Escribe Olga Cristóbal
La red de trabajo esclavo tuvo cautivos en Nordelta más de 150 trabajadores durante dos años. Se investigan otras obras.
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Nada más difícil para un mortal común y corriente, incluidos quienes trabajan allí, que entrar en un barrio privado, verdaderas fortificaciones con guardias armados, leyes de admisión arbitrarias, alarmas, cámaras, etc. Sin embargo, cuando se trata de ingresar mano de obra esclava, el dispositivo de control desaparece.
Esta semana, un allanamiento comprobó una denuncia que había recibido en junio la Procuraduría contra la Trata, Protex. La Dirección General Impositiva (DGI) había descubierto por lo menos 24 trabajadores esclavos secuestrados en un sótano sin luz y casi sin aire , en Nordelta, la maravillosa “ciudad pueblo” propiedad de Eduardo Costantini, número 11 en la lista de grandes ricachones del país.
Los 24 prisioneros, que incluyen a cuatro mujeres, fueron traídos desde la provincia de Salta, engañados con la promesa de buen trabajo y buen sueldo. Les secuestraron los documentos y, cuando terminaba la jornada laboral, los encerraban.
Con una extensión de 1.600 hectáreas, Nordelta es una de casi un centenar de “urbanizaciones cerradas” que existen en Tigre. El allanamiento tuvo lugar en Delta Center, un complejo de lujo que se promociona con 172 unidades residenciales y 17 locales comerciales, ubicado sobre la ruta 27, frente a la entrada al Golf, en Rincón de Milberg. Su lema, “disfrutar la vida es algo de todos los días”. Delta Center es solo uno de los proyectos investigados, lo que permite suponer que hay muchos otros trabajadores esclavos “disfrutando la vida todos los días” en sus mazmorras.
La organización “operaba con un alto nivel de coordinación. Utilizaba empresas y documentos legales aparentemente regulares para encubrir sus actividades. La investigación también reveló nexos con otras obras de construcción en el área metropolitana y contratos que involucraban grandes sumas de dinero” (Diario Ar. 5/12)
Las actas describen crudamente el cautiverio y la explotación laboral: “Recibían salarios muy bajos, por debajo del mínimo legal”. “A veces eran prestados a terceros como forma de pago de deudas”. “Les retenían los documentos y se les restringía la libertad de movimiento”. “Uno de los trabajadores tuvo un grave accidente con una amoladora que le causó una gravísima herida y el contratista no le habría permitido ir al hospital”. "Había ratas y olores nauseabundos". La seguridad del barrio nunca vio nada.
Los testimonios de los trabajadores dan cuenta de que a veces “los obligaban a dormir hasta 35 personas en una única habitación, el sótano, con colchones viejos y comida casi cruda; al principio era mejor, pero en los últimos meses solo polenta”.
“Nos decían ‘negros, nos trataban como si no fuéramos humanos. Nos quitaban los DNI, no podíamos salir ni a comprar comida, no nos daban desayuno”, relató otra víctima.
“Además, nos deben meses de trabajo”, señalaron en declaraciones al diario El Tribuno.
El Ministerio de Seguridad y el Juzgado Federal N.º 1 de San Isidro realizaron 13 allanamientos simultáneos en Nordelta, Ramos Mejía, Escobar y otras localidades. En los procedimientos encontraron armas y municiones; más de 28 millones de pesos argentinos, dólares, euros y otras monedas extranjeras; planos de obra, recibos de pago, registros laborales y elementos relacionados con la obra Delta Center y cuatro automóviles, incluidos modelos de alta gama.
La investigación judicial sugiere la existencia una poderosa organización criminal ya que “más de 150 personas pasaron por las instalaciones, trabajando en condiciones infrahumanas durante más de dos años” (Informate Salta 5/12).
Los detenidos, según la información policial, son Carlos Alberto Díaz Chilo, encargado de comprar vehículos utilizados por la organización. Cristian Sajama, el contratista involucrado en la gestión de las obras. Walter Jorge Mosca, arquitecto y capataz, acusado de coaccionar a las víctimas para trabajar bajo estas condiciones. Pablo Gastón Pellegrino, inversor que facilitó la estructura financiera de la organización. Díaz Chilo y Pellegrino son respectivamente contratista y empresario hotelero del Valle de Lerma.
En Tigre, el 10 % de la población vive en countries que ocupan más del 60 % del territorio. El otro 90 % se hacina en barrios obreros, villas y asentamientos. Para hacer los countries muchas veces hubo que levantar el terreno, taponando los humedales. Esto dificultó el drenaje del agua de lluvia, razón por la cual los barrios populares y los asentamientos se inundan periódicamente. “En la cuenca del río Lujan tenemos más de 9 mil hectáreas de humedales tapados con este tipo de urbanizaciones”, explica la urbanista Laila Robledo.
El dirigente de la UOCRA, Gerardo Martínez, espía del Batallón 601 durante la dictadura, es experto en cautiverios. Y cómplice de las patronales en la reducción a la esclavitud de los obreros constructores.