Trump y Netanyahu extienden la guerra contra Irán y Palestina

Escribe Olga Cristóbal

Irán rechaza una rendición incondicional.

Trump y Netanyahu extienden la guerra contra Irán y Palestina

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El sábado Donald Trump celebró eufórico que el ejército yanqui había ejecutado un "ataque muy exitoso" contra tres sitios nucleares iraníes -Natanz, Isfahán y la instalación subterránea de enriquecimiento de uranio de Fordow-.

Un rato después, en una alocución de 4 minutos, agradeció a Benjamin Netanhayu, al ejército y a dios -mucho a dios, tal vez tratando de seducir a su electorado de la derecha religiosa al que le había prometido no más guerras-. Trump vaticinó más ataques si Teherán tomaba represalias y “no hace las paces con Israel” (sic). Horas después de los ataques estadounidenses, se reanudaron los enfrentamientos en ambos sentidos.

Este lunes, cumpliendo con una advertencia, Irán lanzó misiles contra la mayor instalación militar estadounidense en Oriente Medio, que es el cuartel general avanzado del Mando Central. La base aérea Al Udeid, en Qatar, cuenta con 10 000 efectivos militares y civiles.

Qatar se reservó “el derecho a responder”, confirmó que tienen capacidad de hacer frente a cualquier amenaza y dijo que sus defensas aéreas interceptaron los misiles. En tanto, funcionarios iraníes aseguraron off the récord que el ataque fue anticipado y coordinado con los qataríes para minimizar las bajas (NYT, El País, 23/6).

Arabia Saudita se apresuró a “condenar y denunciar con la mayor firmeza” lo que considera una agresión iraní contra Qatar, “una flagrante violación del derecho internacional y de los principios de buena vecindad”.

Tanto Qatar como los Emiratos Árabes Unidos, importantes centros de conexiones aéreas internacionales, han cerrado su espacio aéreo del mismo modo que Bahrein y Kuwait.

Más allá del entusiasmo de Trump, no está clara la efectividad del “exitoso” ataque del sábado. El secretario de Defensa Pete Hegseth y el vicepresidente Vance tuvieron que admitir que una evaluación era prematura. Dijeron que el ataque no pretendía un cambio de régimen y que tampoco estaban en guerra contra Irán sino “contra su programa nuclear” (sic).

La sospecha de la eficacia del ataque norteamericano incluye a muchos expertos. Ali Vaez, director del International Crisis Group, un instituto derechista en Washington, coincidió en que “el resultado de este conflicto está lejos de estar claro y que la reorganización del orden regional está lejos de haber terminado. Irán está debilitado, pero no derrotado. Su programa de enriquecimiento nuclear está dañado, pero aún no está claro si ha sido destruido” (The Washington Post 22/6).

Los iraníes no han dado señales ni antes ni después del bombardeo de que estén dispuestos a la “rendición incondicional” que busca Estados Unidos.

Netanhayu anunció que seguirá bombardeando a Irán hasta aniquilar su potencial misilístico y advirtió a la población de Israel que debía prepararse para una campaña larga. El éxodo de los israelíes es de tal envergadura que el gobierno prohibió a las líneas aéreas que les vendan pasajes “para no atestar el aeropuerto” (sic).

El ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, explicó que “el gobierno estadounidense debe comprender que la industria nuclear está profundamente arraigada en nuestro país y que no es posible erradicarla”. Behrouz Kamalvandi, portavoz de la Organización de Energía Atómica de Irán, entre otras voces gubernamentales, ratificó que el programa nuclear sigue su curso.

EL parlamento iraní pidió al Ejecutivo el cierre del estrecho de Ormuz, por el que pasa el 25 % del comercio mundial de gas y petróleo. El comandante de la Guardia Revolucionaria, Esmail Kosari, indicó que la aprobación “está en la agenda” y “se hará cuando sea necesario”. “Hay múltiples opciones sobre la mesa”, dijo el canciller Araghchi.

Una de las opciones es cerrar el estrecho de Ormuz. Ubicado entre las costas de Irán y Omán, este angosto paso marítimo que conecta el golfo Pérsico con el golfo de Omán y el mar Arábigo es utilizado intensivamente por buques petroleros. Según datos de la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés), en el primer trimestre de 2025 transitaron por allí casi 15 millones de barriles diarios de crudo y condensado, además de 8 millones de barriles de productos petroleros. Aproximadamente el 20 % del comercio mundial de petróleo.

El principal exportador a través del estrecho no es Irán, sino Arabia Saudita, pero Irán tiene el control estratégico. Si lo cierran, Estados Unidos sufriría consecuencias: cerca de 2 millones de barriles diarios de crudo con destino a ese país pasan por esa ruta (Infobae 23/6). Otro gran afectado sería China, que ha pasado a depender estratégicamente del combustible de Irán, mas allá de la provisión que recibe de Rusia.

Si se cierra el estrecho el precio del petróleo se disparará. Además del impacto en los consumidores, “expertos prevén una ola de especulación, compras anticipadas y acaparamiento de reservas por parte de otros países". Esto podría generar una competencia feroz por el suministro restante, lo que elevaría aún más los costos. La situación también podría desencadenar un efecto dominó en los mercados financieros. El secretario de Estado Marcos Rubio le pidió a China que disuada a los ayatollah (?).

Trump vigila de cerca el precio del petróleo, que ronda los 74 dólares el barril. "¡TODOS, MANTÉNGANLOS BAJOS! ¡LOS ESTOY VIGILANDO!", escribió Trump en sus redes sociales e instó al Departamento de Energía a "¡PERFORAR, CHICOS, PERFORAR! ¡Y lo digo en serio, AHORA!".

Mientras tanto, decenas de petroleros intentan salir del estrecho, según alertó el inversionista Spencer Hakimian en X. “Hay cerca de 50 grandes buques tratando de abandonar la zona. La industria espera un bloqueo inminente”, escribió.

La Unión Europea, que no se fatiga de defender “el derecho a la defensa” de Israel mientras los sionistas masacran a los palestinos, mantienen a sus soldados en el sur del Líbano y Siria y bombardean Irán, ha manifestado “lo peligroso que sería cerrar el estrecho de Ormuz”.

Según fuentes militares estadounidenses, el cierre del estrecho podría bloquear cualquier barco de la Armada de los Estados Unidos en el golfo Pérsico. El cierre de la vía marítima podría aislar a los dragaminas estadounidenses en el golfo Pérsico, a un lado del estrecho. Dos funcionarios de Defensa norteamericanos indicaron que la Marina estaba buscando dispersar sus barcos en el golfo para que fueran menos vulnerables. Un ataque al estrecho, por parte de Estados Unidos, lo cerraría aun más. El paso siguiente debería ser enviar tropas para ocupar el terreno.

En los Estados Unidos, alrededor de 15 millones de personas se movilizaron contra Trump el 14 de junio. Según una encuesta de Washington Post, el 45 % se oponía a lanzar ataques aéreos militares estadounidenses contra Irán, el 30 % estaba indeciso y solo un 25 % los apoyaba.

En la Argentina, Javier Milei se agita celebrando cada avanzada bélica en las redes. La guerra en Argentina la libra el Gobierno atacando cada vez más los derechos políticos = de opinión, reunión y manifestación. Las petroleras, en Argentina, han aumentado el precio de la nafta para liberar excedentes que serán suministrados al aparato bélico de la Otan. Milei introduce a Argentina en la guerra imperialista, del lado del imperialismo. Para luchar por el cese de la guerra contra Irán, Palestina, Líbano, Siria, y el fin de la guerra entre la Otan y Rusia, y ponernos del lado de los trabajadores, es necesario derrotar en toda la línea al gobierno liberticida.

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