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La presentación de Javier Milei en el congreso de la denominada Iglesia Cristiana Internacional, celebrado en Resistencia, Chaco, el sábado pasado, forma parte de una trama política de vasto alcance.
Los anfitriones, el matrimonio de los ´pastores´ Jorge y Alicia Ledesma, fundaron su movimiento a mediados de los años 90. Desde entonces tejieron múltiples lazos políticos, tanto con el ex gobernador peronista Jorge “Coqui” Capitanich como con el actual mandatario provincial, el ´radical con peluca´ Leandro Zdero, quien fue uno de los oradores en la inauguración del megatemplo y durante el fin de semana acompañó a Milei, declarado ´huésped de honor´. Los Ledesma forman parte de una red de 5.000 templos repartidos en 57 países.
La presencia de Milei echó luz sobre la faraónica obra que alberga el culto de los Ledesma. Se trata de un microestadio bien equipado con capacidad para más de 10 mil personas que ocupa tres hectáreas en el sur de la capital chaqueña. Su edificación demoró una década. Según publicitan, se construyó “sin deudas”, a partir de un ´milagro´ que transmutó 100 mil pesos en 100 mil dólares. Los ´milagros de sanación´ son la comidilla de la congregación. Se trata de embusteros, por supuesto, pero fuertemente vinculados al Estado chaqueño. “La organización tiene una red de asistencia a comedores que se fortaleció durante la pandemia. Además, trabajó junto con el Ministerio de Salud provincial en el programa ´Cristianos a Ayudar´”, relata Clarín (6/7). El hijo del ´pastor´ Ledesma, Guillermo Ledesma, en 2021 fue precandidato a diputado provincial por Juntos por el Cambio en una lista separada de la de Zdero. La presencia de Milei en el templo chaqueño marca un nuevo escalón en la penetración política de los Ledesma, esta vez directamente a la cabeza del Estado argentino. De paso, hubo ´milagro de recaudación´: los tickets para participar del evento valían de 30 mil a 100 mil pesos el pase VIP – los organizadores luego aseguraron que el ingreso para asistir al discurso de Milei era gratuito, no así al resto de las actividades.
Para Milei, católico declarado que abrazó el sionismo, el atractivo de los Ledesma también tiene que ver con sus vínculos político-religiosos, en este caso, internacionales. Ocurre que el presidente argentino compartió escenario con el ´apóstol´ Guillermo Maldonado, un telepredicador hondureño cercano a Donald Trump y aportista consuetudinario a las campañas del Partido Republicano. La vehemente diatriba que lanzó Milei desde el palco contra el socialismo, el peronismo, el estatismo y la ´justicia social´, etcétera, está apuntada a amalgamar a un movimiento reaccionario bajo su férula, aspiración que el núcleo fascistoide de La Libertad Avanza persigue desde su fundación.
Los Milei-Caputo se inspiran en Trump y en Bolsonaro, cuya base social (“Buey, bala y Biblia”) estaba firmemente afincada en el movimiento religioso. Pero a diferencia de Brasil -donde dos grandes cultos evangélicos se reparten la mayor parte de la feligresía-, en Argentina el escenario se presenta mucho más atomizado. Los credos evangélicos se articulan a través de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA), un lobby potente pero políticamente ecuménico. Desde allí partieron críticas contra el discurso y la actividad que tuvo como protagonista a Milei por su parcialidad. “La Iglesia como tal, sea cristiana, evangélica o católica, no puede estar identificada con ningún partido político”, señaló el predicador Norberto Saracco, integrante del consejo directivo de ACIERA.
Milei concurrió a Chaco con el propósito de poner en pie un movimiento reaccionario.