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El 12 y 13 de junio el SUTEBA provincial, que es el sindicato docente más grande en Buenos Aires, llamó a reunión de delegados: una jornada que duraría siete horas, de 9:00 a 16:00. Los flyers se publicaron sin temario, con lo cual se supone que no se iba a tocar ningún tema sensible para las bases (cuando se presenta así, en general se trata de “talleres”), como la miseria salarial, la infraestructura destruida, la sobrecarga laboral, la reforma educativa y el vaciamiento de la obra social. En San Fernando, después de una primera parte de generalidades, se hizo, según la segunda etapa del orden del día, una «Presencia en el Concejo Deliberante para acompañar el repudio al fallo de la Corte Suprema en contra de la ex Presidenta Cristina Fernández, “en contra de la Democracia”» (las comillas subordinadas son nuestras).
A las once de la mañana la dirigencia Celeste del SUTEBA local arrancó de la Seccional, en la calle 3 de Febrero, para marchar en columna, con toda la parafernalia, a la sala del Concejo, distante a 200 metros (media cuadra, la cuadra de la Plaza Mitre del centro de San Fernando, y media cuadra más) hacia el sur sobre la misma calle. No era un 17 de octubre, pero tal vez, a nivel atómico, se parecía un poco.
En el Concejo se les unió UDOCBA, el segundo de a bordo en el FUD entre los cinco sindicatos del Frente. Se sumó también una tropa de la Lista Verde de la Unión Ferroviaria. La declaración de repudio la leyó o la declamó un concejal del andreottismo (que detenta la intendencia), que es la versión local del massismo. Luego se fueron todos y la Celeste volvió a la seccional, con aires de misión cumplida.
Evidentemente era importante para unos y otros la puesta en escena del “repudio”. Este reemplaza de algún modo el “quilombo que se va armar”, que nadie arma.
Criminis causa, lo importante era hacer número para la asonada en el Concejo. De vuelta en la seccional, la primera aclaración que hicieron fue que no iban a abrir un debate general sobre ningún tema. Por supuesto se referían al paro convocado para el día anterior por la Lista opositora Multicolor, que en San Fernando tuvo una adhesión irregular.
Este dato, aunque parece describir una situación endeble para el gremialismo clasista, es ya, de por sí, fundamental, porque históricamente la localidad ha sido –es– un fuerte bastión peronista, lo cual refracta en la dirigencia Celeste del SUTEBA, peronista por supuesto. Esto llevaba antes a que las políticas del oficialismo del sindicato pregnaran el espacio político/sindical de la docencia sanfernandina, donde desde siempre han excluido las influencias de las políticas de las seccionales Multicolor. San Fernando tiene una dirigencia Multicolor del lado norte, en Tigre, y del lado sur, en San Isidro, si bien la dirección es Celeste, lo es en un distrito históricamente opositor al peronismo, donde la “multi” tiene una presencia apreciable.
La situación comenzó a cambiar en 2018, cuando Vidal arremetió contra los bachilleratos para adultos, y al menos en San Fernando la inacción Celeste se hizo evidente. Lo cual empeoró con el crimen social de Moreno en la persona de los compañeros Sandra y Rubén, en la crisis del gas de la segunda mitad del mismo año. Ese fatídico jueves 2 de agosto soltaron al aire el axioma “La muerte es el límite”, para luego lanzar un parito de un día, el viernes. Para el lunes 6, el axioma no estaba en el recuerdo de nadie. Con la crisis pandémica el astillado de la autoridad política de la dirección sindical se hizo visible cuando al ceder, firmes junto al gobierno, a las presiones; luego de soltar que había que “debatir” la reapertura de las escuelas, el gobierno las reabrió sin debates y con un protocolo mediocre. Este derrotero se completa con la merma, a partir de 2018, hasta la nada, del llamado a asambleas de afiliados y las constantes paritarias a la baja, a pesar de los tiros a repetición de “Le ganamos a la inflación” que no convencen a nadie: hace años que el básico docente perfora hacia abajo la línea de indigencia y que el salario de bolsillo se ahoga en la de pobreza. El 50 % del sueldo es un invento volátil, como el ítem “Incentivo Docente” –que el SUTEBA le “reclama”, sin paros, al gobierno nacional–, que aunque “suma” (porque, en la sequía salarial, cualquier vueltito suma), no es la solución de nada, como la “quinta hora” en primaria.
Todo este panorama llevó a que los paros convocados por la Lista Multicolor del SUTEBA fueran masivos, en toda la provincia, y tuvieran una adhesión históricamente fuerte en San Fernando, especialmente los de 2024.
La Celeste tampoco dijo nada sobre sobre el lawfer que la estructura kiciloffista de Educación practica contra la directiva del SUTEBA de Tigre, Multicolor. La persecución judicial que a nivel nacional se realiza contra Cristina a sueldo de la AmCham y, por elevación, del mileísmo (a despecho del acuerdo tácito que llevó a la caída de Ficha Limpia), el peronismo de cuño kiciloffista lo realiza con su partido judicial, en la provincia de Buenos Aires, contra dirigentes de la oposición combativa en el SUTEBA.
La Celeste, de todas maneras, no necesita decir nada al respecto. Cuando opina, tacha de “irresponsable” los llamados a parar de la oposición. Milita la “falta injustificada” y el descuento, con lo cual se pone al lado del gobernador y al lado de Milei cuando le tira al derecho a huelga. Fingen demencia cuando se les recuerda que Adorni felicitó a Kicillof por los descuentos de abril, y sordera cuando se habla de Grabois exigiendo “paredón” para los trabajadores de la salud o de la educación que paran. Las centrales obreras no llamaron a ninguna medida frente al anuncio, el 22 de mayo, del decreto que ataca el derecho a huelga. Ahora está en suspenso por una medida judicial que puede levantarse en cualquier momento.
El 12 de junio terminó sin pena ni gloria… Sin gloria, en todo caso… La Celeste planteó algo que viene diciendo desde hace algún tiempo en otros distritos, por ejemplo, en San Isidro: que la baja de la natalidad en las clases populares lleva a un vacío en las aulas y por lo tanto al cierre de cursos, con las pérdidas de puestos de trabajo que conlleva: profesores, preceptores, secretarios, etcétera. No es el estado paupérrimo de la gran mayoría de los trabajadores y sus familias, que obliga a salir a trabajar antes que ir a estudiar, o condena a una miseria donde es difícil calibrar qué conviene hacer en cada situación puntual ante la orfandad estatal; es la baja de la natalidad… La creciente violencia en las escuelas la achacan, contradictoriamente (ya que el “control de la natalidad” es una dinámica de sociedades avanzadas o numéricamente saturadas, como la de Países Bajos, la hindú o la china), al “gobierno ultraliberal y fascista” de Milei.
Los docentes que pueden, hoy, trabajan en más de un cargo porque su salario no alcanza para pagar siquiera el pasaje del colectivo o la mantención del automóvil que pudieron comprar hace años, para ir de unas escuelas a otras. Muchos “celestes”, de hecho, no ven crecer a sus hijos. Y por supuesto no es por amor al arte. Los docentes que no pueden tener más de un cargo, por alguna situación particular, o porque viven en General Lavalle o en Tordillo, tienen actividades alternativas o trabajos en horarios extraescolares, o se ven tarde o temprano en la necesidad de mudar de trabajo (si tienen la oportunidad). Se trata de expulsiones o despidos velados sin indemnización. Es la reforma laboral en toda su crudeza. Y la dirigencia Celeste está diciendo que no va a hacer nada porque se trata de la “naturaleza”: la baja de la natalidad. “Hoy en día –dicen– un cargo titular no te garantiza estabilidad por este tema”, como si el “tema” fuera externo al sindicato. Cuando el sentido estricto de la existencia de un sindicato es conseguir y defender la estabilidad laboral de sus trabajadores. En el gremio docente, la estabilidad conseguida a base de luchas y evoluciones añejas es una conquista considerada tradicional y esencial al trabajo educativo. Plantear con o sin liviandad su entrega “resignada” es de una capitulación desmoralizante.
Los planes de precarización laboral, como el FINES; la extensión de la jornada laboral, con la quinta hora en primaria; la administración discrecional de las licencias médicas, entre otras arbitrariedades, toquetean, perforan y en algunos casos directamente violan el estatuto docente. Nada de todo esto perturba el sueño de la burocracia sindical. Por el contrario, a veces tienen espasmos de sinceramiento o de aceleración hacia la debacle total, como cuando anunciaron mediante un comunicado de prensa del FUDB –para no sufrir caracterizaciones derivadas de rumores, tanto como para blanquear el tema de una vez por todas–, el 4 de julio de 2023, que el Frente de Unidad Docente y el gobierno provincial habían iniciado negociaciones en torno al reemplazo del Estatuto del Docente por un Convenio Colectivo de Trabajo, que sería el trámite de legitimación de todos los ataques a las condiciones laborales y salariales de maestros, profesores, preceptores, directores y jubilados.
Así, Baradel y compañía por su lado, y Kicillof por el suyo, han llevado las condiciones laborales del gremio docente a una situación que coincide ciento por ciento con el proyecto mileísta: el arrasamiento de las conquistas de los trabajadores de la educación. Están viendo cuándo y cómo dar el tiro de gracia que sería el derrumbe del Estatuto.
Los docentes tenemos que tomar el ejemplo de las maestras y las profesoras de Catamarca: impulsar las autoconvocatorias y salir a las calles por miles, para ir a una huelga general docente por tiempo indeterminado.
Precisamente, hasta quebrar las políticas de los acreedores de todas las banderas y por supuesto las de sus personeros: los Milei, los Kicillof y todos sus cómplices.
Docentes de Provincia de Buenos Aires: plenario de la Multicolor convoca a “jornada de lucha con paros y movilizaciones" para el miércoles 11 Por Mariano Hermida, 09/06/2025.