Los trabajadores del metal de Cádiz rechazan las maniobras de UGT y mantienen la huelga

Escribe Grupo Independencia Obrera (España)

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Los trabajadores del metal de Cádiz representados por CCOO y UGT encararon con un año de retraso la negociación de su convenio laboral, que había expirado en diciembre de 2023. Las negociaciones que se iniciaron con ese colosal retraso se llevaron adelante por la presión de las bases, en un sector dominado por empresas auxiliares que dan empleo a 27.000 trabajadores que tienen convenios distintos de las plantillas de las grandes empresas del sector, como las navales o aeronáuticas. Las negociaciones se enmarcaron en dos días de huelga con manifestaciones el 18 y 19 de junio y la amenaza de una huelga general indefinida a partir del 23 de junio, si no se alcanzaba un acuerdo. Los sindicatos se reunieron de forma maratoniana con la patronal de la Federación de Empresas del Metal de Cádiz (FEMCA) con el objetivo de cerrar un acuerdo para evitar la huelga general.

La renovación del convenio iniciada por los aparatos sindicales a desgano, hace 18 meses, incluía las condiciones de los contratos fijos-discontinuos que la patronal pretende alargar a un año de inactividad, la aplicación del IPC sobre los salarios a partir de enero de 2024, los pluses por trabajos penosos, incapacidades temporales, salarios por debajo de los actuales para las nuevas contrataciones “sin especialización” y una vigencia de nueve años del convenio sin ajustes intermedios salvo en incrementos salariales por el IPC. El domingo, tras varias horas de reunión con FEMCA, UGT anunció un acuerdo que permitía levantar la amenaza de huelga. CCOO por su parte hizo pública su discrepancia con el acuerdo. El lunes, tras el rechazo del acuerdo en varias asambleas, se registraron manifestaciones contra el convenio firmado a las que se unieron en Cádiz trabajadores de otros gremios, con el resultado de tres nuevos detenidos que llevaron el total de represaliados desde la semana pasada a 9 trabajadores. Las manifestaciones se extendieron a algunas de las barriadas obreras.

El rechazo a la maniobra traidora de UGT, que intentó pasar por encima de la determinación de los trabajadores y sus reclamaciones, desembocó en la huelga general del sector el martes 24 después de un día de incertidumbre. La huelga recibió el apoyo de la Coordinadora de Trabajadores del Metal, CGT y CCOO. Antonio Montoro, secretario general de UGT FICA Cádiz, improvisó una defensa de último momento argumentando que el texto “no se ha entendido bien porque es para seguir negociando”. “Todo es reconducible y renegociable”, dijo y afirmó que pretendía dedicar el martes a “hacer gestiones para reconducir el tema” (El País, 24/6). La operación de Montoro y sus secuaces despertó una profunda indignación en el movimiento obrero de Cádiz.

En octubre de 2021 UGT y CCOO maniobraron para hacer aprobar en asamblea general un convenio en el que aterrizaron a último momento tras la lucha lanzada por la Coordinadora de Trabajadores del Metal de Cádiz. Lo lograron por los pelos desviando una poderosa lucha obrera por las reivindicaciones del sector de sus objetivos más ambiciosos. Esta vez decidieron encabezar los reclamos y negociaciones para impedir que los trabajadores tomaran en sus propias manos la lucha y poder frenar el movimiento antes de su estallido. Pero de momento han fracasado. Ese año el gobierno de coalición entre el PSOE y sus aliados Podemos y Sumar inundaron de policía nacional la ciudad y movilizaron tanquetas contra la población de las barriadas obreras.

Los que se llenan la boca con los derechos de los trabajadores para atacarlos, como han hecho en el caso de las reformas de la ley de pensiones y laboral, y que han mentido sistemáticamente sobre su intención de derogar la legislación represiva y se encuentran hoy al borde de una crisis irreversible por el estallido de la corrupción en las filas de altos funcionarios del gobIerno y del PSOE, se han vuelto a lucir. Una vez más la represión la encabeza la Policía Nacional movilizada por el Ministerio del Interior del gobierno “más progresista” de la historia de España. Los trabajadores del metal de Cádiz deben tomar en sus propias manos la dirección del movimiento de lucha mediante la formación de un comité de huelga independiente de la burocracia y de la patronal, elegido en asamblea, que sea fiel a los objetivos de los trabajadores del sector.

Esta huelga, como la de los trabajadores del metal de Cantabria este mismo mes, al igual que otros conflictos en diversos sectores del movimiento obrero en España, señalan con claridad la tendencia a la huelga general que se insinúa de forma continuada. Un objetivo decisivo es reforzar esta tendencia y agitar la consigna de la huelga general en todos los sectores para unificar las luchas y superar la división y las limitaciones que pretende imponer la burocracia sindical en beneficio de las patronales. Hay que superar la división y atomización, todos juntos por nuestras reivindicaciones. El movimiento obrero debe romper con las direcciones burocráticas, formando sus propias organizaciones de combate, autoconvocando las luchas por sus reivindicaciones y designando a sus dirigentes en asambleas. La emancipación de la clase obrera debe ser obra de los propios trabajadores. Por la construcción de un partido obrero independiente. Por un gobierno de los trabajadores.

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