Escribe Pablo Busch
El ongarismo, de la resistencia peronista a la colaboración con Milei.
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Otro sindicato más de la CGT firmó la paritaria a pedir de boca del gobierno de Milei: la Federación Gráfica Bonaerense, conducida por Héctor Amichetti, sucesor del difunto Raimundo Ongaro. El acuerdo es todavía peor que el que firmó Cavalieri para los empleados de Comercio: 4,7 % trimestral en cuotas. El acta acuerdo pasó casi desapercibida y no fue difundida prácticamente por ningún medio nacional ni por los portales de la izquierda. Las cuotas continúan la cuenta regresiva hacia la paritaria cero que sueña Milei: 1,7 % en enero, 1,5 % en febrero y 1,3 % en marzo.
El salario del obrero inicial gráfico será en enero de 747.000 pesos. En febrero, 758.000 pesos y en marzo llegará a 768.000. El salario gráfico, otrora uno de los mejores del país, transita un retroceso que viene de larga data. La categoría más alta del convenio, la 10, llegará en enero a 1.338.000 pesos mensuales, prácticamente la mitad de una canasta familiar.
La conducción del gremio gráfico llamó en diciembre a los trabajadores en su revista editorial a “resistir hasta salir de la trampa libertaria”, que movilizó con una delegación en la marcha universitaria, en el Ni Una Menos, en el Día Internacional de la Mujer y contra el DNU de Milei. Esa misma conducción suspendió hasta nuevo aviso la “resistencia” y suscribió sin lucha la paritaria de Milei y Caputo.
Un punto no menor de estos acuerdos paritarios son las concesiones especiales de las empresas a las cajas de los sindicatos, que en el caso de Camioneros era arriba de 15.000 pesos por trabajador dentro de convenio y en el caso de Comercio, de 5.500 pesos (con más de un millón de trabajadores de comercio, representa ¡5.500 millones de pesos mensuales para el Sindicato!). En el caso de gráficos, el punto más extenso del acta acuerdo es el que refrenda el “aporte solidario” del 1,5 % de todos los trabajadores por uso de convenio, un afano que Milei y Sturzeneger amenazaban con suprimir. Es notorio que la luna de miel entre Milei y la CGT tiene como punto de acercamiento la continuidad del aporte por uso de convenio.
En su revista editorial, el gremio reivindica el método de la asamblea como propio -“la asamblea vota, el gremio crece”-, pero para discutir los salarios no: el acuerdo se firmó sin que los trabajadores participen de la discusión.
Para enfrentar la política hambreadora de Milei y Amichetti es preciso retomar la larga tradición de lucha de los obreros gráficos, empezando por rechazar masivamente el acuerdo de la miseria. Impulsemos en todo el gremio una campaña por asambleas en los lugares de trabajo que voten el rechazo, por el impulso a pliegos de reclamos y autoconvocatorias.