Escribe Daniela Magoc
Tiempo de lectura: 4 minutos
El gobierno liberticida anunció el miércoles que Argentina se retira de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Como argumento esgrimen "las diferencias en relación al tratamiento de la pandemia". Milei acusa al organismo de "someter a la gente al encierro más largo de la historia". Otro de los argumentos esgrimidos fue "la falta de independencia frente a la influencia política de otros estados". Milei apoyó incondicionalmente la cuarentena de los Fernández, con reiterados tuits que reclamaban la aplicación a fondo del Código Penal a los infractores del encierro. En los mismos términos se había expresado Miguel Adorni, el chirolita de prensa. Los argumentos que se exponen ahora son una impostura y una manifestación de la incurable mala fe de los charlatanes libertarios. En 2020/21, Milei había evitado convocar a la “inmunidad de rebaño” por el temor a las muertes que podía provocar entre la población.
Milei se retira de la OMS inmediatamente después de que lo hiciera Trump, como expresión del acompañamiento a la guerra comercial y política que ha descargado el norteamericano contra el más variado conjunto de países. La OMS no pudo reunir nunca un presupuesto internacional para una lucha coordinada contra el Covid, ni pudo siquiera mitigar la lucha entre las grandes potencias por los barbijos y respiradores, y por el monopolio de producción de una vacuna eventual. El capitalismo mundial fue el único responsable por la expansión del virus como consecuencia de su oposición a una colaboración internacional y por el privilegio al beneficio privado por encima del interés general. Estados Unidos cerró el mercado mundial a la vacuna Sputnik, de Rusia, y a las diferentes vacunas de China. El propósito de Trump, como ya lo ha dejado en evidencia, es quebrar la regulación internacional que obstaculice la guerra comercial y política que ha desatado de un modo unilateral. Ha roto el acuerdo de libre comercio de América del Norte a fuerza de la imposición de aranceles y pretende seguir por ese camino contra la Organización Mundial de Comercio y contra todos los tratados vigentes, como el del canal de Panamá, que limiten sus intereses. En el caso de la Salud, el propósito de Trump es imponer una destrucción de la Salud Pública y el acceso irrestricto de los Fondos de Inversiones en el seguro de salud y el monopolio de las Pfizer y Moderna en el mercado de vacunas, como hizo en su primer mandato. Milei, como ocurre con los bufones, sólo busca imitar al dueño del trono.
Este anuncio se da en el marco del desmantelamiento de hospitales nacionales (como el Posadas, Laura Bonaparte, Sommer), la Dirección de Respuesta al VIH, ITS, Hepatitis virales y Tuberculosis y la Dirección de Vacunas con 1400 despidos en las áreas que dependen del Ministerio de salud. También se produce en el marco del fin de la triangulación con las obras sociales que favorece a los empresarios de las prepagas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), creada en 1948, es la agencia de salud especializada de las Naciones Unidas; la sigue la Organización Panamericana de la Salud (OPS). La OMS establece ciertos criterios y recomendaciones basadas en evidencia científica, impulsa programas para garantizar medicación y vacunación e impulsa la transferencia de tecnologías. Trump anunció la salida de la OMS días antes de la asunción. A su vez, nombró como secretario de Salud a Robert Kennedy Jr., un connotado militante antivacunas. Kennedy fundó en 2007 la ONG Children's Health Defense, dedicada a denunciar lo que considera prácticas dañinas en la industria farmacéutica y en la producción de vacunas. Durante años, Kennedy sostuvo que existe una ligazón entre la vacunación y el autismo, algo que nunca se comprobó.
La salida de Estados Unidos de la OMS provocará graves problemas, ya que es el mayor aportante (un 22 % del presupuesto que recibe de países miembros). Sin este financiamiento, el organismo tendrá que someterse a una reestructuración, perjudicando los esfuerzos mundiales en materia de salud pública. principalmente en vigilancia y combate contra epidemias.
La salida de Argentina, por su parte, no sólo apunta a seguir la línea privatista de la salud adoptada por Estados Unidos. Advierte contra una coordinación internacional ante amenazas sanitarias globales, como por ejemplo el tratamiento de pandemias. Los laboratorios que cuentan con acuerdos con la OMS, como el Malbrán o Incucai, quedarán excluidos del intercambio de información y de la recepción de insumos (reactivos para la detección de casos). El gobierno alega que el retiro sirve para ahorrar en gastos superfluos, pero finge ignorar que la integración a la OMS permite, a través del fondo rotatorio, acceder a medicamentos, insumos, tecnología y vacunas de manera más económica. A su vez, el Gobierno argumenta que las compras de vacunas e insumos críticos se podrían hacer mediante la OPS (Organización Panamericana de la Salud), a la que, por ahora, no han renunciado. El anticiencia y antivacunas es un taparrabos: es funcional al ataque reaccionario al racionalismo y a las advertencias acerca del deterioro climático, pero no apuntan a perjudicar a Pfizer o a los Fondos de Seguros de Salud, ni a la incursión privada en dominios que se mantienen en el Presupuesto del Estado. Pfizer recibió subsidios de parte de Trump hasta el último día de su primer mandato, mientras Moderna fue enteramente subvencionada por el Estado. La destrucción del sistema público de salud es común a todas las corrientes capitalistas, liberticidas o ‘wok’, porque se trata de ponerlo bajo la tutela de la Bolsa.
La salida de Argentina de la OMS fue criticada por el ministro de Salud de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Fernán Quirós. Para Quirós “la OMS es el principal instrumento que tenemos. Por supuesto, no es perfecto, ha tenido dificultades para la coordinación en el período de la pandemia, pero necesitamos fortalecer las estructuras que nos ayudan a coordinar”. También remarcó que el Gobierno nacional aún no proporcionó "la propuesta de coordinación sanitaria que vamos a tener para adelante" Lo que Quirós olvidó es que los hospitales que dependen del Gobierno de la Ciudad están sufriendo un duro ajuste macrista.
Los casos de Covid-19 continúan en aumento a nivel mundial, así como los casos de gripe. En nuestro país se ha emitido alerta epidemiológica por un caso confirmado de Sarampión en la CABA. Enfermedades como Tuberculosis se propagan como producto del empobrecimiento de las condiciones de vida. La salida de la OMS impulsa este cuadro de ‘ajuste’. El desmantelamiento de la salud pública, por parte de Trump y Milei, sólo hará aumentar el desarrollo de enfermedades nuevas y enfermedades erradicadas.
La nacionalización del sistema de salud, sin resarcimiento a las patronales y fondos de seguros, es el medio para garantizar la prevención y la curación, y para acabar con el lucro capitalista con la vida.