Se agudiza la crisis en Medio Oriente

Escribe Olga Cristóbal

Se agudiza la crisis en Medio Oriente

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El gobierno de Benjamín Netanyahu sigue bombardeando instalaciones nucleares de Irán mientras crece la preocupación mundial porque las consecuencias ambientales se sentirán mucho más allá de las fronteras del país de los ayatolás. También bombardearon tres hospitales y media docena de ambulancias, ratificando su predilección por el asesinato de personal médico.

Sin embargo, Israel necesita la ayuda estadounidense para destruir una instalación clave, la planta de enriquecimiento nuclear situada en Fordo, en el norte, que está tan profundamente enterrada que las bombas israelíes no alcanzarían a dañarla. Durante días, los israelíes reclamaron que Trump enviara aviones de combate armados con las únicas bombas suficientemente potentes como para destruirla. Trump, sin embargo, dijo que esperará hasta dos semanas para decidir si interviene.

La invasión israelí se asienta en un embuste. Después de que Israel dañó la planta de enriquecimiento de uranio de Natanz y asesinó a los principales científicos nucleares iraníes, el genocida justificó el ataque porque "si no se frenaba, Irán podría producir un arma nuclear en muy poco tiempo".

No sólo los inspectores de la ONU dicen que Irán no tiene armas nucleares; la mismísima Secretaria de Seguridad nacional del gobierno de Trump, que efectuó una inspección local en marzo, había informado al Congreso norteamericano que no había hallado ni rastros.

Irán no tiene armas nucleares, así como el Irak de Saddam Hussein tampoco tenía armas de destrucción masiva, un embuste que causó un millón de muertos, desmembró el país y lo devolvió al Medioevo, a las guerras religiosas y tribales, y a la sharía.

Por el contrario, el país que sí tiene armas nucleares en Medio Oriente es Israel. Ayer, Obama, en una expresión de la inquietud que genera en una fracción del imperialismo una aventura bélica de ese calibre, declaró: “Necesitamos un Oriente Medio libre de armas nucleares. Y eso incluye a Israel”.

Las divergencias también crecen en la coalición de fascistas que llevó a Donald Trump al poder, con una parte de su base instándole a no involucrar al país en una nueva guerra en Medio Oriente. Entre ellos, algunos de los aliados republicanos más prominentes, incluido su principal lugarteniente, Steve Bannon.

Bannon, una de las voces más influyentes de “America First", le pidió cautela a Trump: "No podemos tener otro Irak. El cambio de régimen debe surgir de la calle". La congresista Marjorie Taylor-Greene, del ala más ultraderechista republicana, ha declarado que “una guerra en Medio Oriente llevaría a Estados Unidos 20 años atrás”.

Durante la semana, se repitieron movilizaciones en contra de la intervención norteamericana. Una encuesta del Washington Post mostró el miércoles que el 45 % de los estadounidenses están en contra de un ataque militar, mientras que un 25 % lo apoya. Otro 30 % no está seguro. Dos tercios de los demócratas rechazan bombardear Irán, pero entre los republicanos las opiniones están más divididas: un 47 % apoya la idea, frente a un 24 % que la condena y un 29 % que no se pronuncia.

En ese contexto, Trump anunció que se tomará 15 días para definir qué hace. Un plazo intolerable para los sionistas que no tienen resto para repeler los misiles balísticos iraníes. Se les “está agotando su reserva de misiles interceptores”, asegura el New York Times. “Cuanto más espere Israel a Trump, mayor será la presión sobre su sistema de defensa aérea”, concluyen.

Otra opción sería que Israel decidiera atacar Fordo por su cuenta, algo que el carnicero de Tel Aviv insinuó el jueves: “Israel alcanzará todos nuestros objetivos, todas sus instalaciones nucleares. Tenemos el poder para hacerlo”. Dudoso: “Probablemente no será a la escala de lo que puede lograr Estados Unidos», afirmó Itamar Rabinovich, exembajador israelí en Washington. “Si pudiéramos hacer lo que hace Estados Unidos, ya lo habríamos hecho”.

Netanyahu y sus ministros, y también Trump, han expresado su deseo de asesinar al líder supremo iraní, Alí Jamenei, “aunque Israel no tiene ninguna forma real de derrocar al gobierno”, lamenta el NYT.

La nueva deriva guerrerista le ha dado réditos a Netanyahu; según las encuestas de opinión su el partido se encuentra en su mejor posición desde octubre de 2023.

Este viernes al mediodía, decenas de miles de manifestantes salieron a las calles de Irán, Irak y Líbano, en una muestra generalizada de furia hacia Israel. En Teherán, donde los bares, restaurantes y mercados siguen abiertos, multitudes salieron de las mezquitas hacia las plazas centrales, pisoteando y quemando banderas israelíes y estadounidenses mientras sostenían en alto retratos de Jamenei. Cánticos de «Muerte a Israel» y «Muerte a Estados Unidos» resonaron en el mar de manifestantes mientras marchaban en lo que los medios estatales iraníes calificaron de protestas de «ira y victoria». También hubo manifestaciones en por lo menos una docena de ciudades iraníes, entre ellas Tabriz y Mashhad.

Irán, que ya tiene más de 600 muertos, ha demostrado que la Cúpula de Hierro sionista no es tan invulnerable. Los ataques recíprocos se mantuvieron incluso “mientras los ministros europeos se reunían con el máximo diplomático iraní en Suiza para intentar calmar el conflicto, que ya dura una semana”. Abbas Araghchi, ministro de Asuntos Exteriores de Irán, les respondió a los europeos que Teherán no estaba interesado en negociar el fin de la guerra hasta que Israel detuviera sus ataques, y que la misma respuesta habían recibido algunos mediadores de Estados Unidos desmintiendo de facto las declaraciones del norteamericano que había explicado el plazo de dos semanas por una supuesta “posibilidad sustancial de negociaciones” que “pueden ocurrir o no”.

Irán aún tiene una poderosa carta: puede bloquear el estrecho de Ormuz, entre el golfo Pérsico y el océano Índico. Funcionarios iraníes amenazaran con minar el estrecho si Estados Unidos se unía a los ataques de Israel contra el país. Por allí pasa una cuarta parte del petróleo mundial y el 20 % del gas natural licuado del mundo, minar este punto estratégico provocaría un aumento vertiginoso de los precios del gas. Esa medida también podría bloquear cualquier barco de la Armada estadounidense en el golfo Pérsico, según fuentes militares estadounidenses.

Este viernes, el director de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, advirtió que un ataque directo a la central nuclear iraní de Bushehr provocaría una liberación de radiactividad muy elevada que afectaría a personas a cientos de kilómetros de la planta.

En su discurso ante el Consejo de Seguridad de la ONU, Grossi afirmó que Bushehr era el emplazamiento nuclear de Irán donde las consecuencias de un ataque podrían ser más graves. La ubicación de Bushehr en el sur de Irán la sitúa más cerca de las capitales de varios aliados de Estados Unidos en la región que de Teherán, y Grossi afirmó que los países de la región se han comunicado directamente con él para expresarle su preocupación.

“Quiero dejarlo absolutamente claro. En caso de un ataque a la central nuclear de Bushehr, un impacto directo provocaría una liberación muy elevada de radiactividad al medio ambiente”, dijo Grossi.

También añadió que un ataque que dejara inutilizadas las líneas de suministro eléctrico de la central podría provocar la fusión del núcleo del reactor, lo que también podría provocar una liberación muy elevada de radiactividad.

El destino de la humanidad está en manos de fascistas descontrolados. Es imperativo que los explotados hagan sentir su voz y su fuerza para aplastarlos.

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