Granja Tres Arroyos: en una asamblea polémica, los trabajadores aceptaron el planteo patronal

Escribe Pablo Busch

Una extorsión al servicio de un compromiso precario.

Tiempo de lectura: 2 minutos

El día lunes los trabajadores de Granja Tres Arroyos fueron convocados a una asamblea general en el predio del STIA Concepción del Uruguay, para definir si se aceptaba la propuesta de la empresa o se continuaba con la lucha. La propuesta de la empresa consistía en: 1) reincorporar a los 80 despedidos; 2) dejar sin efecto los otros 320 despidos y no despedir por el plazo de un año; y 3) una reducción salarial del 9% que los trabajadores de la Planta de Concepción del Uruguay perciben por arriba del convenio STIA, pagando una indemnización correspondiente a ese item. Si los trabajadores rechazaban la propuesta a los 80 despedidos vigentes se les sumarían 320 más por orden de antigüedad, y además, la planta permanecería cerrada durante un mes, con suspensiones sin goce de sueldo. Una verdadera extorsión.

El STIA, vocero de la extorsión patronal

En ese marco, el Secretario General del Sindicato explicó los términos de la propuesta, en conjunto con el abogado del STIA, y organizó una votación por urna con voto secreto, con la excusa de que así lo había pedido la Secretaría de Trabajo. El método tradicional de la asamblea con voto a mano alzada fue reemplazado para favorecer el levantamiento de la lucha, en su punto más alto, ante las presiones de la patronal. Además, el STIA dió participación en la asamblea a todo el sector administrativo de la empresa, que está dentro del convenio, pero que no participó en ninguna de las medidas de lucha.

De esta manera, aunque las voces mayoritarias de la asamblea se pronunciaron por continuar la lucha, con fuertes cuestionamientos a la conducción del sindicato, la votación dio por resultado la aceptación de la extorsión, por 328 votos a 300. El Preventivo de Crisis de Granja Tres Arroyos ya había sido aceptado por la Federación, dejando aislados a los trabajadores de Concepción del Uruguay.

Final abierto

La experiencia recorrida en estos dos meses por los trabajadores de la planta entrerriana de Granja Tres Arroyos es histórica. En un mes, los trabajadores pararon contra los despidos, se rebelaron contra una conciliación obligatoria que la patronal incumplía pagando los salarios en cuotas, impulsaron en forma autoconvocada un trabajo a desgano que obligó a la empresa a parar la producción; organizaron movilizaciones dentro y fuera de la planta, en donde fue creciendo el apoyo a la causa obrera. El punto más alto fue la movilización del domingo pasado, en la que se movilizaron más de 6.000 personas por el centro de la “Histórica”, contra la orientación del intendente, de la CGT y del STIA.

El acuerdo no significa una derrota de este proceso de lucha: los trabajadores lograron en este marco la reincorporación de los 80 despedidos -un precedente clave para todo el grupo Granja Tres Arroyos. El porcentaje del salario sujeto a reducción será indemnizado por la empresa, o cada trabajador puede apelar a un reclamo individual ante la justicia. El punto central es que el objetivo del PPC es la readecuación de la planta en toda la línea a una reducción de costos -empezando por los 400 puestos de trabajo, pero también con modificaciones de turnos y sectores. Aceptando el PPC se abre la puerta a otros caminos para buscar esa readecuación, que el STIA ya había enumerado (retiros voluntarios, suspensiones, etc).

El objetivo de la empresa es una reorganización reaccionaria del régimen de trabajo en favor del beneficio patronal y en detrimento de los salarios y las condiciones de trabajo. El compromiso al que se ha arribado es de suma precariedad.

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