Por qué debemos votar a la Lista Naranja en las elecciones del gremio.
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Los trabajadores asistimos a una de las mayores crisis del sindicalismo en Argentina. Es la larga culminación de una decadencia sin fondo, que ha llevado a una pérdida descomunal de conquistas y derechos laborales. Este derrumbe se manifiesta en que la participación de los asalariados y jubilados en el Ingreso Nacional es la más baja en ochenta años (un 36 %). La existencia de seis millones de trabajadores en negro, sin convenio, es superior a los formales. Esta decadencia es el resultado del entrelazamiento de la burocracia sindical con el Estado, cuando no con la misma patronal, que se manifiesta en la abolición de la democracia sindical y en el atornillamiento de los mismos dirigentes en la conducción de los sindicatos, en algunos casos hasta medio siglo y más. La burocracia sindical es la responsable de la gigantesca confiscación económica de los trabajadores perpetrada por el gobierno de Milei. Ha firmado innumerables convenios a la baja, permitido el despido masivo y el cierre de organismos públicos de atención social y va en camino a la privatización completa de las Obras Sociales.
La comprensión de esta realidad de conjunto es absolutamente necesaria frente a la convocatoria a elecciones en nuestro sindicato: FOETRA.
La Azul y Blanca que encabeza Claudio Marín reclama una nueva reelección, la octava, cuando tiene detrás un balance sindical negativo, incluso desastroso. Su orientación es la misma que las centrales sindicales: inmovilizar a los trabajadores, pactando con las empresas paritarias a la baja sin pelear, e introduciendo la flexibilización reclamada por las empresas. Ha entregado la jornada de 7 horas; firmado y promovido las 9 horas, con bonos por productividad sujetos a calificaciones totalmente arbitrarias por la patronal, que les sirve como mecanismo de presión. Esto fue justificado con la excusa de incorporar trabajadores al convenio… pero fue un ariete para destruirlo. Debido al derrumbe del poder adquisitivo del salario los trabajadores aceptan o piden el pasaje a categorías flexibilizadas con una remuneración superior, aun cuando el valor-hora es inferior. El incremento de las horas de la jornada apunta contra la cantidad de puestos de trabajo y por tanto de la estabilidad laboral.
En plantel exterior FOETRA habilitó el trabajo los sábados y la rotación semanal, con la pérdida del descanso del fin de semana, también a cambio del pago de un plus.
Los retiros voluntarios se imponen por la caída del salario y las presiones patronales. La conducción, sin embargo, no enfrenta estos atropellos, ni convoca a asambleas para que la base pueda decidir.
En cuanto a las tercerizaciones, en 2023 se firmó un convenio a la baja para tercerizados instaladores y contratistas, que también actúa como un ariete contra nuestro convenio.
De conjunto, el retroceso salarial es utilizado para introducir la reforma laboral mediante la zanahoria de sumas o bonos.
La Azul y Blanca no realiza asambleas para organizar la lucha por nuestras reivindicaciones, ni para enfrentar los ataques patronales, como recientemente, en ocasión de los pedidos de informe y suspensiones de Telecom.
Ocasionalmente hay Asambleas ´informativas´ que podrían resolverse con un correo electrónico, pero no resolutivas, como corresponde realmente. Claudio Marín ha quedado con el atributo de decidir, en una suerte de ¨Marín Conducción¨.
Las elecciones de delegados se convocan sólo donde el oficialismo descuenta que impondrá a sus candidatos. Por eso edificios fundamentales como República, Paseo Colón, pasan años sin renovar mandatos. Mientras en el convenio de fija con 41 trabajadores hay 3 delegados y con 80 trabajadores son 5, con los nuevos convenios disminuyen a 1 delegado hasta los 50 trabajadores y 2 hasta los 100. Promueven delegados de sector y no por edificio, acortando la “movilidad” de los delegados y trabando la organización en los lugares de trabajo. Así, sectores enteros se quedan sin delegados. La elección periódica y la renovación e incluso la revocatoria de los delegados son la piedra angular de la democracia sindical y el método para la capacitación y maduración de una dirección obrera.
El Plenario de delegados es convocado de forma rutinaria, esporádicamente, con frecuencia no se respetan sus resoluciones. El último plenario votó una huelga de 36 horas, para el miércoles 9 y jueves 10 de abril, que la Directiva bajó a 24 horas para evitar una concurrencia masiva a la movilizacio1n de jubilados. La democracia gremial fue reemplazada por un unicato de la agrupación oficialista Azul y Blanca.
La lista opositora Granate, una alianza de agrupaciones del FITU y de la CTA-A, que ya tiene 12 años, ha retrocedido sin pausa, desde el 42 % obtenido en 2013 hasta el 20 % en la última elección. Su papel se ha diluido como resultado de su adaptación al retroceso político y social de los trabajadores y al seguidismo a la burocracia sindical en su conjunto. Mientras denuncia retóricamente a la Azul y Blanca, en forma intermitente, no asume ninguna clase de iniciativa independiente de organización y lucha; se limita a declaraciones de compromiso y a solicitudes a que la directiva actúe por un tema u otro. Es, por la negativa, un factor de desorganización de los trabajadores
En el reciente ataque de Telecom, en el edificio Paseo Colón, ante los pedidos de informe y suspensiones, la Granate se limitó a reclamar que las sanciones no afecten a sus dirigentes, por sus fueros gremiales. Pero renunció a hacer una campaña por la asamblea de edificio y otras medidas de agitación y de lucha. Actúa condicionada a su alianza con la burocracia de la CTA Autónoma. Dada la profunda decadencia del sindicalismo tradicional, estas alianzas socavan la lucha por el desarrollo de una nueva dirección.
Este frente ha convertido en una rutina de los reclamos, una u otra medida, a la paralizada burocracia oficial longeva de Claudio Marín. Esto ocurre en todos los sindicatos donde esta corriente tiene presencia. Se ha convertido, de este modo, en una colectora exterior de la dirección del sindicato. Ante esta realidad, nuestra corriente Naranja ha tomado una decisión que debimos haber debatido y abordado mucho antes: afrontar la disputa por una nueva dirección de FOETRA en forma independiente y sobre los principios de nuestra clase.
La compra de Telefónica por Telecom apunta a grandes cambios en perjuicio de los trabajadores. Es un intento monopólico de ‘racionalizar’ costos, reduciendo los puestos laborales duplicados. El oficialismo no ha emplazado a Telecom a mantenerlos bajo la modalidad del reparto de las horas disponibles entre todo el personal. ‘Racionalización’ patronal, sí, pero ‘racionalización’ para mejorar la vida del trabajador, no. El sindicalismo independiente tiene en su programa el control obrero de las inversiones, ganancias y medidas laborales, de lo contrario las condiciones de vida del trabajador quedan a la deriva de la crisis capitalista y la crisis social.
Obra social y Fondo Compensador: la caída del salario y de trabajadores en actividad desfinancia la Obra Social. La solución de Azul y Blanca no es recuperar el salario y los puestos laborales que las empresas tercerizan o sacan de convenio. Promueven aportes especiales, que disminuyen el salario de bolsillo, pero que, fundamentalmente, refuerza la vulnerabilidad de la Obra Social, que queda a merced de ´subsidios´ patronales.
Un mes antes de la compra de Telefónica, Telecom se negó a pagar los aportes que financian el Fondo Compensador. Telecom financia la compra de Telefónica y anuncia su expansión regional, mientras desfinancia las prestaciones odontológicas, ópticas, amenazando la prestación del Fondo a los jubilados. La Azul y Blanca no tomó medidas gremiales contra la empresa y acordó un aporte reducido de las patronales, mientras sigue el demorado y arbitrario curso judicial.
La automatización tecnológica, particularmente la Inteligencia Artificial, serán puntales de las patronales para bajar el costo laboral y reducir aún más las dotaciones. Frente a esto, la Azul y Blanca no plantea el rechazo al cierre de sectores, o sea que los acepta, ni la jornada laboral reducida proporcional, manteniendo el salario. Promueve que los trabajadores acepten cualquier tarea que la patronal quiera, fomentando el retiro voluntario.
El brutal retroceso social impuesto por Milei-Caputo y el Congreso nacional es la consecuencia de la ausencia de los trabajadores de la escena política y de la usurpación de los sindicatos por la burocracia sindical, en muchos casos con empresas propias. El plan económico de Milei, sin embargo, ha fracasado, como lo muestra el recurso al FMI para evitar un defolt. Es hora de que revirtamos la situación, tomando la iniciativa política. FOETRA debe iniciar una campaña para organizar una huelga general hasta la satisfacción de nuestras reivindicaciones. Para eso debe ofrecer un programa de recuperación y acrecentamiento del salario, el control sindical de las condiciones de trabajo y un planteo de política económica de repudio de la deuda financiera usuraria y de nacionalización de los sectores estratégicos.
Arsat. Año y medio después de que dejara de pagar la paritaria a sus trabajadores, la empresa sigue siendo vaciada. Su desfinanciamiento permite a monopolios como DirecTV, Starlink y Amazon vender servicios satelitales en la región sin competencia.
FOETRA apoyó la creación de Arsat, pero la aceptación de las privatizaciones amenaza la condición de Arsat como empresa pública. El desarrollo de un plan de servicios e industrial viable y autofinanciable choca de frente con los intereses privados: Telecom, Claro, Starlink y Amazon que no quieren una empresa regional que tenga la capacidad de competir, por eso el vaciamiento que ejecuta el gobierno. Eventualmente Arsat será loteada.
Para cambiar el destino debemos poner los objetivos y demandas de los trabajadores en primer plano. La movilización del gremio telefónico, en conjunto con el resto de los trabajadores, como un factor político independiente, es el norte para un rumbo diferente. El peso estratégico sobre las redes de comunicaciones sobre las que funciona la sociedad entera, bancos y empresas de todo tipo nos coloca en una posición favorable para nuestros reclamos, comenzando por el salario.
Salario mínimo igual al valor del costo de vida real de la familia trabajadora.
Reparto de las horas de trabajo. Reducir la jornada laboral preservando los puestos de trabajo y manteniendo nuestro salario. Reconquistemos las 7 hs. para todos.
La mejora salarial, el freno a los retiros y nuevos puestos laborales debe servir para financiar la obra social y los servicios prestados a activos y jubilados.
Ante un monopolio con influencia decisiva y hostil a los trabajadores orientado al beneficio privado, planteamos su utilidad pública. Mediante su nacionalización y un plan industrial, en manos de los trabajadores y en conjunto con una Arsat pública, transformar la industria de las telecomunicaciones, incrementando las fuentes laborales y su calidad.
Convocatoria de las elecciones de delegados en cada edificio hoy negadas. Funcionamiento regular del plenario de delegados. Soberanía resolutiva de las asambleas.
Por una campaña para organizar una huelga general de toda la clase obrera, hasta la conquista de nuestros reclamos.
LISTA NARANJA
Flavio Pereyra, candidato a secretario general
Guido Fuentes, candidato a secretario adjunto
Mariela Acosta, candidata a secretaria administrativa
Cintia Benítez, candidato a secretaria de organización
La Azul y Blanca altera la votación del plenario de delegados de FOETRA COMUNICADO LISTA NARANJA-AGRUPACIÓN CLASISTA DE LAS TELECOMUNICACIONES, 08/04/2025.
Elecciones en FOETRA Buenos Aires: presentamos la Lista Naranja Necesitamos una nueva alternativa para los trabajadores telefónicos. Por Flavio Pereyra, 29/03/2025.