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Hace más de una semana se dio a conocer el primer caso de contagio en Siderar Varela y otros dos en la distribuidora de Coca Cola, que se encuentra a unas pocas cuadras. Los trabajadores continúan su jornada laboral en la incertidumbre de la enfermedad recorriendo las líneas de producción.
Si bien cuentan con barbijos, alcohol en gel, lavandina y una toalla de mano, el distanciamiento social es una utopía. Se los amenaza con suspenderlos si "se quieren ir a casa" frente a los reclamos que recorrieron en la entrada y salida de la fábrica.
Las patronales incluso mintieron respecto a los resultados durante más de 15 días para que "no se exagere". Los trabajadores aún no recibieron testeos ni ningún tipo de control dentro ni fuera de la planta.
Sin embargo, la pandemia no es la única preocupación entre los obreros siderúrgicos. El rumor de despidos resuena cada vez más fuerte entre los turnos. Más allá del falso decreto presidencial, los trabajadores metalúrgicos saben que "Paolo [Rocca] es el mimado hace lo que quiere con nosotros y el gobierno no hace nada", en sus propias palabras.
Se dice que el ´burgués planero´ Rocca reclama que el gobierno ponga todo o comenzará con el recorte de personal. En el ping pong entre las patronales y el gobierno, se encuentran las vidas de centenares de trabajadores de Techint.
La burocracia metalúrgica vendió los sueldos de sus trabajadores al 75% y no planteó ningún plan ante los despidos. Los trabajadores deben deliberar una gran medida de lucha para enfrentar el avance sobre los puestos de trabajo, pero también por la conformación de comités obreros que lleven adelante el control de los testeos con cese de actividad sin suspensiones ni despidos.