Escribe Charly Petrillo – Jubilados Clasistas
Contra la represión, no abandonamos las calles.
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Un miércoles más de movilización de los jubilados que culminó -represión mediante, a manos de las cuatro fuerzas de seguridad federal (Gendarmería, Prefectura Naval, Policía Aeroportuaria y Federal) y la Policía de la Ciudad- con decenas de heridos, 70 compañeros que tuvieron que ser asistidos por los socorristas y dos detenidos. Palos, gas pimienta y brutales golpes con los escudos policiales son la respuesta de un gobierno que no cesa de atacar nuestras condiciones de vida.
La lucha de los jubilados se ha convertido en un eje de movilización para muchos sectores, frente al inmovilismo de la burocracia sindical, cuando están en juego los ingresos de la clase obrera -los actuales y futuros- y el derecho a manifestar, que el gobierno liberticida quiere sofocar. El acuerdo con el FMI coloca el acento en una nueva “reforma previsional”, que apunta a la liquidación lisa y llana del sistema jubilatorio, para convertirlo en una asistencia a la vejez. Apuntan, en primer lugar, contra los mal llamados “regímenes especiales”, como los que todavía tienen los docentes, docentes universitarios y trabajadores de Luz y Fuerza, entre otros.
El gobierno ha dado pasos claros en esa dirección. Ya derogaron la moratoria, razón por la cual 250.000 trabajadores no podrán acceder este año a su beneficio jubilatorio; en su inmensa mayoría, son mujeres, las cuales tendrán que aguardar a los 65 años para acceder a la miserable PUAM (Pensión Universal al Adulto Mayor), que conforma el 80% de la ya de por sí jubilación mínima y es excluyente con la pensión por viudez. Como la quita del 100 % en medicamentos, esto se añade a la gran confiscación inaugural del gobierno de Milei, la devaluación de diciembre de 2023, que desplomó las jubilaciones un 30%. Los partidos del régimen y la burocracia sindical -responsables de la demolición del sistema jubilatorio a través de los sucesivos gobiernos- han apoyado este despojo más o menos abiertamente.
Ahora, estamos en vísperas de una nueva devaluación, mientras los precios se siguen disparando en una carrera inalcanzable para cualquier bolsillo de un trabajador o jubilado, con salarios y haberes de pobreza y de indigencia. Con un haber mínimo en mayo de $ 296.000 más el bono basura de $ 70.000 congelado desde hace más de un año, no podemos vivir: la canasta familiar alcanza a $ 2.500.000.
Las organizaciones de jubilados de los miércoles convocamos para el miércoles 23 de abril a una nueva concentración en el Congreso Nacional, a partir de las 15 hs. para marchar hacia la Plaza de Mayo y realizar un acto.
Hacemos un llamado a todos los trabajadores ocupados, desocupados, estudiantes secundarios, universitarios, a la juventud de los barrios, a las amas de casa, en cada rincón de nuestro país a debatir, en asambleas, plenarios, congresos, radios abiertas e impulsemos y organicemos una huelga general para frenar esta barbarie.
Abajo la represión, libertad a los detenidos, aumentos de salarios y haberes jubilatorios mínimos acorde a la canasta familiar de $2.500.000, jubilación automática a todos en edad jubilatoria, no al acuerdo con el FMI, no al pago de la deuda usuraria. Ganamos las calles, no las abandonemos.
Jubilados y la CGT: el abrazo del oso ¿Cómo seguimos? Por Sara Daneri - Jubilados Clasistas y Charly Petrillo – Jubilados Clasistas, 10/04/2025.