Escribe Pablo Busch
La "motosierra" llega a las fábricas de la alimentación.
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Ayer la patronal de Molinos despidió a seis trabajadores de su planta de Esteban Echeverría. Esta mañana, anunció otra tanda de desvinculaciones. La respuesta de los trabajadores fue el paro total de actividades, por lo menos hasta la audiencia que tendría lugar al mediodía en el Ministerio de Trabajo. Molinos también despidió trabajadores en su planta de Pilar (Carabasa) y en la planta arrocera que tiene en Concepción del Uruguay, Entre Ríos.
Un comunicado de la Comisión Interna emitido anoche denuncia que “la empresa despidió ilegalmente a seis trabajadores. Cinco compañeros y una compañera. Profundizando su plan precarizador y concretando los ilegales despidos anunciados. No es casual que los despidos sean pocas horas antes de la cuarta audiencia convocada por el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires. Realizada una asamblea en el turno noche y con la convocatoria a paro total de actividades por el STIA Filial Bs. As., las y los trabajadores hemos acatado en forma total la medida, reclamando la inmediata reincorporación de los despedidos, en represalia al reclamo por condiciones dignas y seguras de labor ante la ilegal reducción de dotación de personal ejecutada por la empresa”.
Desde mayo pasado, Molinos ha impulsado la reducción de la dotación de las líneas de producción, preparando los actuales despidos. Frente a esta avanzada, la Comisión Interna se había puesto al frente del reclamo de los trabajadores. Se organizaron asambleas en los tres turnos, en las que se decidió el «rechazo total» a la avanzada de la empresa. Los delegados denunciaron que la reducción de personal en las líneas afectaba la seguridad laboral de los trabajadores, además de sobrecargar a quienes permanecían en las dotaciones. La metodología utilizada por Molinos es un calco de la utilizada por Georgalos en el sector de la fábrica Chocolates: reducción de personal y luego despidos.
La empresa Molinos dice atravesar una crisis de competitividad, basándose en el balance del último trimestre. El reparto de 81.000 millones de pesos en dividendos entre sus accionistas, hace menos de dos meses, desmiente el argumento de la patronal. La empresa de Pérez Companc tiene negocios en el sector energético, vitivinícola y agroexportador, con un puerto propio en la provincia de Santa Fe, además de su liderazgo en alimentos con marcas icónicas como Lucchetti, Matarazzo, Gallo, Cocinero y Cruz de Malta.
El Sindicato de la Alimentación viene de firmar una paritaria del 1,8 % por mes. Una lucha de conjunto de los trabajadores del gremio era la oportunidad para sacar a la luz las luchas que recorren a más de una decena de fábricas del gremio. La Federación optó por firmar sin lucha, para movilizar sólo en apoyo a Cristina Kirchner.
Una conciliación obligatoria que seguramente saldrá durante la tarde de hoy, planteará el mismo problema que en Georgalos: la lucha por el ingreso de los despedidos a sus puestos de trabajo, una tarea para la cual el Ministerio de Trabajo de la Provincia se ha revelado impotente. Que los trabajadores acaten una conciliación que la empresa no cumple, como orientó STIA en el conflicto de Georgalos, es la vía segura a la derrota de la lucha.
Por la reincorporación de los despedidos, contra la reducción de la dotación de trabajadores de las líneas, todo el apoyo a los trabajadores de Molinos Rio de la Plata de Esteban Echeverría.