, en la calle, y organizar a la gente que vamos esclareciendo, para reconstruir las fuerzas que inevitablemente se van a reconstruir en forma de masas cuando se produzca un quiebre de la atadura en la clase obrera de diversos países, con el Estado, los partidos patronales y los partidos de conciliación de clases, y entender que la guerra los está amenazando de forma directa. Porque no es casualidad que en Europa haya más movilizaciones contra la guerra. Ocurrió en la Primera Guerra Mundial. Cuando la gente se dio cuenta de que la guerra no era por defender a mi patria, sino para los capitalistas y burócratas que los habían enviado a la masacre (está en una película que ustedes habrán visto recientemente, “Sin novedad en el frente”) Cuando vieron eso, los soldados de Alemania y Francia empezaron a confraternizar entre ellos contra los generales. Así fue la Revolución en Rusia, después la Revolución en Alemania.
(De paso, una digresión, pero siempre tratando de aportar; el otro día, el 9 de noviembre, se celebró por los medios la caída del muro de Berlín, en Alemania. ¿Por qué lo señalo? Porque también el 9 de noviembre, también en Alemania, pero en 1918, el levantamiento de la clase obrera de Berlín acabó con la monarquía alemana y consagró la república. Eso no se celebró. La revolución de noviembre del proletariado alemán, con las banderas rojas y gritando viva la revolución rusa. Alemania tiene una fijación con el 9 de noviembre, porque ese día, pero de 1938, se produjo uno de las mayores masacres contra los judíos en Alemania, conocida como “la noche de los cristales rotos”. Tampoco lo mencionaron, porque los judíos de esa noche son los palestinos del día de hoy a quienes, en Cisjordania, los colonos judíos les estaban incendiando viviendas y autos).
En resumen, se desarrollará una reacción histórica de masas, y también en Argentina. Y ya la hay. Ese levantamiento universitario va a tener su secuela el año que viene, porque no fue un hecho aislado: es la consecuencia de una maduración muy rápida de la juventud estudiantil respecto a lo que significa el gobierno de Milei. Y la juventud estudiantil tiende a reflejar anticipadamente el descontento de la clase media, que manda a los chicos a la universidad, y también desde ciertos sectores de la clase obrera. Siempre ha ocurrido eso. Entonces nosotros vamos a avanzar, con nuestros mejores esfuerzos. No tenemos dinero para financiarlo. Vamos a lanzar una campaña financiera para tapar agujeros. ¿No es cierto? Pero, por tremendamente importante que es el dinero para impulsar las actividades del partido revolucionario, los grandes partidos revolucionarios crecieron sin dinero. Y sí, nosotros vamos a desarrollarnos de la misma manera.
En estos términos hacemos la convocatoria para reforzar las filas de este partido. Porque si reforzamos las filas de este partido, en más lugares de trabajo, en mayores lugares de la provincia de Salta, vamos a poder hacer este trabajo de esclarecimiento. Por ejemplo, yo hoy vengo a la Capital, pero yo no venía un día a la Capital. Venía a la Capital, después hacía un acto en Orán, después hacía un acto en Hipólito Yrigoyen, después un acto en Tartagal, después me reunía con los petroleros de Mosconi y una vez me junté con compañeros de Aguaray. Es decir, esa actividad ha refluido, pero está en nuestras manos que vuelva a recuperarse y que tenga un carácter más profundo y más amplio, porque no hay cosa que te haga madurar más que los retrocesos. Los retrocesos no ayudan a madurar a los necios, que consideran que el retroceso, la derrota, el desengaño, son una característica o una incapacidad personal. No, el flujo de la vida está constituido de victorias y retrocesos. Los retrocesos enseñan y, cuando hay una victoria, hay que tomarla con vigor y tambien con prudencia, porque una victoria de la revolución es una alerta de la contrarrevolución. Entonces tu enemigo, la misma noche que vos festejás, está empezando a armar la respuesta de la contrarrevolución. Nuestros principios siguen en pie. Mientras haya capitalismo el socialismo es inevitable. Si reducís a cenizas al socialismo, bajo el capitalismo vas a ver el renacimiento de las cenizas, porque la explotación capitalista genera la resistencia a la explotación capitalista. Para terminar, voy a usar una imagen de Trotsky. Cuando el hombre, en el sentido de las personas, empezó a caminar en dos patas, ocurrió algo revolucionario. Advirtió que vivir doblegado era un sufrimiento, porque la columna vertical exige que estés erguido. Como el hombre es un bípedo y necesita mantener la columna vertebral erguuida, los esfuerzos del capitalismo por quebrársela provocan una revolución social.
Tenemos que defender estas banderas con más vigor que nunca, A la luz de lo que es Milei y en nuestro partido, Política Obrera, estamos discutiendo cómo responder en los próximos meses, a lo que va a ser una gran crisis política en la provincia de Salta. Y por eso necesitamos más militantes. ¿Por qué va a haber una crisis política en la provincia? Porque Gustavo Sáenz, en principio, está en una situación muy difícil después que Milei ganó con casi el 70 % de los votos. Lo que le dice Milei es: “Salta es mía, no es de Sáenz y quiero que mi gente gobierne Salta”. ¿Llegarán a un compromiso? Del tipo “yo te doy un espacio a vos en las elecciones provinciales y vos me das el espacio a mí en las elecciones nacionales”. Pero como Milei se quiere chupar a todo el mundo, el compromiso es difícil y, por lo tanto, Gustavo Sáenz y el régimen político va a sufrir una gran sacudida. ¿Cuál es el valor de esa sacudida? Cuando se sacude el aparato del Estado capitalista, se quiebra, se pelea, la clase obrera descubre algo más –que el gobierno del capital se sienta sobre una base contradictoria explosiva y que el monopolio del poder no es una condición natural del capitalismo. Entonces presta más atención a los partidos que le dicen: ¿por qué no gobernamos nosotros, los que laburamos? Los estamos invitando a una gran empresa política, a desarrollar estas ideas, a colaborar con Política Obrera, y ahora de forma inmediata a intercambiar ideas sobre esta exposición en la parte consagrada al debate de la charla.