Entre Ríos: Rebelión en la Granja

Escribe Pablo Busch

Los trabajadores de Granja Tres Arroyos se rebelan contra la patronal y la política conciliadora del STIA.

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Pasaron solo 15 días desde el paro total de la planta que Granja Tres Arroyos tiene en Concepción del Uruguay, Entre Ríos, y los trabajadores han decidido volver a la huelga. El viernes pasado la patronal violentó la supuesta “Conciliación Obligatoria” dictada por la Secretaría de Trabajo de Nación incumpliendo el pago de la quincena, anunciando que pagaría en cuotas. Una de esas cuotas debía cobrarse ayer, pero la empresa volvió a faltar a su palabra.

Para las 18 horas los trabajadores seguían sin cobrar y el clima dentro de la planta era irrespirable: los trabajadores no querian continuar trabajando, los delegados impulsaron asambleas por sector. Los jerárquicos, voceros de la empresa, decían que si los sectores paraban para las asambleas la producción se podía atorar y que de ningún modo se podía detener la faena, en medio de una conciliación obligatoria. Para las 19 horas la planta estaba totalmente parada. El turno mañana de hoy martes 11 de febrero al ingresar continuó sin prestar tareas.

La empresa Granja Tres Arroyos está sometiendo a los trabajadores a una verdadera extorsión. Los más de 70 despedidos para lograr su reincorporación, dependen de que se le acepte a la empresa las condiciones de su Preventivo de Crisis, que incluye una reducción salarial del 21%. Ayer se realizó la última audiencia por los despidos, y se prolongó por cinco días hábiles más la conciliación obligatoria. Según trabajadores que tuvieron acceso al trámite del PPC, las condiciones que implica aceptarlo son peores aún que la reducción salarial. Mientras esta extorsión se lleva a cabo, la empresa anunció que pagaría los salarios en tres cuotas, algo que hizo con todos los trabajadores del grupo. (Tiene otras plantas en Entre Ríos, en Córdoba y en varias localidades de la Provincia de Buenos Aires).

La crisis de Granja Tres Arroyos está floja de papeles: la empresa viene hace muy poco de quedarse con la operación completa de Cresta Roja: domina el mercado interno con casi el 41%, y es la principal exportadora de pollos del país. El consumo de pollo creció en los últimos años exponencialmente -al ritmo de la caída del consumo de la carne vacuna- y en 2024 fue record. La empresa argumenta una crisis a causa de la gripe aviar, por la que tuvo que matar pariciones completas en sus granjas: algo totalmente circunstancial y de ninguna manera tienen por qué pagar sus trabajadores con despidos y rebajas salariales. Los trabajadores estan ante un PPC trucho más.

La política del STIA de Entre Ríos y de la Federación conducida por Morcillo y Daer es inducir a la empresa a un camino para que la crisis la paguen los trabajadores pero en forma atenuada: en la reunión de ayer, el STIA propuso que la empresa pague “previsional no remunerativo, retiros voluntarios, reducción de horas de faena, reducción de días de faena, para no echar trabajadores por un tiempo determinado”. Las medidas propuestas por la Federación bien podrían ser la de los propios directivos de la empresa. Un punto relevante es que la propuesta de reducción horaria sería con afección de los salarios (no dice lo contrario) por lo que en vez de reclamar que el capitalista absorba las pérdidas, el STIA plantea que se repartan entre todos los trabajadores por igual.

La otra parte fundamental de la política del STIA es encaminar los reclamos en las oficinas de la Secretaría de Trabajo para evitar por todos los medios la huelga de los trabajadores. En la huelga de enero esa política fue arrollada por la voluntad de los trabajadores, algo que volvió a pasar ayer. Esta fractura entre la voluntad de lucha de los obreros y la política dialoguista del sindicato queda cada día más expuesta por la avanzada antiobrera de las patronales y el gobierno, y deja planteada la necesidad de recuperar los sindicatos. La misma fractura quedó expuesta también en el levantamiento de la huelga de Linde Praxair.

La huelga de Granja Tres Arroyos tiene un significado político clave: mientras el Gobierno de Milei intenta mostrar que en la superficie de la clase obrera “no pasa nada”, que la conflictividad obrera ha prácticamente desaparecido, porque tiene postrados ante sí a los jefes de la CGT y de la CTA, de a poco entre los trabajadores se empieza a abrir un proceso de conflictividad creciente. Los trabajadores no están dispuestos a ser sometidos a las condiciones de esclavitud para salvar de su crisis al capital. Que la crisis la paguen los capitalistas: reincorporación de los despedidos; ninguna reducción salarial : abajo el preventivo de crisis trucho de Granja Tres Arroyos y todos los demás.

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Granja Tres Arroyos: parazo y conciliación obligatoria Vamos por la reincorporación definitiva de los compañeros despedidos. Por Pablo Busch, 28/01/2025.

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