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Anoche recibí la noticia de la muerte súbita de Guillermo Leandro Bawden, por paro cardíaco. “El Guille” fue poeta, narrador y editor de revistas, entre otras actividades literarias. De inmediato, me vino al recuerdo una actividad organizada por escritores militantes del Partido Obrero en el picnic de fin de año, en 2014, realizado en el Parque Sarmiento de Córdoba. Busqué en mi computadora la foto. Ahí estamos sentados, en el curso de un debate sobre "Literatura y política", de izquierda a derecha, los poetas Ceferino Lisboa, Gerardo Pérez Taschetta, Guillermo Bawden, Álvaro Colazo, Lucía Feuillet, yo misma y Franco Bockowski. Salvo Franco y yo, que además de escribir poesía militábamos en el Partido Obrero y habíamos organizado ese debate, los demás tenían posturas de izquierda, pero indefinidas, o eran peronistas. El público que asistía al debate, lo mismo. Pero la bandera que hace de trasfondo a la imagen dice “Prohibición de despidos y suspensiones”. Era una consigna sencilla y clara, que daba motivo para discutir opiniones con amplios sectores gremiales y políticos. La mesa en el picnic giraba alrededor de las tareas que los artistas y escritores podían desarrollar para impulsar esa consigna, ya fuera en el ámbito cultural o en sus lugares de trabajo, que por lo general se desarrollan en la docencia o en tareas administrativas.
La relación con los autores que participaban de la mesa provenía de la campaña que los escritores del Partido Obrero, regional Córdoba, habíamos emprendido a fines de 2012 y que dimos en llamar “Poesía por Mariano Ferreyra”, en adhesión a la lucha nacional por Justicia para Mariano – Cárcel a Pedraza. Habíamos realizado muchas lecturas literarias en diferentes locales partidarios y en un pub que nos dio lugar, con la participación de alrededor de 50 poetas de Córdoba. Además, vendimos en mano por anticipado unos 200 ejemplares de “Poesía por Mariano Ferreyra”, un libro con autores de varias provincias y de Buenos Aires convocados por Facebook y correo electrónico, que se publicó en octubre de 2013. Con esa unidad y al mismo tiempo con esa amplitud, logramos generar en la cultura de Córdoba una corriente de simpatía hacia las posturas clasistas como jamás había vuelto a existir después de la dictadura.
Guillermo Bawden escribía y leía mucha literatura en los géneros del terror, el policial, la ciencia ficción y el misterio. Junto a Martín Cristal, Sebastián Pons y Diego Cortés (también fallecido muy tempranamente), fundó en su momento la revista “Palp”, al estilo de las publicaciones ‘pulp’ norteamericanas, que daba a conocer relatos de esos géneros. Refiriéndose a estos, respondió en una entrevista en La Voz del Interior: “Nunca se pudo hacer terror, ciencia ficción o incluso fantasy sin un pie en la realidad política, social, personal que te rodea”. Como dije en la noticia que envié por WhatsApp, la honestidad y la franqueza pueden reunir a divergentes políticos, alrededor de los derechos de los trabajadores.
Aunque “el Guille Bawden” incluso no compartía el programa entero del PO de entonces, era sincero en su preocupación por la precariedad del trabajo, vale decir, la superexplotación laboral, injusticia que había sido la causa eficiente del asesinato de Mariano. Aceptar la muerte de un amigo mucho más joven que uno mismo es ya de por sí una difícil situación que se tiende a pensar en términos biológicos, tanto como existenciales. Solo puedo decir que me complace ver esa foto de un debate sincero y solidario, en estos días en que el genocidio contra el pueblo palestino y el avance de la guerra imperialista nos conminan a procurar la organización, la articulación y la unidad en la lucha de los trabajadores y los oprimidos.