Subte: qué dejó el paro por la cuarta víctima de asbesto

Escribe Matías Cisneros

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La noticia de la muerte de Jorge Navarro, compañero tornero del taller Constitución y cuarta víctima fatal por asbesto, conmovió a los trabajadores del subte. A las 48 horas del hecho, los talleres pararon durante dos horas. La medida fue impulsada por los delegados del sector. Horas después de ese paro de talleres, los delegados del sector de Tráfico resolvieron en el sindicato una respuesta general. Así, se resolvieron las seis horas de paro rotativo por líneas. Con esta medida, concretada siete días después del fallecimiento del compañero, volvió a colocarse en la agenda la lucha inconclusa contra el asbesto

Asbesto y Jorge Macri: puro maquillaje

Desde la asunción del actual Jefe de Gobierno, las obras de saneamiento (desabestización) de la red de subterráneos se han paralizado. Las empresas designadas para la descontaminación cesaron sus tareas. Ahora, y bajo la presión del paro, la empresa Sbase, propietaria de la red de subte y cuyo directorio controla el ejecutivo de la Ciudad, volvió a “inspeccionar” las áreas del subte, deslizando la promesa de retomar las tareas de saneamiento.

Sólo por redes sociales, Macri anunció la compra de formaciones nuevas libres de asbesto, que la red necesita con urgencia para las líneas B y C para reemplazar a los coches Mitsubitshi (B) y Nagoya (C). Pero el anuncio virtual no se traduce en nuevas licitaciones de compra o ampliación de los contratos con la constructora de formaciones CNR (China).

Las obras que se ven en el subte están vinculadas al maquillaje de estaciones, con empresas amigas del gobierno de la Ciudad. Mientras tanto, la mugre y las ratas copan las instalaciones subterráneas ante la falta de personal y materiales. Esta misma política de vaciamiento se extiende resto de las áreas.

En contraste, el gobierno está impulsando una extensión del servicio de subtes hasta las 2 am en las líneas B, D y H; durante los días viernes de diciembre, en función de la salida del público de espectáculos nocturnos. Ello se hará, en el caso de la B, con trenes de 70 años de antigüedad, llenos de asbesto sin ocluir, con serios problemas de mantenimiento por falta de repuestos y herramientas y sin la incorporación del personal necesario. Un aumento de la “productividad” de la red que encierra a un Cromañón en potencia.

La organización gremial

Más allá de que el paro se cumpliera de un modo contundente, entre los trabajadores del subte prima un desconcierto. Por un lado, se vive una caída de los ingresos salariales y retrocesos en materia de condiciones laborales. La empresa busca, mediante las horas extra, quebrar la jornada de seis horas por insalubridad, a pesar del reconocimiento de que el asbesto es un agravante. Ante la falta de personal, la flexibilidad se ha vuelto un común denominador. Desde el inicio de la pandemia hasta hoy, se ha retrocedido en 600 puestos de trabajo. La caída paulatina del salario, el faltante de personal y la potencial extensión horaria del servicio sin incorporar personal ni formaciones nuevas, chocan con la jornada de seis horas.

Hay una campaña patronal sin prisa y sin pausa para instalar las horas extra. Es que la única mejora salarial pasa por la recategorización, que se aplica de forma limitada y, últimamente, viene de la mano de la flexibilidad del convenio colectivo.

En el caso de la extensión horaria del servicio, la campaña patronal apunta a instalar en los tráficos una jornada de siete horas por cinco días. Por otro lado, en el sector de limpieza, ante el faltante enorme de personal, las tareas exigen horas extra regularmente. Preparando el terreno para tercerizar la tarea.

Este retroceso no encuentra respuesta en la dirección del sindicato. Las raíces políticas de este inmovilismo son muy claras: con la incorporación de la AGTSYP a la Confederación del Transporte (CATT), donde ya militaba por otra parte el sindicato de Supervisores del subte, se ha consumado la integración al elenco de la CGT. La misma burocracia que en todo el año 2024 ha tejido un pacto de hierro con el gobierno de Milei-Caputo. Por el otro lado, la UTA de Roberto Fernández milita con los gordos de la CGT la colaboración plena con el gobierno de la reforma laboral.

Aunque por el subte no circulen camiones, el nombre de Pablo Moyano ha cobrado notoriedad. Pianelli-Segovia han seguido su derrotero, que no depara ninguna lucha sino solamente aprestos electorales del pejota-kirchnerismo para 2025. Es un rumbo antagónico al origen de este sindicato, parido de un cuerpo de delegados autónomo e independiente de los gobiernos, la empresa y la burocracia. Para muestra basta un botón, siguiendo la política de Moyano los obreros de recolección se han quedado sin la indemnización de la “ley Moyano” pactando con Jorge Macri un potencial pago en el 2028.

Las asambleas, que fueron una herramienta para la base de trabajadores, han pasado a ser consultivas y escasas. La lucha por el salario que arrancaba con propuestas votadas en las asambleas, ahora se anuncia por un comunicado (ni siquiera el acta) enviado por la UTA a través de un WhatsApp.

En este contexto, el paro por la cuarta víctima por asbesto, arrancado por los delegados de Tráfico y Talleres, ha sacudido la modorra impuesta desde arriba. En las líneas y talleres, emergen compañeros que buscan discutir y organizar un plan de acción por el salario, la salud y las condiciones laborales. La Multicolor, una pura realidad electoral cada cuatro años, es completamente ajena a esa inquietud por abajo y sobre todo no se comporta como una alternativa.

Tenemos que reagruparnos detrás de un programa, organizar una campaña de recorridas por sector para abrir el debate y el impulso a las asambleas. La degradación laboral, salarial y sanitaria es inseparable de una crisis de dirección en nuestro sindicato. Pongamos en pie un agrupamiento de clase, sobre las reivindicaciones urgentes, la democracia sindical y la independencia de la patronal, el Estado y sus agentes burocráticos.

Para revertir la situación es necesario volver a retomar la tradición de las asambleas. Recorrer sector por sector y abrir el debate. Los trabajadores tenemos la última palabra. Y sobre todo la capacidad de acción. Los obstáculos son políticos. La rosca internista solo demuestra que estamos en disputa de supervivencia de los aparatos. Principalmente estamos ante una crisis de dirección.

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Otra muerte laboral en el Subte: paros rotativos en todas las líneas Por Valu Viglieca, 19/11/2024.

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