Escriben Gabriela Jorge y Daniela Romano
Tiempo de lectura: 4 minutos
Hace poco más de un mes, en Salta empezó a gestarse un movimiento de artistas autoconvocados por Palestina que se propuso llevar a la calle la denuncia del exterminio en Gaza y Cisjordania, la complicidad de los gobiernos y la necesidad de una solidaridad activa y organizada.
La primera autoconvocatoria surgió de un debate entre diferentes artistas de la música, que rápidamente encontró un desarrollo entre poetas que se sumaron y otros espacios, como miembros de JAS (Jóvenes Artistas Salteños), un reagrupamiento novedoso de jóvenes que han tenido acciones vinculadas a las luchas en el último periodo, por ejemplo, en la toma de la universidad.
En la primera reunión, el debate se concentró en la necesidad de abrir una campaña con acciones públicas. Se fijaron las consignas: Palestina Libre, basta de genocidio retiro inmediato de las tropas israelíes de los territorios ocupados palestinos y denuncia de la responsabilidad del gobierno de Milei y todo el arco político argentino en el respaldo a la masacre.
De esa deliberación surgió una primera jornada cultural que contó con la participación de una decena de artistas, entre músicos y poetas. Infaltables fueron las poesías de la poeta salteña Kuki Herrán -ya fallecida-, quien años atrás fundó uno de los primeros comités de solidaridad con Palestina en la provincia.
Ese mismo día, el gobierno de Salta y la intendencia capitalina, por medio de sus funcionarios y de la mano con la DAIA, inauguraron un monolito en el Museo de la Ciudad casa de Hernández, con la frase “devuélvanlos a casa” en hebreo en medio de discursos contra “el terrorismo”. Un gesto que colocó al Estado salteño abiertamente del lado de la masacre y el sionismo genocida. La respuesta no tardó en aparecer: sectores de las organizaciones audiovisuales, como CASa (Comunidad de Artistas de Salta), ARAS (Asociación de Realizadores Audiovisuales de Salta) y decenas de artistas, docentes y trabajadores de la cultura se pronunciaron, por medio de una carta, exigiendo el retiro inmediato del monolito, a la que se sumó la autoconvocatoria.
En el marco de estas acciones, participamos de una charla debate organizada por JAS (Jóvenes Artistas Salteños). Allí, junto a 17 jóvenes, debatimos sobre la historia y el carácter de la masacre del pueblo palestino, su vinculación con el actual cuadro de la guerra imperialista mundial, el rol de los gobiernos de la guerra y la necesaria lucha contra estos. La solidaridad activa con Palestina implica un combate contra Milei, Sáenz y Durán que la encubren y que desatan sus propias políticas contra la población local.
El sábado 12 realizamos una segunda jornada que mostró un crecimiento: más de veinte artistas desplegaron música, poesía, fotografías, danza dabke, rap, una instalación conmovedora titulada “¿Quién abraza las infancias en Gaza?”. A la jornada se sumaron jubiladas autoconvocadas, turistas y miembros del club de la cultura árabe, con quienes se abrió la posibilidad de una coordinación. Fue un acto de denuncia, de lucha y solidaridad en pleno centro salteño. Por momentos, la jornada colmó la Plazoleta 4 Siglos con quienes se acercaron a informarse o hacer llegar también su repudio al respaldo, por parte del Estado argentino y salteño, al genocidio.
El martes 15, llevamos adelante la acción propuesta por CASa para realizar una intervención directa en el Museo de la Ciudad, justo donde el Gobierno y la DAIA habían levantado el monolito infame. Fue una acción simbólica poderosa de denuncia contra los gobiernos que se alinean con los crímenes del sionismo.
El pasado sábado 19, una nueva reunión acordó una agenda para las próximas semanas, que arranca con la participación del festival por la reincorporación de docentes cesanteados por Sáenz, materiales que resaltan la vinculación del Estado argentino con la masacre de Palestina, el contexto de guerra internacional, sus fines de reestructurar el reparto del mundo entre las potencias imperialistas y la vinculación directa con los gobiernos de Milei y Sáenz que llevan como estandarte la reforma laboral, la hambruna y la represión para la población; además, dos nuevas jornadas de acción por Palestina para el sábado 2 de agosto y un festival más amplio para el próximo 16.
Lo que está en juego es consolidar este espacio como un punto de apoyo de la lucha contra la guerra imperialista, la masacre en Palestina y los gobiernos que la garantizan, empezando por Milei, que se abraza a Netanyahu mientras profundiza en Argentina políticas de ajuste, hambre, represión y entrega.
Este movimiento es una expresión viva del rechazo a la barbarie, de una tribuna de organización y denuncia contra la guerra y el genocidio, pero también contra los gobiernos que cooperan con su complicidad en el mundo.
En Salta, Sáenz y Durand siguen al pie de la letra el libreto de Milei: profundizan su alineamiento con la guerra imperialista y el sionismo genocida, no solo con el monolito infame, sino entregando la frontera norte al control yanqui mediante el Plan Güemes —Prefectura Naval y reconocimiento facial bajo supervisión de EE. UU. – mientras impulsan el Plan Roca, que militariza la región y habilita detenciones arbitrarias bajo la excusa del narcotráfico. En la capital, Durand desplaza a trabajadores ambulantes y personas en situación de calle para abrir paso al negocio inmobiliario y turístico. Su objetivo es imponer a fondo un golpe económico y político contra la clase obrera.
Desde Política Obrera formamos parte de este movimiento y lo reivindicamos como punto de apoyo para ampliar esta lucha sobre los trabajadores y la población en general. Desatemos una batalla decisiva para terminar con los gobiernos que pretenden arrastrarnos a la barbarie y organizar la solidaridad internacionalista y unirla a la lucha de los pueblos contra todos los gobiernos y regímenes que sostienen la barbarie en Palestina, que apoyan y financian la guerra con el hambre, la quiebra del salario, las jubilaciones, la salud y la educación. Nos abramos paso.