Tiempo de lectura: 4 minutos
La guerra entre Rusia y la OTAN se encamina a cumplir su tercer año. Aunque los números de bajas resultan inverificables porque la información es un secreto de Estado en ambos países, los conteos recogidos por el New York Times estiman en 62.000 los soldados ucranianos muertos desde el inicio de las confrontaciones y en 150 mil los de los rusos. Volodomyr Zelensky reconocía 43 mil muertes, una cifra muy superior difundió un corresponsal de guerra independiente con fuentes internas en el cuartel general ucraniano: anunció que se habían “perdido irreversiblemente” 105.000 soldados, de los cuales 70.000 habían muerto y 35.000 estaban desaparecidos (NYT 24/01/2025).
Una medida más exhaustiva son las pérdidas irreemplazables, o irreversibles es el número combinado de muertes y heridas graves que impiden que un soldado vuelva a combatir. Trabajando con información incompleta, los expertos calculan que Ucrania ha sufrido aproximadamente la mitad de las pérdidas irremplazables de Rusia en los casi tres años. Con una población cuatro veces superior y un reclutamiento más eficaz, Rusia ha podido reemplazar las pérdidas de mejor forma.
A fines de 2024 las fuerzas de Moscú redujeron significativamente la presencia militar ucraniana en la región de Kursk, el territorio ruso en el que incursionó hace siete meses. Actualmente la única localidad de cierta relevancia que el ejército ucraniano mantiene bajo su control en esa zona es Sudzha. La estrategia de guerra de desgaste impulsada por Rusia ha mantenido esta sección del frente relativamente estática. Ucrania, en respuesta, ha incrementado los ataques a los principales centros políticos de Rusia, en especial Moscú
En Donetsk los intensos combates que se han prolongado durante meses, especialmente en las ciudades Toretsk y Chasov Yar, se inclinan a favor de Rusia. Estos avances sitúan a las fuerzas rusas más cerca de Konstantinovka, un objetivo importante con una población de 75.000 habitantes antes de la guerra.
Pokrovsk se perfila como el punto focal de la próxima gran ofensiva rusa. La estrategia parece seguir un patrón familiar: establecer control de fuego sobre las rutas de suministro y agotar los recursos de la guarnición ucraniana.
En enero, las unidades rusas avanzaron hacia la carretera Pokrovsk-Mezhevaya en el sur y la aldea de Vozdvizhenka en el norte, cortando la carretera Pokrovsk-Konstantinovka. Estas maniobras son los primeros pasos para cercar Pokrovsk y Mirnograd, al tiempo que demuestran el potencial de una ofensiva más amplia que podría extenderse a la región de Dnepropetrovsk por primera vez desde 2022.
Los observadores coinciden en que las cosas no pintan muy bien para Kiev. Rusia está siguiendo una estrategia de desgaste gradual con el objetivo de capturar la mayor cantidad posible de territorio. Algunos analistas prevén que un quinto del territorio ucraniano podría caer en manos de Rusia en un periodo breve próximo, incluidos Odessa, Kharkiv, Mykolaiv y Dnipro.
La etapa estará marcada por la ampliación del frente y el consecuente incremento en la velocidad de los avances rusos.
Ucrania ha intentado compensar su falta crónica de personal con ataques de drones en forma creciente.
“Las fuerzas ucranianas llevaron a cabo una serie de ataques con drones contra empresas industriales de defensa rusas y refinerías de petróleo en Rusia en la noche del 20 al 21 de enero como parte de una serie de ataques en curso destinada a degradar la capacidad militar rusa”, evaluó el Instituto para el Estudio de la Guerra en su última estimación del conflicto.
Kiev ataca principalmente depósitos de municiones, bases aéreas y la industria militar. Tienen como objetivo infligir golpes a Rusia muy detrás de la línea del frente mientras las tropas de Moscú avanzan en el este.
Ha desarrollado unidades especiales de sistemas aéreos no tripulados. “Uno de los fundadores de la unidad, que utiliza el indicativo Fidel, dijo a Reuters que tenían drones que habían alcanzado distancias de 2.000 kilómetros durante misiones de combate” “Dijo que su unidad había llevado a cabo muchos ataques, incluso contra la base aérea rusa de Engels, que está ubicada a unos 730 kilómetros (450 millas) al sureste de Moscú y alberga bombarderos estratégicos” (Reuters 24/01/25).
No obstante, el mismo oficial confiesa: "los sistemas no tripulados por sí solos no pueden cambiar el curso de la guerra" (…) Todavía se necesita infantería... se necesita artillería... se necesita aviación y muchas, muchas otras cosas" (ídem). En general, el ejército ucraniano mantiene una postura defensiva en toda la línea de contacto, con excepción del saliente de Kursk.
Desde el entorno más cercano a Putin se han dejado oír las demandas que pondrían término a los enfrentamientos: una Ucrania neutral y desmilitarizada fuera de la OTAN, en la que Rusia conservará el territorio que ya se ha anexado. Así lo hizo saber Yuri Ushakov, asesor del Kremlin “no debería ser un breve alto el fuego ni una tregua, sino una paz duradera basada en el respeto de nuestros intereses objetivos”. (The Washington Post 23/01/2025). Sérguei Lavrov fue muy contundente, en una entrevista especial, que esa “paz” exige un cambio de régimen político en Ucrania. La distancia con los planteos de Trump – un acuerdo militar transitorio – es todavía intransitable.
“En una serie de artículos para la revista digital pro Kremlin Profile, el analista de línea dura Dmitri Trenin escribió que la lucha tendría que continuar porque la condición de Moscú, es decir, la capitulación de Kiev, sería inaceptable para Occidente.” (Ídem). El presidente ruso minimizó las amenazas económicas de Trump:
Mientras tanto el flamante secretario de Estado Marco Rubio suspendió el viernes el gasto en la mayoría de las subvenciones de ayuda exterior existentes durante 90 días. La orden, que sorprendió a los funcionarios del Departamento de Estado, parece incluir a la financiación de la asistencia militar a Ucrania, fue desmentida por el Pentágono; “Un funcionario del Pentágono confirmó que la orden ejecutiva de Trump que congela la ayuda exterior se aplica a programas de desarrollo, no a la asistencia de seguridad para Ucrania”.