Escribe Walter Sánchez
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El domingo 13 de abril, Grabois fue entrevistado en el canal de YouTube Blender, donde se despachó contra la docencia y el personal de Salud.
“Los que vivimos en la provincia de Buenos Aires o en cualquier provincia del país y usamos el hospital público o la escuela pública sabemos que no es una maravilla, que hay problemas de institucionalidad de esos que también tienen que ver con la pérdida del sentido del deber y del sacrificio y con el yo, yo y mis derechos, mis derechos mis derechos, y me cago en el otro…”, o sea que, para Grabois, los docentes y trabajadores de la Salud serían egoístas por pensar en sus condiciones de trabajo y salarios. Pero fue más allá: “flaco, vas todos los días y cumplís el horario entero y te rompés el orto y si no, al paredón, si no, sos un traidor a la Patria, si no, sos peor que Milei”.
¿Qué tal? El nacional y popular trata a los docentes, médicos y enfermeros como traidores y exige que vayan al paredón. Emula a Espert, quien pide "cárcel o bala" contra piquetes y huelgas. En su exposición reaccionaria, carga todo ese peso del derrumbe de la salud y la educación públicas sobre los trabajadores.
Las declaraciones fascistas de Grabois van en línea con la política de ataque del gobierno nacional y los gobernadores: la Ley de Esencialidad Educativa, que tiene media sanción en Diputados (liquidación del derecho a huelga), el presentismo impuesto en 13 provincias del país, las multas millonarias al sindicato docente de Santa Cruz ADoSaC. Axel Kicillof, el "compañero" de Grabois, ha calificado de ilegales las huelgas docentes en la provincia de Buenos Aires y ha sancionado y ejecutado descuentos a los huelguistas, recibiendo el apoyo de dirigentes de La Libertad Avanza. Milei ha eliminado de facto la paritaria nacional docente e impulsa la privatización definitiva de la educación pública.
Sus declaraciones no fueron un "error". Se trata de un planteo que Grabois ya hizo el año pasado, cuando se pronunció a favor de terminar con el derecho a huelga para los docentes. Allí dio rienda suelta a su lengua sin privarse de nada: “soretes abusadores de chicos” (sic), “abusadores seriales de los estatutos docentes”, quienes “se inventan licencias para faltar”. Estamos frente a un fascista "nac & pop", empeñado en meter una cuña entre la clase obrera y la docencia: según Grabois no es el Estado el que vacía las escuelas públicas y los hospitales, el problema son sus trabajadores que reclaman salario y condiciones de trabajo, ese es su planteo.
Cuando se desarrolla una discusión acerca del carácter fascista, o no, de Milei, tenemos una expresión de fascismo explícito de parte de Grabois, lo que, sin embargo, no debe sorprender. El peronismo oficial desarrolló, entre 1973 y 1975, un terror paraestatal bajo la forma de la Triple A, que Grabois 8y no sólo él) nunca repudió. De modo que tenemos en Argentina manifestaciones fascistas a tres bandas: de parte de Santiago Caputo, que llama a ¨desaparecer a la izquierda y al socialismo¨, el vómito de Grabois y la asociación del poder judicial a la campaña que califica de antisemita a la izquierda, junto a un Presidente que saluda, en palabra y actos, la limpieza étnica contra el pueblo palestino. El aparato de la burguesía vomita fascismo por medio de sus diferentes costados políticos.